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Centro de Estudios en Nutrición del Dr. T. Colin Campbell

Para cumplir con el programa de Alimentación Escolar del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, cada almuerzo debe ofrecer cinco componentes: vegetales, frutas, proteínas, granos (deben ser 50 % cereal de grano entero —los cuales son llamados cereales 100 % ricos en grano entero— y pueden contener conservantes y jarabe de maíz alto en fructosa) y leche.

Para ser reembolsadas por el Gobierno federal (y, a veces el estatal), las escuelas deben servir por lo menos tres de los cinco componentes, y uno de los tres componentes debe ser un vegetal o una fruta. Un desarrollo positivo es que hay nuevas regulaciones y el componente vegetal de la comida debe incluir los siguientes tipos de vegetales servidos por lo menos una vez a la semana: verdes, rojos/naranjas, legumbres, ricos en almidón y otros (coliflor, pepinos cohombros o uno de los vegetales mencionados antes). Uno de los desafíos con esta regulación es que las escuelas pueden ofrecer el jugo 100 % de fruta como fruta, así que un estudiante puede salirse de la fila con una comida en conformidad con la regulación que consista en una hamburguesa con queso en medio pan blanco y una caja de jugo de manzana o de naranja.
A pesar de que una comida reembolsable podría consistir en un vegetal, una fruta y un cereal de grano entero, debido a los tiempos muy cortos para comer y a la necesidad de que los niños hagan la fila del almuerzo rápidamente, a menudo las bandejas son servidas con anterioridad con el componente proteínico de la comida (en el mundo de la comida de escuela, esto se llama el componente de carne o alternativo de la carne), así que, a medida que los niños pasan a través de la fila de servicio, eso es lo que está disponible.

A pesar de que hay un nuevo enfoque en las frutas, verduras y cereales de grano entero, muchas escuelas ofrecen numerosas opciones de componentes proteínicos, por lo que las opciones de frutas y vegetales parecen escasas en comparación y con frecuencia no lucen muy atractivas. Si queremos que nuestros hijos coman alimentos saludables, deberían ser hermosos y tener buen sabor. Además, muchos adultos enfrentan desafíos con su alimentación —dado que hasta siete de cada diez tienen sobrepeso u obesidad—, ¿cómo podemos esperar que nuestros hijos tomen las mejores decisiones?

En cuanto a la leche, debe ser ofrecida, pero no debe ser tomada. Literalmente se necesitaría una ley del Congreso para cambiar el hecho de que la leche se deba ofrecer. Las investigaciones indican que los niños que consumen más leche cuando son pequeños pueden tener los niveles más altos de cáncer colorrectal cuando son adultos, el estreñimiento regular se revierte en los niños cuando renuncian a la leche, y gran parte de la población es intolerante a la lactosa (una condición normal, pues digerir leche después del destete no es natural). No tiene sentido para la salud exigir que se ofrezca leche. Además, a pesar de que no hay razón para que los niños beban un vaso de líquido blanco, las escuelas pueden, pero no están obligadas, a ofrecer leche de soya, pero solo con una nota de un médico o de un padre.

A pesar de las nuevas regulaciones para las comidas escolares, que entraron en vigor en septiembre de 2012, las escuelas todavía pueden servir una serie de comidas altamente procesadas y poco saludables —por ejemplo, la pizza con pepperoni o salchicha, los yogures con colores artificiales que son muy altos en azúcares (a menudo jarabe de maíz de alto contenido de fructosa), y muchos platos a base de queso —el queso es muy popular en las comidas escolares—. Examinando los pasillos en las conferencias celebradas para los profesionales de nutrición escolar, uno ve que los alimentos escolares son un gran negocio, y que la gran mayoría de los alimentos disponibles son altamente procesados. Todavía tenemos mucha educación por hacer —solo porque algo cumple las guías de calorías, grasas y sodio no se convierte en una opción saludable—. Las escuelas también tienen acceso a lo que solía llamarse “productos alimenticios básicos” —ahora renombrados USDA Foods (Alimentos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, en español)—. A pesar del malentendido generalizado, estos alimentos no son sobrantes de comida de los que el Gobierno está tratando de deshacerse —son cultivados específicamente para el programa de productos básicos—. Los productos básicos extra son los alimentos adicionales —hace unos años un buen alimento extra eran las cerezas congeladas—. Así que no todo es malo —otros alimentos básicos saludables incluyen: frijoles secos o enlatados, arroz integral y otros alimentos vegetales saludables—. Sin embargo, la comida va en grandes camiones de plataforma a los puntos centrales de distribución, por lo que las escuelas de los distritos vecinos deben estar de acuerdo con lo que quieren y solo porque el arroz integral en teoría esté disponible, no significa que puedan obtenerlo, a menos que otras escuelas cercanas también lo quieran. La mayoría de las escuelas quieren conseguir el “mayor provecho para la inversión” y, por lo tanto, usan un alto porcentaje de sus asignaciones de productos básicos en carne y queso.

Uno de los desarrollos más emocionantes, y aún más impactante, es que las escuelas ahora deben ofrecer agua gratis a los niños. ¡Es correcto! Agua gratis. Esto, de hecho, tuvo que ser escrito en el Federal Child Nutrition Act (la Ley Federal de Nutrición Infantil, en español) como ley (esta se actualiza cada cinco años). Si las escuelas no tienen una fuente de agua en la cafetería, deben suministrar una fuente gratuita de agua. Ahora, el siguiente paso es conseguir que las escuelas permitan que los estudiantes se levanten de sus mesas para obtener el agua —esto sigue siendo un reto en muchas escuelas primarias—. Y las que solo tienen fuentes de agua en realidad necesitan tener una mesa con vasos al lado, para que los niños pueden obtener una cantidad decente de agua para beber.

Las escuelas también tienen nuevas guías para los refrigerios, que fueron implementadas en septiembre de 2014. Estas guías incluyen límites de calorías, grasa, azúcar y sodio. Al igual que con las comidas, estas guías todavía permiten opciones altamente procesadas y, en las escuelas secundarias, un mutuo acuerdo permite gaseosas dietéticas en las escuelas (pero no gaseosas regulares). Por lo tanto, un gran número de adolescentes comenzarán a consumir edulcorantes artificiales. En ninguna parte de los reglamentos están prohibidos los colores artificiales, sabores, conservantes o edulcorantes artificiales. Además, las grasas trans también están permitidas, porque las leyes que gobiernan las tablas de información nutricional permiten que ½ gramo por porción sea redondeado a “0”. Esto no es específico para las escuelas, sino para las tablas de información nutricional. Puedes estar seguro de que evitarás las grasas trans al evitar las palabras “parcialmente hidrogenado” en la etiqueta de los ingredientes.

Las escuelas han mejorado en los últimos años y el personal de servicios de alimentación trabaja duro para alimentar a los niños. Los desafíos que existen no son su culpa, así que, si quieres cambiar la alimentación en las escuelas, encuentra una manera de ayudar y no las critiques. Ellas están trabajando con regulaciones estrictas y presupuestos minúsculos.

Las escuelas deben ser el lugar donde podamos confiar en que nuestros niños obtienen la información correcta y comidas saludables a diario. Para los padres que alimentan a sus hijos saludablemente en casa, las escuelas no deben minar sus esfuerzos. Para los padres que no pueden tener acceso a alimentos saludables, deben contar con las escuelas para proporcionarles a sus hijos un desayuno y almuerzo saludables cada día.

Los niños son nuestro futuro, y aunque pueden preferir los alimentos procesados ​​poco saludables (si así fue como se les educó), es hora de que los adultos reconozcan que están a cargo. Si la comida poco saludable no está disponible, los niños empezarán a comer alimentos saludables —y sentirán los beneficios de hacer esto en un tiempo muy corto—. Para participar en cambiar la forma en la que las escuelas alimentan a los niños, visita nuestro sitio de internet healthyschoolfood.org y contáctanos.

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