En el campo de la nutrición, esta práctica significa germinar semillas para ser consumidas crudas (preferiblemente) o cocidas.
Los germinados son bajos en calorías y ricos en fibra, enzimas, proteínas y otros micronutrientes. Se pueden comprar fácilmente, pero también se pueden cultivar en casa sin necesidad de tener conocimientos avanzados de jardinería. La inclusión de germinados en la alimentación tiene enormes beneficios para la salud:
Usa agua potable para remojarlos y enjuagarlos cada vez.
Lava los frijoles enteros. Remójalos en agua durante seis a ocho horas (o más, dependiendo del tamaño del frijol). Escurre el agua. Lava los frijoles con agua fresca. Ponlos en un germinador o en un colador y cúbrelos. Mantenlos en un lugar oscuro. Los brotes tardarán entre 8 y 16 horas, dependiendo del clima, en salir. Los frijoles que no han brotado están podridos y deben ser separados de los que germinaron y ser desechados o compostados. Enjuágalos y escúrrelos de dos a tres veces al día durante dos días o hasta que hayan germinado al largo deseado. Enjuágalos y escúrrelos una vez más. Luego, envuélvelos con una toalla de papel y guárdalos en un recipiente en la nevera hasta por una semana.
Usa agua potable para remojarlos y enjuagarlos cada vez.
Paso 1: Remoja tus semillas
Una buena regla general es usar tres partes de agua por una parte de semilla. Comienza con una cucharada de semillas. Colócalas en un frasco de vidrio de boca ancha limpio, cúbrelas con agua y revuélvelas para asegurarte de que todas las semillas estén húmedas. Cubre el frasco con una tapa de malla o con un trozo de tela de muselina (o doble gasa) que se haya asegurado con una banda elástica. Pon el frasco a un lado y deja que las semillas se remojen durante seis a ocho horas.
Paso 2: Escurre y enjuaga las semillas remojadas
Una vez que el tiempo de remojo haya terminado, necesitas drenar tus semillas. Inclina el frasco sobre el lavaplatos y escurre el agua. Añade agua fresca al frasco, hazlo girar un poco y luego escúrrelo. Asegúrate de sacudir toda el agua que puedas. Ponlo inclinado hacia abajo en un envase hondo para ayudar con la ventilación y el drenaje. Es importante que las semillas drenen bien, y parece que esto es el truco para que funcione. Coloca el envase hondo con el frasco en un lugar apartado. No necesita tener luz solar, pero requiere poder respirar.
Paso 3: Enjuaga, drena, repite
Visita tus germinados dos veces al día y enjuágalos con agua fresca y fría, escúrrelos y colócalos de nuevo en el tazón. Para la mayoría de las semillas, empezarás a ver brotes pequeños en un día, más o menos. Sigue enjuagando y drenando hasta que los germinados tengan la longitud deseada. Por lo general, esto toma de cuatro a cinco días.
Paso 4: Cosecha, almacena y usa tus brotes
Enjuaga y escurre los germinados por última vez, luego quita la tapa del frasco y colócalos todos en papel de cocina limpio y absorbente. Luego, envuélvelos y cierra el recipiente. La humedad extra es la enemiga de los germinados. Almacena los germinados en la nevera hasta durante una semana.
¡Feliz germinación!
*Este artículo se reimprime con permiso de www.vinitacontractor.com.
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