¿Importa si me llamo a mí mismo adicto a la comida?
¿Dónde está la línea que separa la alimentación normal de la adicción a la comida? ¿No somos todos adictos a él hasta cierto punto, y no necesitamos comida para vivir? Me he hecho muchas veces estas preguntas y he intentado responderlas con la ayuda de profesionales y en mis propios círculos sociales.