Después de haber entrenado a más de 750 clientes para mejorar su forma física y su salud, me he dado cuenta de que la mentalidad es uno de los factores más críticos para el éxito sostenible. Todos sabemos que esto es cierto. Puedes darle a cualquier persona un plan de comidas increíble, un programa de entrenamiento y toda la información más útil, pero si no tienen la mentalidad correcta para hacer algo con esa información, nada va a cambiar. La mayoría de la gente puede empezar fuerte, pero tienden a desviarse del camino cuanto más largo es el trayecto.
¿Te ha pasado? Si es así, sigue leyendo. En este artículo, compartiré contigo algunos principios que te ayudarán a mejorar tu mentalidad y te dotarán de herramientas para retomar el camino cuando las cosas se pongan difíciles. Y, en algún momento, se pondrán difíciles — siempre pasa. La vida no deja de pasar sólo porque hayamos decidido estar más sanos.
Esto me lleva al primer principio: controla tus expectativas.
Según mi experiencia, las expectativas poco realistas son la razón más común por la cual la gente fracasa en su trayecto hacia la salud. Piensan que siempre podrán ser disciplinados, tomar las decisiones nutricionales correctas y hacer todos los entrenamientos. Pero no es así como funciona realmente la transformación. Más a menudo de lo que te gustaría, la vida te va a dar una patada en el trasero y te pone a prueba. Esto puede incluir emergencias con tus hijos, proyectos de trabajo de última hora, vacaciones, viajes de negocios, enfermedades o lesiones inesperadas, dificultades financieras u otros acontecimientos estresantes de la vida. La cuestión es que estos obstáculos son inevitables; no es realista esperar que puedas evitarlos todos el resto de tu vida. Si tu objetivo es lograr resultados duraderos (¿y por qué no iba a serlo?), tienes que ajustar tus expectativas para tener en cuenta dificultades como estas. Puede que sea posible evitar emergencias o situaciones difíciles en un periodo de 12 o 24 semanas, pero no es realista hacerlo durante toda la vida.
Es necesario entender que la vida es larga y que en algún momento uno se desviará del camino. No pasa nada. Permítete darte un tiempo, vuelve a ello y sigue avanzando. Como en cualquier otro aspecto importante de tu vida, tienes que dar la cara y hacer todo lo mejor que puedas. Imagina lo que pasaría si dejaras de dar lo mejor de ti en la relación con tu pareja. Ya no la tendrías. ¿Y si dejaras de dar la cara por tu trabajo o tu empresa? Ya no tendrías ninguno. Pero si sigues esforzándote, todo saldrá bien.
Esto me lleva al segundo principio: desprenderse del calendario.
El bienestar es un viaje de por vida. Después de llevar un tiempo en esto del coaching, he visto a muchas personas sabotear su transformación por estar demasiado apegadas a un calendario.
Esto no significa que no debas establecer metas. Con la orientación adecuada, puedes estimar cuánto tiempo te podría llevar alcanzar diferentes logros, pero estos son solo eso, logros. La parte más importante de establecer metas no es que logres todo en un plazo determinado, sino que marques el tono y la dirección para tu desarrollo sostenible continuo.
Supongamos, hipotéticamente, que alguien quiere bajar 20 libras. A menudo, se apegan tanto a la idea de perder ese peso dentro de un plazo específico que si algo sucede y ya no creen que pueden alcanzar su meta para la fecha límite que se han fijado, se rinden. No tiene sentido, pero muchas personas eligen abandonar y luego eventualmente reiniciar su progreso tratando nuevamente de alcanzar su objetivo lo más rápido posible. Por supuesto, la forma más efectiva y rápida de bajar esas 20 libras es desvincularse del plazo y seguir avanzando, incluso si el progreso es más lento de lo que inicialmente esperabas. Aprender a aceptar tropiezos y retrasos es crucial para desarrollar hábitos más sostenibles y saludables.
Y te prometo que, una vez que bajes esas 20, 30, 60 u 80 libras o más, y aún más importante, una vez que te sientas más saludable y sepas que has reducido tu riesgo de enfermedades crónicas y potencialmente extendido tu vida, estarás tan feliz que no te importará cuánto tiempo te haya tomado llegar allí.
El principio número tres es poderoso: la consistencia se acumula.
Por consistencia, no me refiero a presentarte de manera perfecta todos los días de tu vida. La idea es presentarte tanto como sea posible; idealmente, deberías presentarte lo más a menudo posible. Por supuesto, si pudieras presentarte el cien por ciento del tiempo, alcanzarías tus metas más rápido, pero esto es muy difícil, sino imposible (ver principio número uno arriba). Si pudieras presentarte el ochenta por ciento del tiempo, tu progreso sería más lento, pero aún así avanzarías de manera efectiva.
Las cosas se complican cuando te sientes estancado, como sucede cuando pasas el cincuenta por ciento de tu tiempo siguiendo tus planes de entrenamiento y nutrición, pero el otro cincuenta por ciento socavando esos planes. Aunque no estés necesariamente haciéndote menos saludable en ese momento, no avanzarás mucho, si es que avanzas en absoluto. Pero si puedes llegar al cincuenta y uno por ciento y aumentar lentamente tu consistencia, sin duda alcanzarás tu meta; solo será cuestión de tiempo.
Cuanto más progreso hagas, más exponencial será tu avance. Piensa en tu tiempo y energía como una inversión: no puedes aumentar tu riqueza mediante intereses compuestos si nunca inviertes nada, pero incluso un depósito diario de un centavo puede acumularse.
Esto nos lleva al principio número cuatro: da el cien por ciento de lo que puedas.
Algunos días te despertarás sintiéndote en la cima del mundo y no tendrás problemas para seguir tu plan de ejercicio o nutrición. En otros días, te despertarás sintiéndote al 70 %, 50 % o incluso al 20 %. Y está bien.
Les decimos a nuestros clientes que den el 100 % de ese 70 %, el 100 % de ese 50 %, o de lo que tengan en el tanque. Al presentarse los días en que no tienes ganas, fortaleces los músculos mentales que te permitirán mantenerte saludable. De hecho, podrías encontrar más valioso esos días en que tienes menos energía, porque esos son los días en que construyes mayor resiliencia.
Por último, pero no menos importante, es esto: enfócate en ganar la próxima comida o el próximo entrenamiento.
He estado compartiendo esto con la gente durante años porque es un cambio de perspectiva. Como mencioné antes, a veces serás desviado por el estrés en tu vida o por circunstancias fuera de tu control. Tu capacidad para volver al camino es lo que determinará cuán rápido alcanzarás tu objetivo o si alguna vez lo lograrás.
Muchas personas responden a un desliz fijando su mirada en una de tres fechas de inicio: el comienzo de la próxima semana, el inicio del próximo mes o el comienzo del próximo año. Se dicen a sí mismos: “Cometí un error, pero la próxima semana (o mes o año) me esforzaré y finalmente me pondré en marcha”. Sin embargo, en última instancia, esto solo retrasa su progreso y potencialmente los coloca en un punto de partida aún peor.
Si pierdes el rumbo, quiero que te enfoques en ganar la próxima comida o el próximo entrenamiento. No te castigues, no intentes compensar al día siguiente comiendo menos o entrenando más intensamente, y no te demores; simplemente vuelve a tu plan regular. Si comienzas a tratar de compensar los días en que haces menos, podrías caer fácilmente en un ciclo vicioso que lleva a una relación poco saludable con la comida o el ejercicio.
Ahora que hemos cubierto los cinco principios que considero más útiles para mantener hábitos saludables a lo largo de la vida, te invito a anotarlos y colocarlos en un lugar visible. Para la mayoría de las personas, la cocina (quizás en el refrigerador) es un buen lugar para este recordatorio.
Como siempre les digo a mis clientes — y lo he escrito en artículos anteriores para CNS — ninguno de los consejos que comparto cambiará tu vida a menos que los implementes. El conocimiento es útil, pero sin acción, no te llevará a ninguna parte. Así que, mi último consejo es que tomes uno de los principios que he compartido e implementes en tu vida, comenzando hoy:
¡Tú puedes lograrlo!
Atentamente,
Coach Maxime
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