En las últimas dos décadas, los productos de soya se han vuelto bastante controversiales con afirmaciones de que son estrogénicos, causan cáncer de mama, están muy procesados y modificados genéticamente. Debido a esto, me gustaría aclarar la confusión.
Muchas personas afirman que la soya es estrogénica y feminiza ya que contiene fitoestrógenos conocidos como isoflavonas. Estas afirmaciones provienen principalmente de algunos estudios de roedores y un par de casos raros en humanos donde los individuos consumieron 15 a 20 porciones de soya por día y reportaron ginecomastia (crecimiento de la mama en los hombres).[1] Esto no es suficiente evidencia para apoyar la idea de que la soya, en cantidades razonables, feminiza.
Afortunadamente, los investigadores han realizado múltiples metaanálisis donde examinaron todas las investigaciones sobre el tema de la soya y las isoflavonas y no encontraron ningún vínculo entre el consumo de soya y la feminización, la testosterona baja o los altos niveles de estrógeno en los hombres.[2][3] Del mismo modo, un metaanálisis del 2009 encontró que la soya no tenía ningún efecto sobre los niveles de estrógeno en las mujeres.[4]
Esto se debe a que los fitoestrógenos de la soya son 1,000 veces más débiles y se unen preferentemente a diferentes receptores en nuestros cuerpos que los verdaderos estrógenos humanos.[5][6]Esto permite que la soya tenga efectos antiestrogénicos en los tejidos en los que no queremos exceso de estrógeno (por ejemplo en el tejido mamario), lo que también puede ser la razón por la que se ha demostrado que los productos de soya mejoran los síntomas de la menopausia.[7]
Sin embargo, a diferencia de la soja, los productos lácteos contienen estrógenos de mamíferos (incluso si no se añaden hormonas), que tiene el mismo efecto que el estrógeno producido por nuestros propios cuerpos, y por lo tanto es pro-estrogénico.[8] Así que si te preocupa los efectos hormonales de los alimentos que consumes, puede valer la pena cambiar los lácteos por una leche vegetal saludable como la soya.
Otra preocupación común es la cuestión del cáncer de mama. Lo que puede resultar sorprendente es que el consumo de soya en Asia está realmente relacionado con un menor riesgo de cáncer de mama. De hecho, aquellos que consumen sólo ½ taza de tofu por día reducen su riesgo de desarrollar cáncer de mama en un asombroso 30% en comparación con aquellos que evitan la soya![9] Incluso las mujeres que han luchado contra el cáncer de mama tienen 21% mayores tasas de supervivencia en el transcurso de 9 años si consumen más soya.[10] Y finalmente, aquellos con mutaciones de genes BRCA , que los pone en mayor riesgo de cáncer de mama, también puede beneficiarse del aumento del consumo de soya.[11] Esto puede que se deba a los efectos antiestrogénicos de la soya en el tejido mamario que he discutido anteriormente.5,6
Pero, ¿qué pasa con otros tipos de cáncer? Un estudio que incluyó a más de 46.000 mujeres encontró una reducción del 30% en el riesgo de cáncer de endometrio en el grupo con mayor consumo de soya.[12] Además, estudios sobre la ingesta de soya y el riesgo de cáncer de próstata en hombres, han encontrado una enorme reducción de entre 20% a 70% en aquellos con mayor ingesta de soya.[13] Debo señalar que los lácteos, por otro lado, pueden aumentar el riesgo de cáncer de próstata.[14]
Mientras que la soya claramente no tiene un impacto negativo en las hormonas o el cáncer, también puede haber otras razones para consumir productos de soya. Sólo 1/2 taza de soya entera contiene 16 gramos de proteína, 5 gramos de fibra, más de la mitad de tu requerimiento diario de hierro y cantidades significativas de magnesio, cobre y manganeso. Esto hace que la soya sea la leguminosa más alta en proteína, ¡con un 37% de sus calorías provenientes de proteínas! Además, contiene cantidades significativas de muchas vitaminas del grupo B y vitamina K. A pesar de que el tofu se procesa un poco y elimina parte de la fibra y los minerales, la soya está tan llena de nutrientes que todavía es un alimento bastante saludable.
También se ha visto que el consumo de proteína de soya reduce los niveles de colesterol, lo cual ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además de eso, la soya reduce la inflamación, que contribuye a casi todas las enfermedades crónicas que conocemos.[15]
La Academia Estadounidense de Pediatría también sugiere que una fórmula a base de soya es el equivalente nutricional de la leche de vaca y es adecuada para bebés a término sin evidencia de efectos hormonales.[16]
Por último, existe una buena cantidad de preocupación en torno a los productos de soya modificados genéticamente (OMG) y los plaguicidas utilizados para producirlos; sin embargo, casi todos los principales productores de soya para el consumo humano utilizan soya no OMG. Los cultivos OMG son usados principalmente para alimentar el ganado de consumo humano (pollos, cerdos, ganado). Pero si todavía estás preocupado, revisa las etiquetas de tus productos de soya para asegurarte de que están hechos con soya no OMG y/u orgánica.
¡Así que ahí está! A menos que tengas una alergia específica o sensibilidad a la soya, no hay razón para evitar un alimento que no solo es bueno para tu salud, sino que también tenga innumerables beneficios que van desde su increíble perfil nutricional hasta una reducción del riesgo de cáncer.
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