Así que cambiaste a una alimentación basada en plantas. Hiciste tu investigación. Miraste un documental como Forks Over Knives o What the Health. Lees artículos y estudios que demuestran que una alimentación basada en plantas puede revertir enfermedades crónicas como la enfermedad cardíaca, la diabetes tipo 2 y la hipertensión. Algo tuvo sentido. Te sentiste animado sobre los beneficios para la salud y el medioambiente. Le diste la oportunidad a comer así y rápidamente encontraste un nuevo nivel de energía, tu presión arterial disminuyó y la ropa empezó a ajustarte diferente. ¡Te sientes genial! Quieres decirles a todos los que conoces que se olviden de la dieta americana estándar y que, en su lugar, llenen sus platos con comidas basadas en plantas sin procesar. Es lo correcto —lo mejor para ti y lo mejor para el planeta—. Tiene sentido totalmente hacer este cambio. ¡Por supuesto!
Tómate algunos minutos con un esfero y un papel y haz una lista de todos los alimentos basados en plantas que tu familia ya come como parte de su rotación normal de comidas.
Pero… tu familia no está de acuerdo con este plan. Tu cónyuge dice que ellos son consumidores de carne, que siempre lo han sido, y que siempre lo serán. Y el queso, bueno, es simplemente una parte de la vida. Por cierto, el café no es café sin mitad café y mitad leche. ¿Y qué me dices sobre el Día de Acción de Gracias?
Entonces, ¿qué hará un comensal basado en plantas nuevo? ¿Forzar una alimentación basada en plantas en su reacia pareja? Probablemente no. En cambio, a continuación, te presento algunos consejos para mantenerte basado en plantas cuando tu pareja no lo es:
¿Recuerdas haber conocido a aquel parlanchín vegano en la cena de gala, que te hizo sentir vergüenza? No quieres ser esa persona. A medida que continúas comiendo de esta forma, te sentirás mejor, más saludable y tendrás más energía. Sé un buen ejemplo de por qué importa alimentarse de esta forma. Muestra, no hables.
A menudo nuestras emociones pueden abrumar nuestros pensamientos racionales. Podemos sentirnos muy emocionales cuando nuestro cónyuge no apoya completamente nuestro nuevo estilo de vida. Una táctica es ver la situación actual de forma tan clara como puedas hacerlo. Tómate unos minutos con un esfero y papel y haz una lista con todos los alimentos que tu familia ya come como parte de su rotación normal de comidas: avena, tostadas de cereal de grano entero, emparedado de mantequilla de maní y mermelada, bananos, uvas, manzanas, pasta, vegetales a la parrilla, papas horneadas, una gran ensalada, té. Y luego, enumera los ingredientes que se comparten fácilmente con o sin carne y lácteos: comidas como burritos de frijol negro, tacos, salteados, pastel de papa crocante, sopas y espagueti.
Cuando mires la lista, te darás cuenta de que no todo lo que tu familia consume contiene carne o lácteos. Ahora tienes algo sobre lo cual construir. Cuando hagas una comida, sirve más de estos ingredientes, y así tu familia los sentirá más conocidos.
Hace no mucho tiempo tú también fuiste consumidor de la dieta americana estándar. Piensa en lo que te hizo realizar el cambio. Ten compasión por tu yo más joven, que no tuvo la información que ahora tienes sobre la alimentación basada en plantas sin procesar. Y ten esta misma compasión por tu pareja. Recuerda: dar un sermón vegano no le habría ayudado a tu yo más joven. La alimentación es una parte esencial de quienes somos, cómo celebramos y cómo nos conectamos con nuestras familias y nuestra historia étnica. Y por ahí existen mensajes mixtos sobre lo que es saludable. Incluso los doctores tienen diferencias de opiniones. Tu propio trayecto hacia una alimentación basada en plantas sin procesar estuvo enredado en todos estos problemas y ayuda recordar que todos estamos en nuestro propio camino.
Sabes que el amor es lo más importante. No te tomes tan en serio los asuntos de la alimentación. Mantente alegre y ríe más. Meterse en discusiones sobre la comida nunca es una buena idea y nunca nos lleva a donde queremos estar. No pelees; en lugar de eso, conéctate. Y escucha. ¿Cuáles son las preocupaciones y los miedos y las visiones del mundo que van con la decisión de no acompañarte en una alimentación basada en plantas sin procesar?
El sitio del Dr. Campbell, NutritionStudies.org y el del Dr. Greger, NutritionFacts.org, son excelentes recursos para obtener la respuesta a la vieja pregunta: “¿De dónde obtienes tu proteína?” y otro tipo de cosas que la gente pregunta cuando cambias tu alimentación. Solo provee la información cuando alguien te la pregunte. No la ofrezcas (recuerda, ¡no sermonees!). Mantén tus respuestas ligeras, pero conoce tus hechos. Además, trata de evitar meterte en estas conversaciones en medio de una comida. La gente tiende a ser mucho menos receptiva sobre lo que está mal con su comida cuando está involucrada comiéndola activamente. Si parecen realmente interesados, podrías decir: “No quiero arruinar su comida. Si están interesados, recuérdenme luego y les daré algo de información”. Esta también es una gran manera de evitar debates sin sentido con tu tío obstinado, quien solo quiere discutir.
El cambio es duro. A menudo se siente como si se avanzara dos pasos y se retrocediera uno. Es de ayuda recordar que todos los grandes cambios, de hecho, son una colección de pequeños cambios. O como un amigo boxeador siempre decía: “La forma de ganar un encuentro es dar manojos de golpes”. ¿Cuál es esa pequeña cosa que puedes hacer hoy?
No estás solo. Hay muchos recursos en línea para conectarte con otros que también han cambiado a una alimentación basada en plantas sin procesar con o sin miembros de la familia a bordo. Busca grupos de Facebook, comida improvisada local y otros grupos basados en plantas. O empieza tu propio grupo.
Toma como un reto personal el hacer comidas basadas en plantas que sobresalen por sí solos —que no inciten a que la gente pregunte: “¿Dónde está la carne?”— Servir un “Shepherd´s pie” de lentejas a un grupo de amigos y que nadie haga un comentario diferente a “estuvo delicioso” es una victoria. También, cuando cocines para un grupo de omnívoros, mantente fiel a las recetas que conoces y que amas. SI haces algo que resulte ser un desastre, ten sentido del humor al respecto. Intenta hacer recetas de tus sitios basados en plantas favoritos o solicita un domicilio de compañías como MamaSezz y recibe la comida entregada justo en tu puerta, lista para ser calentada y consumida.
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