He sido una alpinista profesional durante 18 años, y también practico salto base y vuelo con traje de alas (trajes que permiten a los paracaidistas experimentar el vuelo) en entornos de montaña donde se necesita energía sostenida. En 2002 comencé a preguntarme si cambiar mis hábitos alimenticios podría ayudar con mi desempeño al escalar. Elegí varios libros populares sobre la nutrición y dediqué tres meses a cada uno de cuatro diferentes estilos de alimentación, ninguno de los cuales estaban basados en plantas. No noté resultados drásticos de ninguno de ellos. Al final de año hice un ayuno de limpieza y, cuando empecé a comer comida regular de nuevo, solo comía lo que me atraía. Después de un par de semanas me di cuenta que no estaba comiendo ningún producto animal, azúcar o cereales refinados. Durante los últimos 12 años he seguido una dieta vegana, con énfasis en alimentos sin procesar y en evitar el azúcar, los cereales refinados y las comidas procesadas.
En 2002 los alpinistas creían apasionadamente que la proteína animal era necesaria para escalar con fuerza. Convertirse en vegano o incluso en vegetariano era considerado loco o tonto por la mayoría de mi comunidad. Decidí hacerlo, de todos modos, ya que lo estaba haciendo naturalmente. Pronto descubrí que estaba escalando, corriendo y sintiéndome mejor. Por primera vez, no tuve problemas para mantenerme ligera en peso mientras comía lo que fuera y en la cantidad que quisiera. También descubrí que mis alimentos en sí eran ahora más ligeros y de menor volumen, un beneficio real en grandes paredes y montañas cuando cada alimento agrega peso a lo que tiene que ser cargado.
Utilizo estufas de combustible líquido para escalar y acampar en las montañas, y he aprendido que, con gas de baja calidad, las estufas queman mal, usan mucho combustible y se atascan con desechos de carbón negro. Con gas limpio, de alta calidad, blanco, las estufas queman con intensidad, utilizan mucho menos combustible, y permanecen limpias. Parece que funciona de la misma manera con mi cuerpo y el combustible que pongo en él. Definitivamente necesito menos alimento y corro más eficiente ahora que antes. En 20 años de alpinismo, nunca he tenido una lesión por sobreuso relacionada con el ascenso o una enfermedad grave, y eso es bastante raro.
Actualmente hay muchos alpinistas, ultracorredores y otros atletas de exteriores que creen en los beneficios del comer basado en plantas. Me preocupo mucho por el rendimiento ahora, pero mi mayor prioridad en la vida es la salud y la sostenibilidad. ¡Espero que los beneficios a largo plazo para la salud de mi estilo de alimentación me mantengan escalando y volando por muchas décadas más!
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