Es gracioso porque ahora me siento TAN, TAN orgullosa y valiente de ser una persona que consume una alimentación basada en plantas, ¡que apenas puedo callarme! Me encanta estar en la fase temprana del cambio social y, sabiendo que superé los obstáculos personales para llegar allá, hace que me entusiasme más por mis elecciones de alimentación. Pero, cuando comencé a comer de esta manera, a menudo me sentía como si fuera un pescado fuera del agua… Sin embargo, aquí está la forma en la que lidié con cinco de los desafíos sociales más comunes que surgieron en mi camino:
- No sabía qué decir cuando la gente citaba artículos “científicos” que concluían lo contrario (¿alguien paleo?) de lo que había venido aprendiendo acerca de los beneficios para la salud de evitar las comidas de origen animal. Sonaban como si supieran de lo que estaban hablando, y a veces yo no tenía los estudios en mi cabeza para discutir con inteligencia. Así que lo que hice fue que memoricé unas cuantas citas, muy básicas y muy respetadas, y las cité generalmente como respuesta. Mi réplica regular era algo como: “Incluso la Academy of Nutrition and Dietetics (Academia de Nutrición y Dietética) dice que una alimentación vegana completa es saludable y que a los vegetarianos y veganos de cualquier edad y en cualquier etapa de la vida les va mejor en la prevención de la obesidad, la diabetes tipo 2, el cáncer, los accidentes cerebrovasculares y la enfermedad cardíaca. ¡Y ellos necesitan datos científicos rigurosos antes de salir y decir cualquier cosa!”. Y, por supuesto, les recomiendo que lean El Estudio de China si están interesados en la alimentación como una función en la prevención y el tratamiento del cáncer. (¡La palabra C es poderosa!).
- Cuando alguien dijo (y más de una sola vez, créeme): “Esta dieta tuya es ABURRIDA”. Me sentía como la más “aguafiestas”, como si estuviera siendo una “santa”, por no comer hamburguesas con la multitud. Era como ser una adolescente otra vez y sentir la presión de los compañeros para ser genial y consumir drogas. Mi respuesta durante el comienzo de mis días, cuando empecé a consumir una alimentación basada en plantas, era no saber qué decir (no puedo evitarlo… ¡Siempre seré una nerda que quiere ser genial!), pero ahora solo digo: “Bien, chicos, disfruten. La carne no es lo mío”. Entonces inevitablemente escucharía: “¿Por qué no?” Y yo diría: “Bueno, si realmente quieres saber, hay tanto cáncer en mi familia y la ciencia es tan fuerte respecto al vínculo entre el cáncer, la carne y los productos lácteos, que simplemente para mí no vale la pena jugar con fuego”. De repente, ¡yo era la de la alimentación interesante!
- Voy a un montón de veladas y antes no sabía cómo no ofender al anfitrión cuando no quería comer sus ofrecimientos. Así que siempre enviaba un correo electrónico por adelantado que dijera: “Oye, solo quiero que sepas que soy vegana, pero por favor no te preocupes por tener algo para mí. ¡Llevaré algo para que no tengas que preocuparte por ello!”. Nueve de cada diez veces el anfitrión decía: “¡Oh, tendremos algo para ti, así que no te molestes en traer nada!”. De lo contrario, llevaba una ensalada sustanciosa, o algunas alternativas vegetarianas para poner en la parrilla y no quedarme ahí sentada, sin nada para comer. Y, de nuevo, eso generalmente desencadena una conversación interesante… mientras que esté relajada al respecto, los anfitriones también lo estarán.
- En cuanto a la ética, recuerdo estar en un restaurante con amigos y responder a las preguntas de una chica sobre por qué soy vegana, y estaba hablando de lo conmovida que estaba de ver lo que sucedía con los animales a medida que se convertían en alimentos y que ya no se sentía bien comerlos. Ella comenzó a sonreír y luego señaló a mis zapatos y dijo: “¿Oh, sí? Entonces, ¿por qué llevas su piel en los pies?”. Tragué saliva. Me sentía culpable, a la defensiva y sin palabras. Pero entonces recordé mi lema: Progreso, no perfección. “He dicho que me estoy “inclinando” y haciendo lo mejor que puedo, pero espero que llegue un día en que no tenga que usar cuero”. (De hecho, dejé el cuero unos seis meses después de eso).
- Siempre estoy muy agradecida con la amabilidad de la gente, y era realmente incómodo cuando alguien me daba comida con productos de origen animal como un regalo. Como cuando me mudé a mi casa y algunos vecinos realmente encantadores vinieron a darme la bienvenida con una canasta de quesos… No quería ser desagradable, pero tampoco creo que fuera correcto aceptarla en silencio. Así que con entusiasmo les dije: “¡Oh, muchas gracias por su amabilidad; esto es increíblemente dulce de su parte! Sin embargo, me temo que esto se desperdiciara en mí, porque soy vegana. Aunque, ¿qué tal si tomamos una copa de vino? Me encantaría corresponder a su generosidad”.
Para mí, todo es cuestión de tono y entrega. Si evitas ser dogmático o creer que tus ideas son superiores a las de los demás, la gran mayoría de la gente respetará tus elecciones. Y, mejor aún, se inclinarán para escuchar más sobre por qué comes y vives de la manera en la que lo haces…