Los padres son un tesoro. Los padres impactan vidas y pueden dar forma a lo que los niños creen que es importante en la vida. Los papás lideran, enseñan, protegen, disciplinan y establecen estrategias que mejoran el bienestar de hijas e hijos. Aquí hay algunas herramientas que pueden ser utilizadas antes, durante y después del Día del Padre, para mejorar la vida a largo plazo.
Haz un compromiso con tu salud: La triste verdad es que la hipertensión y otros riesgos para la salud han aumentado en los hombres de 20 años y más, mientras que, al mismo tiempo, las tasas de obesidad infantil se han disparado. ¿Estás listo para comprometerte a hacer algunas elecciones saludables y a establecer ciertas metas para la optimización de tu estado físico? Puedes comenzar siguiendo pasos simples hacia el bienestar. Por ejemplo: “Voy a visitar a mi médico con frecuencia para que me realice varios exámenes” o “Voy a caminar con mis hijos dos veces a la semana.” Recuerda, el ejercicio y la alimentación saludable pueden afectar la calidad de vida de toda una generación y más allá.
Intenta un paseo grupal o correr: ¿Has corrido una 5K o salido a la naturaleza con tus amigos en bicicletas de montaña? Puedes comenzar a entrenar ahora para una 5K y ponerte en forma para participar en una carrera de grupo con amigos u otros papás. Visita active.com para eventos en tu área en los que te puedas registrar. O llama a algunos amigos papás y vayan a un paseo en la mañana para quemar calorías y así, puedan disfrutar del brunch sin culpa. Una observación: no hay necesidad de exagerar al comer el brunch, porque tu estómago es solo del tamaño de tu palma.
Come para vivir, no vivas para comer: ¿Consumes alimentos para aumentar la ingesta de vitaminas, minerales y nutrientes o simplemente para satisfacer los antojos de alimentos reconfortantes? Ten en cuenta que las enfermedades crónicas relacionadas con los alimentos son más frecuentes que nunca, por lo que "ahora" es el momento de decir finalmente "No gracias" a los hábitos alimenticios destructivos. Sé más proactivo con tu alimentación y la de tu hijo.
Comienza a cambiar papas fritas, galletas y refrescos por frutas, vegetales y batidos. Las palomitas de maíz con unas pizcas de sal del Himalaya y Vegit (sin aceite o mantequilla) son ideales para reemplazar el crujido de las papas fritas. Cocina más comidas en casa y reduce o incluso elimina tu ingesta de comida rápida. Di "No" a los alimentos blancos y enriquecidos y "Sí" a los cereales de grano entero (por ejemplo, arroz integral o quinua en lugar del arroz blanco) y añade más vegetales crucíferos verdes como el kale y los espárragos a tu plato. Por favor, asegúrate de comprar batatas porque el cerebro se desarrolla con ellas. Puede implicar mucho esfuerzo para algunos al principio, ¡pero bien vale la pena a largo plazo para toda tu familia!
Actividad – es un asunto de familia: Disfruta algunas veces a la semana de al menos una hora de actividades dinámicas con tu familia como el fútbol, el voleibol, el tenis o el senderismo en la naturaleza. Los parques estatales son ideales para estar activo mientras se disfrutan dosis saludables de oxígeno. ¿Por qué no organizar un picnic con deliciosos alimentos basados en plantas sin procesar?
Conviértete en el entrenador de la familia: Es un gran día cuando papá hace sonar el silbato y alerta a su familia para que mejoren su condición física y disfruten de decisiones inteligentes respecto a su alimentación. Continúa motivando a la familia con consejos de ejercicio diario y prueba recetas nutritivas. Me gusta cocinar y me encanta cuando mi esposa o hijas piden un tofu salteado vegetariano o alas de coliflor a la barbacoa. Más importante aún, adoro totalmente cuando mi hija menor se pone su casco y me pide que demos un paseo. Eso viene de años de entrenamiento silencioso. Recuerda: cuando conduces a tu familia por el ejemplo positivo, ella también se inspira. ¡Tú puedes hacerlo, papá!
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