Un invierno helado está retrocediendo lentamente para muchos, con las flores abriendo sus pétalos y los días más largos, somos atraídos a pasar más tiempo al aire libre. A medida que el clima se hace más cálido y empezamos a vestirnos de forma más ligera, muchos de nosotros experimentamos el temido: “¡Oh, oh!”. Las vacaciones de invierno y los días largos, fríos y oscuros nos sedujeron para comer comidas más densas y tal vez, incluso, grandes cantidades de ellas. Y así nos engordamos.
A pesar de que puede ser cierto, no me gusta usar la palabra “gordo”. Es dura y fría, como el invierno. Me gusta usar la palabra “acolchado”. Es linda. Es cariñosa. Es adorable. Justo como estamos ahora. Estamos rellenos. Pero la grasa tiene que irse. Solo tenemos un breve período hasta el verano, las vacaciones, los trajes de baño y la ropa más ligera. El pensamiento de faldas, pantalones cortos y camisetas sin mangas suena como una alarma de emergencia para muchos de nosotros, lo que puede encender nuestra motivación —¡SEREMOS delgados, estaremos en forma y saludables para el verano!—.
Sin embargo, reduce la velocidad, no te apresures. No tomes medidas drásticas en tu programa de entrenamiento o en tu alimentación, porque eso podría ser contraproducente. Recuerda que el camino hacia el éxito incluye una estrategia lenta y estable. No hay atajos para la salud. Sé inteligente sobre el trayecto hacia tu cuerpo de verano, porque no se trata solo de eso. Se trata de estar sano, en forma y delgado por el resto de tu vida, por lo que es importante hacerlo bien.
Recuerda que tu cuerpo comienza en la cocina. Los músculos esbeltos inician en tu plato. Limpia tu alacena, deshazte de todas las comidas densas y poco saludables. Todas las comidas saladas, con aceite y azucaradas (salty, oily, sugary, SOS en inglés) son perjudiciales para tu salud y tu físico de verano. Son adictivos. Se meten con tu fuerza de voluntad, disminuyen tu autoestima y tu poder interior. Puedes disfrutar de la gratificación instantánea al comerlos, pero te harán sentir terriblemente mal cuando hayas terminado.
La forma más fácil de lograr la salud y el acondicionamiento físico —con la menor resistencia de tu cuerpo y eventualmente, de tu mente— es a través del rico y hermoso mundo de las plantas. No estoy sugiriendo que visites un jardín botánico (aunque eso también es encantador), sino que, en su lugar empieces a consumir una alimentación basada en plantas. Dicha alimentación proporciona enormes cantidades de nutrientes, vitaminas, minerales, fitonutrientes, fibra y delicias.
Después de comer comidas densas, saladas, azucaradas y grasosas en exceso, puedes encontrar inicialmente plantas crujientes y frescas más bien “aburridas” e “insípidas”. Por favor, confía en mí, es solo una ilusión, tu cerebro te está engañando. Cuando estamos malnutridos por comer comidas procesadas y vacías nutricionalmente, a menudo nos da antojos por las malas comidas. Nuestros cuerpos piden a gritos nutrición y la mejor manera de satisfacerlos es comiendo cantidades abundantes de vegetales y frutas frescas. Puedes sentirse muy lleno y saciado sin comer en exceso. Si todavía tienes más espacio en la barriga, agrega algunas legumbres para obtener proteínas adicionales, algunas semillas y nueces para las grasas saludables y proteínas, y tal vez incluso algunos cereales de grano entero (a menos de que seas muy sensible a ellos).
Pronto, te darás cuenta de que tus papilas gustativas se han ajustado, y que ¡comer una alimentación basada en plantas sin procesar es delicioso y satisfactorio! Tu cuerpo y tracto digestivo estarán más limpios, más saludables y más eficientes. Comer una alimentación ligera y limpia basada en plantas te energizará y te hará sentir ligero. Ese sentimiento de ligereza alimentará aún más el fuego de la motivación —para seguir adelante—.
Así que una vez que tu alimentación sea la correcta, podrías considerar el ejercicio. No solo porque te hace sentir bien a través de la liberación de endorfinas, sino también porque quemas calorías adicionales, desarrollas músculos para apoyar tu sistema musculoesquelético e incrementas tu metabolismo. Sí, eso significa que puedes comer aún más de esas plantas deliciosas. Un prerrequisito razonable es elegir una actividad que realmente disfrutes hacer. Esto ayudará a que te asegures de ceñirte al ejercicio en el largo plazo.
Yo sí recomiendo que incorpores a tu repertorio de ejercicios aquellos en los que se carga con el peso del cuerpo (como el entrenamiento de fuerza o el levantamiento de pesas), si no desde el principio, con el tiempo. Necesitas músculos. Los músculos son tejido activo, se ven y se sienten bien mientras quemas grasa y creas una buena postura corporal.
Te sentirás súper y enérgico con el ejercicio y un estilo de vida basado en plantas. ¡Podrías terminar tan emocionado como yo! Está bien ser un poco exagerado, solo asegúrate de que comes suficientes calorías para proporcionar toda la energía para tu entrenamiento. También es importante cuidar bien de tu cuerpo entre tus sesiones de entrenamiento, incluyendo cosas como hacer estiramiento regular, autoliberación miofascial o un masaje terapéutico.
Muchos afirman que la moderación es la clave. Soy una persona que no “hace” las cosas con moderación y que tiende a empujar el límite. Así es como averiguo hasta dónde puedo llegar. Comer una alimentación basada en plantas me ha demostrado que puedo entrenar mucho más duro, durante más tiempo y más intensamente que antes. También te sorprenderás por la cantidad de energía que tendrás para tu entrenamiento, el trabajo, la familia y la vida en general.
Te puedes convertir en una versión mejor, más saludable y más en forma de ti mismo. Cuando cuides bien de tu cuerpo, te sentirás genial. Cuanto mejor te sientas, desearás comer de manera más saludable. Cuando comas una alimentación basada en plantas, entrenarás con mayor intensidad y comerás más. Conseguirás un excelente cuerpo esbelto para el verano, pero aún más importante, ¡estarás sano de por vida!
Y todo comienza con esa simple decisión… consumir más plantas.
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