El colágeno se ve por todas partes – en proteínas en polvo, barritas, suplementos y más. Pero, ¿consumir péptidos de colágeno o colágeno realmente puede darte una piel más saludable, uñas más fuertes y una mejor salud intestinal?
Antes de aceptar estas afirmaciones como un hecho, es mejor mirar la naturaleza del colágeno, cómo se forma en nuestro cuerpo y lo que la ciencia dice acerca de los suplementos de colágeno.
El colágeno es un grupo de proteínas “duras, insolubles y fibrosas” que componen la estructura del tejido conectivo y constituyen aproximadamente un tercio de toda la proteína del cuerpo.[1] Se han identificado más de dos docenas de tipos de colágeno, los más prominentes son:
El colágeno también se encuentra en los ligamentos, en el pelo y en las membranas protectoras alrededor de los órganos.
Para formar colágeno, el cuerpo requiere aminoácidos, principalmente prolina, glicina, lisina e hidroxiprolina.[3] Nutrientes adicionales, incluyendo vitamina C, zinc, cobre y manganeso ayudan a completar y apoyar la matriz de colágeno.
Los suplementos de colágeno suelen contener colágeno hidrolizado, también llamado péptido de colágeno. Algunos estudios sugieren que consumir colágeno hidrolizado, una proteína más pequeña, puede aportar beneficios como:
Sin embargo, no todos los estudios están de acuerdo con estos beneficios además de que algunos estudios fueron financiados por empresas de suplementos de colágeno, lo cual puede introducir una medida de sesgo en el proceso y en los resultados reportados. Muchos estudios también se han hecho en animales de laboratorio por lo que no está claro si los seres humanos experimentan los mismos resultados.
Actualmente no existe evidencia científica sólida para apoyar las afirmaciones de la capacidad del colágeno para curar problemas intestinales, aumentar la salud del cerebro o mejorar los resultados de pérdida de peso.
Ya que el cuerpo degrada/metaboliza cualquier colágeno que consumimos en sus partes componentes, incluyendo aminoácidos; no es fácil determinar si los beneficios aparentes de los suplementos de colágeno provienen del colágeno en sí o de los aminoácidos que contiene, que también están presentes en otras fuentes de proteínas.
Los péptidos de colágeno que se encuentran en suplementos y alimentos funcionales se derivan de fuentes de origen animal como cerdos, vacas, pescado o huevo, por lo que ninguna opción actualmente en el mercado es apta para aquellos que eligen dietas completamente basadas en plantas. El colágeno suplementario también puede causar problemas digestivos o conducir a elevaciones peligrosas de calcio en la sangre.[5]
Algunas empresas están usando una combinación de bacterias, enzimas y levaduras o están utilizando la fermentación para crear colágeno vegano. Estos ingredientes se encuentran principalmente en productos de belleza y cuidado personal en este momento, pero pueden llegar a ser más ampliamente disponibles en suplementos y alimentos en el futuro.[6] Se desconoce cómo estas opciones de colágeno libres de ingredientes de origen animal se comparan con el colágeno de origen animal en cuanto a su función y beneficios.
Hasta que el colágeno libre de ingredientes de origen animal sea más convencional, las únicas opciones veganas de colágeno disponibles son en realidad suplementos de nutrientes. Estos “potenciadores de colágeno” contienen los bloques de construcción que tu cuerpo utiliza para producir su propio colágeno. Algunos también incluyen ingredientes adicionales con propiedades conocidas o que supuestamente estimulan la producción de colágeno.
Sin embargo, los suplementos no están exentos de tener riesgos. Ya sea que sea derivado de animales o vegano, los suplementos de colágeno y sus potenciadores no están regulados y pueden no contener las cantidades y tipos de nutrientes enumerados en la etiqueta. Los péptidos de colágeno derivados de animales pueden estar contaminados con metales pesados y otras toxinas ambientales que se acumulan en tejidos y en huesos de los animales. También existe el riesgo de una reacción si tienes alergia a la fuente del colágeno o nutrientes suplementarios.
Al comer alimentos que contienen los aminoácidos y nutrientes necesarios para formar colágeno, le estás dando a tu cuerpo la materia prima para formar más colágeno sin necesidad de usar suplementos. Todos los componentes del colágeno se pueden encontrar en alimentos vegetales sin procesar: frijoles y legumbres, frutos secos y semillas, frutas y verduras, y cereales integrales.
Para obtener toda la gama de nutrientes que apoyan la producción de colágeno:
Además, puedes preservar el colágeno que ya tienes evitando ciertos alimentos y hábitos de estilo de vida que aumentan la producción de radicales libres o inflamación.
Para prevenir daños:
Seguir patrones saludables de dieta y estilo de vida, incluyendo el consumo de una variedad de alimentos de origen vegetal sin procesar, apoya la producción innata de colágeno de tu cuerpo. En la mayoría de los casos, esto debería ser suficiente para ver los mismos beneficios atribuidos a los suplementos de colágeno. Si no es así, habla con un médico experto para determinar si tienes una condición subyacente que esté afectando la producción de colágeno y así abordar y corregir el problema desde la raíz.
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