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Centro de Estudios en Nutrición del Dr. T. Colin Campbell
La alimentación basada en plantas ayuda a los nativos norteamericanos a superar la diabetes

Hay un aumento trágico y continuo en las tasas de enfermedades crónicas en todo el mundo, en particular la diabetes y la enfermedad cardiovascular, que comúnmente la acompaña. La mayoría (si no todo) de este sufrimiento se debe a cambios actuales que se alejan de las diversas dietas que apoyan la salud, basadas en los alimentos vegetales locales que consumían las comunidades indígenas de todo el mundo desde tiempos inmemoriales. Esto está claramente ejemplificado en las naciones nativas de los Estados Unidos. Hemos visto que las tasas de diabetes se han disparado en estas comunidades, particularmente en la tribu Pima, de Arizona. Muchos culpan a la genética.

Lo que entendemos acerca de la genética es que los genes pueden permitir una tendencia hacia una enfermedad en particular, pero son los factores ambientales los que permiten que dichos genes se expresen en una enfermedad. Aunque ciertos grupos pueden ser más propensos a la diabetes con base en la composición genética, la enfermedad no se establece, a menos que los factores ambientales aumenten la susceptibilidad al desarrollo de la enfermedad. La tribu pima de Arizona, por ejemplo, tiene las tasas más altas de diabetes de cualquier población en el mundo[1]. (También tienen tasas asombrosas de obesidad e hipertensión). Pero, curiosamente, los de la tribu pima que viven al otro lado de la frontera en México no padecen tasas altas de diabetes[1]. ¿Cuál es la diferencia?

Ellos comparten una composición genética similar, pero viven un estilo de vida muy diferente a aquellos que viven más hacia el norte de Arizona. La dieta pima de Arizona se aleja de los alimentos nativos como los frijoles, el maíz, el trigo, la calabaza y muchas plantas autóctonas, incluidas las espinacas silvestres, las vainas de mezquite, los capullos de cholla y, potencialmente, algunos animales salvajes y peces. Su dieta ahora se compone, en gran parte, de comida rápida barata y productos de origen animal[1]. Los mexicanos pima también han sido mucho más activos que sus primos de Arizona. El ciclo sedentario de los pima estadounidenses perpetúa aún más la obesidad y la resistencia a la insulina. Pero esta diferencia también sugiere que una enfermedad tan devastadora no tiene que quedarse establecida en las comunidades y se puede prevenir, así como superar, mediante cambios en el estilo de vida.

Prevalencia de diabetes tipo 2 en mexicanos no pima, indios pima mexicanos e indios pima estadounidenses

Prevalencia de diabetes tipo 2 en mexicanos no pima, indios pima mexicanos e indios pima estadounidenses[1]

Desde la década de 1950, muchos miembros de la tribu han dependido de productos alimenticios, proporcionados por el Gobierno de los Estados Unidos, que incluyen carne enlatada, altamente procesada, queso y leche en polvo; no precisamente cosas que garanticen una salud óptima. En este periodo, posterior a la Segunda Guerra Mundial, también fue cuando vimos que las tasas de diabetes aumentaban entre los miembros de la tribu.

La genética es complicada. Aunque todos tenemos un conjunto de genes que pudieron predisponernos a una cosa u otra, muchos están involucrados en más de un mecanismo[2]. Tratar de identificar algunos genes responsables por una característica particular nunca mejorará con éxito la salud en general. Curiosamente, hay 417 genes asociados con la grasa y el aumento de peso en gusanos (y el doble en humanos)[3]. Incluso, si descubriéramos cómo controlar esta predilección por el peso a través de la genética, ¿qué pasaría con la enfermedad cardíaca, la diabetes y otras enfermedades autoinmunes al mismo tiempo? Confiar en la genética para hacerle frente a la enfermedad es como bajar por una madriguera oscura sin fondo a la vista. Por otro lado, tratar la enfermedad con cambios en la alimentación ofrece una mayor promesa no solo de controlar el peso sino también de reducir el riesgo de la mayoría de las enfermedades, lo que es más prometedor que la búsqueda de soluciones genéticas. Si comenzamos con la alimentación, podremos superar la mayoría de los obstáculos en el camino para lograr una mejor salud y un peso óptimo.

Afortunadamente, hay organizaciones y profesionales de la salud que trabajan en las comunidades para cambiar la trayectoria de esas epidemias de enfermedades. Una de esas profesionales es Caroline Trapp, DNP (Doctor of Nursing Practice, doctora en Práctica de Enfermería, en español), APN-BC (Advanced Practice Nurse, Board Certified, enfermera de Práctica Avanzada, en español), CDE (Certified Diabetes Educator, educadora certificada en materia de diabetes, en español), FAANP (Fellow of the American Association of Nurse Practitioners, miembro de la Asociación Estadounidense de Profesionales de Enfermería, en español). Como enfermera especializada y directora de Educación sobre Diabetes y Cuidado del Comité de Médicos por una Medicina Responsable (PCRM, por sus siglas en inglés), la Dra. Trapp trabaja con las comunidades de nativos estadounidenses para combatir y revertir la tendencia hacia la diabetes.

La diabetes y las complicaciones de la diabetes no controlada son epidémicas en Nuevo México y han impactado especialmente a las comunidades nativas estadounidenses. Los adolescentes nativos americanos son el grupo demográfico de más rápido crecimiento en términos del número de personas que desarrollan la enfermedad. He visto tanto la devastación causada por el fracaso de las estrategias convencionales, como los poderosos beneficios cuando las personas que están en riesgo o que tienen diabetes cambian a un patrón de alimentación basado en plantas.

Un programa con el que la Dra. Trapp ha estado involucrada ilustra los efectos de ese cambio cultural, lejos de los alimentos nativos: el Marshall Island Diabetes Intervention Project (Proyecto de Intervención de Diabetes de la Isla Marshall, en español), dirigido por Brenda Davis, RD (registered dietitian, dietista registrada, en español). La causa número uno de muerte y discapacidad en esta nación isleña es la diabetes tipo 2. La mayoría de las personas la tienen o desarrollan prediabetes en el momento en que son adultas. La mitad de todas las cirugías realizadas dentro de esta pequeña nación son amputaciones debidas a la diabetes. La mayoría no sabe que tiene la enfermedad y no recibe tratamiento hasta que se producen efectos graves como daño circulatorio o renal. La Sra. Davis explica:

Hace sesenta años, la diabetes era prácticamente desconocida en las Islas Marshall. La gente era delgada y físicamente activa y vivía de la tierra. Su alimentación consistía en pescado, mariscos y plantas comestibles como coco, fruto del árbol de pan, ñame, pandano y vegetales de hojas verdes… Hoy en día, los isleños comen montañas aparentemente insuperables de carne de cerdo enlatada, donuts, fideos de ramen y gaseosa de cola.

Pero a través de este proyecto, las dietas, los corazones y las mentes cambiaron. Aunque fue financiado como un estudio de dos años (que comenzó en 2006), se lograron resultados notables que influyeron no solo en quienes participaron, sino también en la misma cultura isleña, incluyendo más cocción de platos con frijoles y arroces, más ejercicio y más opciones saludables ofrecidas en tiendas y restaurantes.

La Dra. Trapp también ha encabezado Food for Life: Healthy Eating and Cooking to Beat Diabetes in Indian Country (Comida para la vida: Comer y cocinar de forma saludable para vencer a la diabetes en el país indio, en español) del Comité de Médicos por una Medicina Responsable, ofreciendo una educación muy necesaria para expertos en atención en salud y líderes en y alrededor de las comunidades nativas estadounidenses del suroeste, inspiradas en el trabajo y la investigación de T. Colin Campbell, PhD, sobre el poder de la alimentación basada en plantas para superar las enfermedades crónicas.

Este ejemplo de transformación alimenticia nos da esperanza. Si puede funcionar en las Islas Marshall con recursos tan escasos, cambiando una cultura tan fuerte basada en el orgullo y la independencia, puede funcionar en cualquier parte, incluso en los Estados Unidos.

La Dra. Trapp ha encabezado un proyecto que ofrece una educación muy necesaria a expertos y líderes en atención en salud de las comunidades nativas estadounidenses del sudoeste, trayendo la Plant-based Prevention of Disease (P-POD) conference (Conferencia sobre el consumo de una alimentación basada en plantas para la Prevención de Enfermedades, en español) a Albuquerque, Nuevo México, del 18 al 20 de mayo de 2017.

Referencias

  1. Schulz, L. O., Bennett, P. H., Ravussin, E., Kidd, J. R., Kidd, K. K., Esparza, J., & Valencia, M. E. (2006). Effects of traditional and western environments on prevalence of type 2 diabetes in Pima Indians in Mexico and the U.S. Diabetes Care, 29(8), 1866-1871. doi:10.2337/dc06-0138
  2. Baier, L. J., & Hanson, R. L. (2004). Genetic Studies of the Etiology of Type 2 Diabetes in Pima Indians. Hunting for Pieces to a Complicated Puzzle, 53(5), 1181-1186. doi:10.2337/diabetes.53.5.1181
  3. Ashrafi K. Chang FY. Watts JL., et al. Genome-wide RNAi analysis of Caenorhabditis elegans fat regulatory genes. Nature. 2003 Jan 16;421(6920):268-72.

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