Has decidido probar la alimentación basada en plantas, ¡genial! Es una de las mejores decisiones que puedes tomar por tu salud y por el medioambiente.
¿Vas a hacerlo de un día a otro o harás la transición poco a poco? Cada método tiene sus pros y sus contras, así que aquí tienes una tarea diseñada para ayudarte a tomar una decisión.
Toma un diario o una libreta y anota tus respuestas a estas preguntas.
Algunas personas sienten curiosidad por ver cómo sería comer solo alimentos basados en plantas por un tiempo. Otros quieren probarlo para perder peso. Muchas personas se sienten inspiradas para ayudar al medioambiente o proteger a los animales. A algunos se les ha aconsejado que consuman menos carne y productos lácteos para reducir o eliminar problemas de salud o enfermedades específicas. Es importante saber por qué quieres optar por la alimentación basada en plantas.
Los objetivos son diferentes a la motivación. Tu motivación es lo que te lleva a crear objetivos para ti mismo. Tus metas deben ser medibles y estar respaldadas por objetivos a corto plazo. En este caso, tu objetivo podría ser definir el tiempo que te quieres tomar; identificar los cambios precisos que harás, y describir los nuevos hábitos que planeas integrar.
Si tu meta es comer basado en plantas durante dos semanas o un mes solo para ver cómo es, entonces tiene sentido lanzarse de lleno y comer 100% basado en plantas durante ese tiempo. Por otro lado, si ya sabes que quieres hacer de esta forma de comer tu nuevo estilo de vida, entonces podrías tomarte tu tiempo para hacer la transición dependiendo de tus respuestas a las preguntas restantes.
Comer basado en plantas no tiene por qué ser caro. Los vegetales, las frutas, y los cereales de grano entero se encuentran entre las opciones alimentarias menos caras. Pero, si te resulta difícil económicamente deshacerte de las comidas procesadas que ya has comprado y tienes guardadas, puedes utilizar cosas como el pan, la pasta, los aderezos para ensaladas, los cereales en caja, los aperitivos, y los condimentos hasta que se agoten y luego sustituirlos por alimentos basados en plantas sin procesar. A medida que vayas eliminando, comienza a planificar tus comidas con antelación y utiliza una lista de compras detallada para que no adquieras cosas que no vas a utilizar.
Las personas con las que compartes la vida tendrán mucho que ver con tu decisión. Si vives solo o compras y cocinas solo para ti, será más fácil optar por hacer la transición de un día a otro. No estás afectando a nadie más con tus selecciones. Sin embargo, si tienes una pareja o una familia con la que compartes las comidas, ¿cuál es su postura?, ¿harán el cambio contigo? Si no, ¿al menos te apoyan? Contar con el apoyo de tu familia es importante cuando adoptas un cambio de estilo de vida. Si tu familia es escéptica, una transición poco a poco , o una prueba a corto plazo, puede ser una buena manera de mostrarles lo deliciosa y satisfactoria que puede ser una alimentación basada en plantas sin abrumarlos.
Sé sincero contigo mismo. ¿Cuál es tu historial respecto a la comida, las dietas, y los cambios?, ¿has probado toda dieta para luego dejarla en un par de semanas?, ¿renuncias al azúcar todas las mañanas y cedes cada noche?, ¿aceptas los cambios o les temes? Algunas personas tienen que meterse de lleno todo a tiempo completo para asumir su responsabilidad, porque prueban un bocado, se terminan toda la bolsa. Otros descubren que permitirse cierta holgura les ayuda a mantenerse comprometidos.
Una vez que tomes tu decisión y comiences este trayecto, bien sea para probarlo o para toda la vida, sigue registrando tus experiencias, física, psicológica, y emocionalmente. Cuando te sientas tentado, o flaquees en tu decisión, vuelve al principio de esta lección y relee tus motivaciones y tus objetivos. Revisa tus objetivos si es necesario y sigue adelante. La vida es un viaje; mantén tu vagón en movimiento.
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