Las discusiones en el debate continuo sobre los efectos de las lectinas en los alimentos a menudo carecen de detalles respecto a qué son estas proteínas y cómo funcionan. Un vistazo más de cerca a las funciones de las lectinas arrojará algo de claridad sobre por qué son tan prevalentes en los seres vivos y para qué sirven en el cuerpo humano.
Las lectinas se encuentran en casi todos los alimentos vegetales y animales en varias cantidades. Sin embargo, la controversia en torno a las lectinas parece centrarse en las lectinas vegetales, y los expertos de una variedad de paradigmas alimenticios expresan opiniones contradictorias.
Si miraras una lectina de cerca, podría no parecer algo digno de provocar un debate tan intenso. La estructura tridimensional está compuesta por una serie de subunidades, cada una de las cuales incluye un sitio de unión a carbohidratos compuesto por aminoácidos. Los sitios de unión parecen tener diferentes funciones, posiblemente dictadas por cuáles aminoácidos están presentes[1]. Algunas lectinas tienen carbohidratos unidos a sus estructuras y se conocen como glucoproteínas, “gluco” que indica un azúcar o una sustancia que contiene azúcar[2].
Algunos estudios muestran que el consumo de lectinas puede ser beneficioso de varias maneras.
Las lectinas difieren en estructura y pueden contener una o dos cadenas con sitios hidrofóbicos (que repelen el agua), creando espacios a través de toda la molécula. Se clasifican por sus secuencias de aminoácidos o propiedades bioquímicas específicas, como, por ejemplo, si cierto ion metálico es inherente a la estructura[3].
En conjunto, las lectinas son responsables de funciones tales como:
Varias de estas funciones se exploran en detalle a continuación.
Debido a su estructura, las lectinas se unen preferentemente a los carbohidratos. Las proteínas a menudo se clasifican en función de los tipos de carbohidratos involucrados en estas interacciones[4] y, por lo tanto, se conocen como “proteínas específicas de unión a carbohidratos”. La especificidad de estas uniones afecta los tipos de acciones realizadas por diferentes categorías de lectinas.
Se cree que las lectinas facilitan la comunicación entre las células mediante la creación de enlaces entre las estructuras de carbohidratos en las superficies celulares, lo que les permite a las células intercambiar información sobre sí mismas y sus entornos circundantes y hacer ajustes en respuesta a lo que “aprenden”[5]. Algunas bacterias y virus también pueden beneficiarse de la acción de unión de las lectinas cuando se conectan y colonizan las células huéspedes[6]. Los enlaces de carbohidratos involucrados en estas acciones son débiles y generalmente reversibles.
La investigación en plantas muestra que el daño parece estimular un aumento en la producción de lectinas, lo que sugiere que estas juegan un papel en los sistemas inmunes innatos de la vida vegetal[7]. Se cree que la capacidad de las lectinas para facilitar la señalización entre las células puede ser beneficiosa cuando las plantas necesitan montar defensas contra la depredación, enfermedades u otros ataques. Las propiedades de unión de estas proteínas podrían ser responsables de causar toxicidad a los patógenos y las plagas al dificultarles la absorción de nutrientes o la síntesis de proteínas esenciales. Las lectinas también pueden ayudar a las plantas a reconocer a los atacantes y a responder adecuadamente para evitar daños mayores.
Que el papel de las lectinas en la inflamación sea beneficioso o perjudicial es parte del debate en torno a estos compuestos. Un grupo específico de lectinas llamadas selectinas ayuda a las células inmunes, como los leucocitos, a unirse a los sitios de lesión en el cuerpo al permitir las uniones iniciales y facilitar el movimiento de estas células a lo largo del tejido dañado. Los diferentes tipos de lesiones estimulan la liberación de diversas selectinas para ayudar en acciones curativas específicas[8].
La hemaglutinina y la aglutinina son tipos de lectinas tipo glucoproteína con la función de promover la agrupación celular. La hemaglutinina estimula la coagulación de las células sanguíneas y se usa comúnmente en la tipificación sanguínea. Estas lectinas también pueden desempeñar un papel en la unión de las plaquetas cuando se forman coágulos sanguíneos o ayudan en la agregación de compuestos inmunes durante las respuestas inmunes[9].
Ciertas propiedades de estas lectinas sugieren beneficios terapéuticos para ciertas enfermedades que involucran células malignas. En estos casos, las propiedades de unión de las lectinas parecen causar citotoxicidad y promover la apoptosis (muerte celular) en las células enfermas con poco o ningún efecto en las células sanas cercanas[10].
¿Estas propiedades hacen que las lectinas sean buenas o malas? Algunos estudios muestran que el consumo de lectinas puede ser beneficioso de varias maneras. Comprender la evidencia presentada en la investigación y los posibles efectos positivos del consumo de las lectinas es importante al tomar decisiones sobre cómo estructurar tu alimentación.
En la próxima edición de esta serie, profundizaremos en los beneficios de las lectinas. Aprende más sobre las lectinas en el artículo anterior de esta serie:
¿Qué son las lectinas? Una mirada a esta controvertida proteína
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