¿Cómo sabemos que los resultados del Proyecto de China se aplican a las personas en Occidente? ¿No son los chinos físicamente mucho más activos que los estadounidenses? ¿Podría esto influir en los resultados de la enfermedad?
Sí, los chinos son físicamente más activos que nosotros, pero nuestra comparación en esta investigación —especialmente en el tan importante asunto de la ingesta de calorías— fue con los chinos menos activos. Y, aunque sorprendente para muchos observadores occidentales, encontramos que la ingesta de calorías por unidad de peso corporal era todavía un 30 % más alta entre los chinos rurales que entre los occidentales. Sin duda, gran parte de esto todavía se debía a una mayor actividad física —incluso para los chinos menos activos (no podemos decir exactamente cuánto)—. Pero también sugiero (tanto a partir de nuestros datos en animales de laboratorio y en humanos como del trabajo de otros) que la relación a largo plazo entre el peso corporal y los alimentos está relacionada también con la composición nutricional de la alimentación. Una alimentación compuesta de comidas bajas en grasa y baja en comidas de origen animal, como una dieta vegana de 10 % a 15 % de grasa, permite un ajuste pequeño, pero muy significativo, hacia el alza del gasto energético, tanto en la pérdida de calor corporal y como en el aumento de la actividad física.
Este efecto es altamente significativo porque un ajuste al alza del 3 % al 5 % de la tasa metabólica basal, por ejemplo, teóricamente se traduce en un intercambio de peso corporal de alrededor de 10 libras por año. Mi explicación es para un efecto en el estilo de vida en lugar de un efecto de una dieta tonta de pérdida rápida de peso, que es tan a menudo deseada y promovida en el mercado.
Cada proceso de la enfermedad se compone de una serie de factores que pueden actuar en secuencia para producir el resultado final. Un modelo de enfermedad típico (1) comienza con genes, (2) luego es iniciado por carcinógenos químicos altamente reactivos, virus, bacterias, etc., (3) luego se “promueve” durante un tiempo bastante largo por medio de un ambiente nutricional y (4), finalmente, se convierte en un proceso autodestructivo sostenido (por ejemplo, pérdida de la competencia inmunológica) que conduce a la desaparición del cuerpo. Existe una amplia evidencia de este modelo en la literatura científica, así como una amplia evidencia de mi propio laboratorio.
Las altas tasas de algunos tipos de cáncer en China se deben al paso #2, que predispone a una proporción mucho mayor de personas a la enfermedad (hepatitis B/C en el cáncer de hígado, el organismo Helicobacter pylori en el cáncer de estómago, herpes/virus del papiloma en el cáncer de cuello uterino, etc.) y, quizás hasta cierto punto, por la mala nutrición. Pero mi punto es que el paso #3 es todopoderoso en que es el paso de limitación de la tasa de formación de la enfermedad. Lo que es más importante, este paso, si implica la nutrición adecuada, es capaz de controlar en gran medida lo que pueda haberlo precedido —genes, productos químicos, virus, etc.—, y hacer eso por cualquier proceso de la enfermedad. Y lo más importante, esto se aplica a todas las personas, independientemente de sus antecedentes genéticos o ambientales.
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