Viajar es emocionante. Tienes la oportunidad de conocer gente nueva, experimentar diferentes culturas y, sobre todo, probar comidas interesantes. Mantener una alimentación basada en plantas sin procesar mientras comes en el camino puede ser un reto, pero he tenido algo de práctica y conozco maneras de hacerlo más fácil para ti.
En primer lugar, no pienses demasiado.
Estresarte por tu comida solo te hará sentirte malhumorado y no vas a disfrutar de tu viaje. Además, estar preocupado puede enfermarte, así que date un poco de flexibilidad con la comida. No puedes esperar comer exactamente de la misma forma como lo haces en casa. En cambio, confía en las frutas, los alimentos enlatados, los frutos secos o las semillas y verduras que puedas comer crudas y estarás bien.
Para quitar algo de presión, investiga tu destino final con anterioridad. Hoy en día, el internet facilita buscar tiendas de mercado cerca de donde te alojarás. También, busca en internet restaurantes y cafés que ofrezcan alimentos basados en plantas. La pasada Navidad, antes de mi viaje a Valencia, España, investigué para encontrar una panadería, un supermercado orgánico y algunas cafeterías o restaurantes que ofrecieran platos con alimentos basados en plantas cerca de nuestro apartamento. Estuve muy contenta al encontrar una panadería orgánica llamada Ingredientes, que ofrecía gran calidad de alimentos a un precio muy razonable.
Investigar antes de viajar es útil si llegas tarde o viajas con niños y necesitan algo rápido. Un gran recurso en internet es Happy Cow, una guía de restaurantes vegetarianos y tiendas de alimentos saludable. La uso a menudo cuando exploro mis comidas en un lugar nuevo. Por ejemplo, la aplicación móvil Happy Cow fue muy práctica cuando estuvimos en Valencia y nuestro hijo estaba absolutamente decidido a cenar por fuera. Encontramos un gran restaurante llamado Kimpira, a solo cinco minutos a pie desde donde estábamos. Me sorprendió gratamente encontrar que promovían la comida macrobiótica ¡e incluso tenían folletos en las mesas sobre la nutrición basada en plantas con la foto del Dr. T. Colin Campbell en ellas!
Si por casualidad no puedes encontrar lugares amigables para los vegetarianos y no tienes más opción que comer por fuera, opta por restaurantes asiáticos o italianos. Estos lugares deben darte por lo menos algunas, si no muchas, opciones de platos con alimentos basados en plantas.
Al viajar al extranjero, asegúrate de aprenderte los nombres de los alimentos en el idioma local, especialmente los alimentos que estás tratando de evitar, como carne, lácteos, aceite, queso, aves, huevos, mantequilla, leche y azúcar, para evitar cualquier confusión.
Tener acceso a un área para cocinar te ayuda a tener control sobre tus comidas, así que, siempre que sea posible, elige un alojamiento con una cocina. Con una cocina tendrás una nevera, una estufa y posiblemente un horno. Con estas comodidades podrás abastecerte de alimentos saludables y cocinar tus propias comidas sabrosas. Siempre opto por un apartamento cuando viajo.
Cuando estás atrapado en una habitación de hotel sin una cocina, al menos tendrás una tetera. Si no puedes encontrar nada en la barra de desayuno, hierve un poco de agua para un desayuno de avena rápido y fácil.
Utiliza el minirefrigerador de tu habitación para almacenar los alimentos que compras en el supermercado.
Si viajas en automóvil, asegúrate de empacar todo lo que puedas antes de salir de casa. El año pasado para el viaje de dos días de mi marido de Tallin, Estonia a Barcelona, España, empaqué suficiente comida como para que durara un par de días. La lista fresca y deliciosa incluía rebanadas de pan de trigo sarraceno, muffins de chocolate, quiche de papa y puerro, jugo puro de toronja, bananos, peras, manzanas, chocolate negro, ensalada iceberg, frijoles enlatados y salsa de tomate y albahaca. Ahora, ¿no suena eso mejor que una bolsa de papas fritas y una botella o dos de gaseosas azucaradas?
Mientras recorres tu camino, visita las tiendas de mercado. Siempre puedes obtener frutas, ensaladas y frijoles enlatados en estos lugares. Puedes hacer una comida sencilla sin cocinar nada. También, revisa en las gasolineras. Algunas estaciones de servicio te sorprenderán con lo que venden. Mi esposo encontró ensalada de lentejas en una gasolinera en una pequeña ciudad en Alemania. Cada gasolinera tiene, al menos, algunas frutas.
Mis alimentos para el viaje por carretera:
Para viajes más largos, considera la posibilidad de comprar una olla a presión, un mini congelador de viaje eléctrico o un refrigerador portátil. Además, lleva algunos utensilios de cocina para que puedas hacer comidas para ti. No olvides un cuchillo, una tabla de cortar, un abrelatas, una espátula, un recipiente, cucharas y tenedores.
Si viajas en avión, algunas aerolíneas te permitirán reordenar una comida vegana. Sin embargo, dichas comidas a menudo son costosas, pequeñas y están llenas de aceite, sal y azúcar. Para evitar el costo adicional para tu cartera (y para tu cintura), cocina y empaca las comidas en casa antes del despegue. Yo empaco vegetales al horno (coliflor, nabos, remolacha, papas, calabaza y zanahorias) y arroz negro para el vuelo. En el aeropuerto, los pasajeros hemos disfrutado muffins de tahini con chocolate como refrigerio.
La comida más fácil de empacar es humus con verduras crudas en rodajas, como pimiento rojo, pepino, zanahorias, apio y coliflor. Si estás en un vuelo en la mañana y quieres comer tu tazón de avena, pide agua caliente para rociarla sobre tus ingredientes secos.
Sugiero empacar algunos refrigerios para el avión. Algunas ideas excelentes de alimentos a empacar son galletas, barras energéticas, granola, nueces o semillas, frutos secos, otros alimentos secos (como chips de banano) o panes.
Puede suceder que no tengas el lugar o el tiempo para empacar los alimentos, así que recuerda que la mayoría de los aeropuertos tienen un montón de cafés y de restaurantes. Debes ser capaz de encontrar al menos algunas opciones de alimentos basados en plantas como sushi vegetariano, ensalada, una pizza vegetariana sin queso o pasta con vegetales. Siempre puedes pedir que te preparen un sánduche basado en plantas o armar partes de tu comida en diferentes lugares alrededor del aeropuerto. Compra tu pan de un solo lugar, tus vegetales de otro y luego una ensalada de un tercero. ¡Y ya está! Acabas de crear tu propia comida.
No olvides beber agua, mucha agua. Eso ayudará a que te mantengas hidratado. Incluso, si te sientes de excesos, puedes darte un pequeño lujo y tomar algo de vino con tu comida preempacada.
Pese a que estás en un viaje corto, no dejes que se convierta en una excusa para dejar que el ejercicio se pase: ¡mantente activo! Una de las mejores maneras de mantenerse en forma y ver una ciudad es caminar. Encuentra mapas en línea o ve a un centro turístico para que te provean uno de papel. Además, muchos hoteles por estos días tienen centros de acondicionamiento físico. Asegúrate de empacar tus zapatillas deportivas y planear un tiempo para ejercitarte en el gimnasio.
Si tu estancia va a ser más larga, localiza los mercados y tiendas que se adapten mejor a tus necesidades de alimentos. Averigua cuáles agricultores hacen domicilios directamente a tu hogar. Hice eso con la ayuda de un grupo de Facebook cuando nos mudamos a Barcelona. Fue un placer recibir la canasta en nuestro primer sábado en la ciudad y, a su vez, otra manera de conocer nuevos amigos.
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