Tener un pequeño viene con tantas preguntas y entendemos que es aterrador atravesar algo tan monumental como criar a un bebé o niño pequeño sin lácteos. Queremos asegurarte que tu hijo puede prosperar sin una onza de leche de vaca, sin importar en qué etapa de la vida se encuentre. Hemos acudido a madres con experiencia y expertos para responder todas tus preguntas, desde la lactancia materna hasta la fórmula y el complicado período de transición entre la leche y los alimentos sólidos.
Manon Bayard es la Directora Superior de Operaciones de Switch4Good y la mamá de Rhys de tres años de edad.
Dr. Yami Carzola-Lancaster (Dr. Yami) es pediatra certificada en Washington, donde dirige su propia práctica privada, Nourish Wellness. También es madre de dos chicos que han vivido sin lácteos toda su vida.
Dahlia Marin es una dietista nutricionista registrada y madre de Lelia de cinco años de edad. Dirige una práctica privada (Married to Health) en el sur de California junto con su esposo, James. Se especializa en la salud intestinal para adultos y niños.
Crissandra (Angel) Hall es madre de cuatro niños que van desde ¡kinder hasta jóvenes adultos! Es enfermera, vive en el sur de California y actualmente trabaja temporalmente de vanguardia en Nueva York. Sus tres niñas más pequeñas son atletas increíbles y dirigen la cuenta de @dzvegankidathletes en Instagram. ¡Síguelas!
Dahlia: La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna durante los dos primeros años de vida como estándar de oro. La lactancia materna puede ser bastante difícil y a veces inicialmente un poco incómoda, pero es realmente la mejor opción para los bebés. La leche materna se produce a base de oferta y demanda, es decir, entre más fórmula se utilice, el cuerpo producirá naturalmente menos leche materna. Es imposible imitar las inmunoglobulinas que apoyan el intestino y es sistema inmune, el alto nivel de los ácidos grasos esenciales que construyen el cerebro y las proteínas apropiadas para el intestino naturalmente presentes en la leche materna.
Si la lactancia materna es excesivamente dolorosa o si a la madre le preocupa que su producción sea insuficiente (lo cual es raro; el estómago de un bebé es literalmente del tamaño de una canica en los primeros días de vida y aumenta a un tamaño de un huevo), se debe consultar a un Consultor de Lactancia Internacional Certificado para obtener apoyo.
Dahlia: Hay algunas opciones de fórmulas a base de plantas disponibles en el mercado. Aunque algunas madres se preocupan cuando ven etiquetas con algún tipo de jarabe o edulcorante en los primeros ingredientes en la etiqueta nutricional de la fórmula, este ingrediente es necesario ya que los bebés requieren grandes cantidades de carbohidratos simples (azúcar). Earth’s Best es una de las mejores opciones.
Dr. Yami: Para las madres que no pueden amamantar o necesitan complementar recomiendo una fórmula de soja orgánica (Earth ‘s Best tiene una, pero hay otras). Si hay una posible alergia/sensibilidad a la soja, prueba una fórmula hidrolizada como Nutramigen o Similac Alimentum.
Angel: Yo usé la fórmula de Enfamil Prosobee de seis meses a un año y luego introduje [a mi hija] a la leche de almendra, el anacardo y de coco.
A algunos padres les preocupa la soja debido a los rumores que rondan por ahí sobre el estrógeno. La soja contiene fitoestrógenos, un estrógeno a base de plantas que actúa de manera diferente que el estrógeno de origen animal. Los fitoestrógenos se unen a los receptores de estrógeno en los seres humanos y pueden ayudar a regular los niveles de estrógeno en el cuerpo. En los casos donde el exceso de estrógeno entra en el cuerpo, los fitoestrógenos pueden esencialmente ‘bloquear’ estas hormonas de interactuar con el cuerpo.
Los lácteos, por otro lado, componen el 60-80 por ciento del estrógeno total en la dieta típica estadounidense. La leche de vaca (y los productos lácteos de vaca) contienen estrógeno de origen animal porque se obtienen de una vaca embarazada. Esto incluye los productos lácteos que afirman ser “libres de hormonas añadidas”. Las hormonas no se pueden agregar, pero las hormonas femeninas naturales estimuladas por el embarazo y el parto se transfieren a la leche, las cuales encuentran finalmente su camino en nuestros estantes. Si te preocupan las hormonas, los lácteos no son una opción segura.
Dr. Yami: Recomiendo introducir alimentos complementarios entre los cuatro y seis meses de edad. Las madres que están amamantando exclusivamente pueden esperar más cerca de los seis meses de edad. Cuando los bebés se pueden mantener sentados erguidamente sin ninguna ayuda y comienzan a abrir la boca cuando ven una cuchara, son señales que te dejarán saber que es momento de comenzar.
Después de un año de edad, los niños deben comer tres comidas flexiblemente estructuradas y dos a tres refrigerios según sea necesario. Lo mejor es tener un horario de comida en lugar de comer todo el día. Mantén las comidas simples y recuerda que una vez que se conviertan en niños pequeños la velocidad de crecimiento es más lenta; por lo que no comerán tanto como lo hacían antes.
Angel: Inicialmente, les di un alimento nuevo a la vez, por si acaso había una reacción alérgica, y así eliminarlo [ese alimento] de su dieta más fácil. Para empezar, mezclé cada alimento nuevo con mi leche materna. También hice la mayor parte de su comida en casa.
Vivimos en un mundo donde la comodidad parece superar la buena nutrición. Una alimentación saludable es muy simple siempre y cuando estemos dispuestos a ser pacientes con ella. Solía hervir batatas y zanahorias y las mezclaba con mi leche materna, luego lo separaba en porciones y colocaba los recipientes en el refrigerador o congelador, así tenía su comida lista cuando había que alimentarlos. Una vez que mis hijos cumplieron dos años, estaban acostumbrados a comer alimentos saludables y ya no le añadí mi leche materna.
Dr. Yami: Recomiendo ir directamente a los vegetales de hoja verde y amarga como la espinaca, la col rizada, el brócoli y los brotes de Bruselas, todo bien cocido y hecho puré. Les recomiendo a los padres de mis pacientes verlo como si fuera un “campo de entrenamiento de sabores” e introducir tantas verduras, frutas y cereales de grano entero como sea posible. Los niños tienden a gustar alimentos a los que han estado expuestos repetidamente. A los seis meses recomiendo introducir mantequilla de maní y frijoles. Entre nueve y 12 meses, muchos bebés pueden comer los mismos alimentos que el resto de la familia. Es por eso que es particularmente importante que toda la familia tenga una dieta que promueva la salud.
A los 12 meses, la mayoría de los bebés pueden hacer la transición de la fórmula a una leche a base de plantas, como leche de soja o guisante sin endulzar fortificada. Sin embargo, el consumo debe limitarse a no más de 16 onzas por día y durante la comida o la hora del refrigerio (y no entre las comidas). Ofrece frijoles, mantequillas de nueces, aguacate, verduras, frutas y granos integrales en cualquier textura y consistencia según esté listo.
Manon: Rhys empezó a llevar una alimentación basada en plantas a partir de los seis meses de edad, que también fue cuando comenzó con sólidos en lugar de depender únicamente de la fórmula. En los primeros días, me dediqué a hacer pruebas para ver si tenía alergia a algunos alimentos. Al mismo tiempo que comencé a ofrecer alimentos blandos como aguacate y puré de guisantes o zanahorias, también probé su tolerancia a los cacahuetes; primero en su piel y luego una pequeña cantidad en su lengua. Poco después le pude ofrecer tofu y ver si toleraba la soja también. Rhys también disfrutó de algunos cereales blandos a temprana edad.
*Este artículo se reimprime con el permiso de Switch4Good.
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