Temas » Ciencia de la nutrición » La dieta paleo: ¿Cuál es la historia?
Centro de Estudios en Nutrición del Dr. T. Colin Campbell

La dieta paleo es defendida por el Dr. Loren Cordain, profesor de Ciencia en Salud y Ejercicio de la Universidad del Estado de Colorado. Cordain propone que comer la dieta que nuestros ancestros cazadores-recolectores supuestamente comieron (humanos del periodo Paleolítico): una dieta de carne, comida de mar, frutas, vegetales, y nueces es más saludable que la dieta estándar americana, las dietas bajas en carbohidratos tipo Atkins, y las dietas vegetarianas o veganas. Paleo es famosa por evitar los cereales de grano entero, los lácteos y la comida procesada y elogia los beneficios de las carnes de granja y las salvajes. Oficialmente, el consumo sugerido de nutrientes de la página 11 del libro es de 19 a 35 % de proteína, de 22 a 40 % de carbohidratos, y de 28 a 47 % de grasa, con comidas de origen animal servidas prácticamente en cada comida.[1] Una pieza principal de evidencia que Cordain usa para apoyar el concepto de que nuestros ancestros consumían niveles tan altos de comidas de origen animal, proteína y grasa, son los datos que obtuvo de un estudio epidemiológico que dirigió sobre las dietas de 229 sociedades modernas cazadoras-recolectoras.[2] Sin embargo, su suposición de que estas sociedades modernas estaban consumiendo dietas representativas de aquellos humanos en el periodo Paleolítico es una exageración, lo cual se ha demostrado por investigadores que analizaron las condiciones geográficas asociadas con la relación vegetal-animal de la comida de estas mismas sociedades modernas, y concluyeron que su relevancia para las verdaderas dietas paleolíticas es dudosa, dado que los cazadores-recolectores modernos viven mucho más lejos del ecuador que las sociedades paleolíticas.[3] Además, evidencia tan antigua como de hace 30 000 años demuestra que los humanos procesaron alimentos basados en plantas[4], lo que está en desacuerdo con la declaración de la dieta paleo, que dice que comer cereales de grano entero no es natural y es una innovación reciente.

El beneficio claro es que los consumidores paleo podrían estar reduciendo o eliminando azúcar y harina blanca, comidas que están asociadas con la creciente epidemia de obesidad.[5] Así que no hay argumentos acá, pero, ¿qué hay al respecto del resto de la dieta?

No hay evidencia de que realmente necesitemos más que la cantidad de proteína recomendada por la Referencia de Ingesta Alimentaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) de ~0.8g/kg de peso corporal por día.[6] Y, como hemos visto, gracias al Dr. Campbell y a otros, hay evidencia considerable de que el exceso del consumo de proteína animal aumenta el riesgo de cáncer[7] y acelera la progresión del cáncer, mientras que reducir el consumo de proteína total puede ser capaz de revertir su progresión.[8] Simplemente porque los humanos comieron alguna cantidad de carne en el pasado, no significa que comerla ahora sea la mejor idea. Somos afortunados de tener tantas opciones de comidas disponibles, y nuestras probabilidades más grandes para una buena salud y larga vida vienen de una alimentación basada en plantas sin procesar.

Para cumplir adecuadamente con los requisitos nutricionales, una alimentación de 10% de proteína, 10 a 15 % de grasa y 75 a 80 % de carbohidratos se puede lograr al consumir una alimentación basada en plantas sin procesar, sin ningún intento especial por “obtener suficiente” proteína o grasa. La dieta paleo promueve un exceso nocivo de proteína (especialmente proteína animal), muy pocos carbohidratos (los cuales nuestros cuerpos necesitan como su fuente primaria de energía) y una cantidad inmensa de grasa. Aunque el Dr. Cordain afirmó no promover aceites refinados en un debate reciente con el Dr. Campbell,[9] las recetas en su libro sugieren lo contrario. El aceite es una comida procesada al igual que el azúcar, así que cualquier declaración de que la dieta paleo es natural es evidentemente ridícula, a menos que Pedro Picapiedra tuviera una fábrica de aceite en su cueva. Los fanáticos paleo de la mayonesa pueden estar complacidos al enterarse que la ensalada de atún Brockway en la página 172 del libro del Dr. Cordain contiene media taza de mayonesa hecha en casa, la cual es casi enteramente aceite. La receta es para una porción.

Aparentemente nuestros ancestros eran cazadores tan talentosos que podían comer carne o comida de mar para el desayuno, el almuerzo, la comida, y las onces, mientras que también prensaban aceite en su tiempo libre. Para revisar la consistencia de las recomendaciones paleo, rastreé el contenido nutricional de siete días de Paleo Fase Dos (el nivel de mantenimiento de la dieta – lo que los que comen al estilo Paleo están son animados a seguir comiendo así a largo plazo) usando el SuperTracker (super-rastreador en español) de la USDA, la cual usa datos de la Base de Datos de Nutrientes de la USDA.[11] Los planes de comidas son de las páginas 152-153, usando recetas relevantes de la parte final del libro. Parece que si una persona que come al estilo paleo se derrocha en los tres platos no paleo permitidos con dos desayunos de avena y una cena con tofu salteado, terminaría promediando 26 % de proteína, 30 % de carbohidrato y 46 % de grasa (ingestas tan dañinas en cada bocado, como las recomendaciones paleo oficiales).[12] La dieta también proporcionaría 544 mg de colesterol de la dieta por día (del cual necesitamos cero).

La dieta paleo ha aumentado en popularidad y muchos afirman sentirse mejor al comerla, pero probablemente se deba más al contraste después de remover comidas procesadas, en comparación con cualquier cualidad saludable inherente de comer casi la mitad de calorías como grasa.

Referencias

  1. Cordain, Loren. The Paleo Diet: Lose Weight and Get Healthy by Eating the Food You Were Designed to Eat. New York: J. Wiley, 2002. Print.
  2. Cordain L, Miller JB, Eaton SB, Mann N, Holt SH, Speth JD., Plant-animal subsistence ratios and macronutrient energy estimations in worldwide hunter-gatherer diets. Am J Clin Nutr. 2000 Mar;71(3):682-92.
  3. Ströhle A, Hahn A, Sebastian A., Latitude, local ecology, and hunter-gatherer dietary acid load: implications from evolutionary ecology. Am J Clin Nutr. 2010 Oct;92(4):940-5.
  4. Revedin A, Aranguren B, Becattini R, Longo L, Marconi E, Lippi MM, Skakun N, Sinitsyn A, Spiridonova E, Svoboda J., Thirty thousand-year-old evidence of plant food processing. Proc Natl Acad Sci U S A. 2010 Nov 2;107(44):18815-9.
  5. Malik VS, Willett WC, Hu FB., Global obesity: trends, risk factors and policy implications. Nat Rev Endocrinol. 2013 Jan;9(1):13-27.
  6. Dietary Reference Intakes (DRIs): Estimated Average Requirements. Food and Nutrition Board, Institute of Medicine, National Academies. Accessed online 8/13 at (link)
  7. Campbell, T. Colin, and Thomas M. Campbell. Introduction. The China Study: The Most Comprehensive Study of Nutrition Ever Conducted and the Startling Implications for Diet, Weight Loss and Long-term Health. Dallas, TX: BenBella, 2005. Print.
  8. Youngman LD, Campbell TC., High protein intake promotes the growth of hepatic preneoplastic foci in Fischer #344 rats: evidence that early remodeled foci retain the potential for future growth. J Nutr. 1991 Sep;121(9):1454- 61.
  9. The Wall Street Journal streaming web debate, accessed online 8/13 at (link)
  10. Cordain, Loren. The Paleo Diet: Lose Weight and Get Healthy by Eating the Food You Were Designed to Eat. New York: J. Wiley, 2002. Print.
  11. USDA SuperTracker, accessed online 8/13 at (link)
  12. USDA SuperTracker output for 3 days of Paleo Diet, posted on PlantBasedResearch.org and accessed online 8/13 at (link)

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