Mi trayecto a un estilo de vida basado en plantas sin procesar no fue una línea recta de la A hacia la Z. A la edad de 23 años, después de toda una vida sufriendo de eczema severo, seguido de asma a comienzos de mis 20 años y una lucha constante para perder peso, de alguna manera perdí mi mentalidad de seguir dietas y me interesé en nutrir mi cuerpo. Sin entender lo que estaba haciendo realmente, simplemente comencé a comer más vegetales y, antes de darme cuenta, ya no comía carne ni productos lácteos.
Para mi sorpresa, y la de los demás, desaparecieron mis síntomas de eczema y asma, y rápidamente bajé dos tallas de ropa. En este punto, solo pensaba que la carne y los lácteos simplemente no iban conmigo. “¡Pobre de mí!”, pensé.
Sin embargo, cuando me ocupé, me resultó fácil permitir que otros prepararan mi comida, y volví a consumir la dieta irlandesa estándar (no muy diferente de la dieta americana estándar). Mi cuerpo pareció aceptarlo por un momento, pero luego… ¡pum! En lo que se sintió como si fuese de la noche a la mañana, volví a los inhaladores azules y marrones, a las tabletas de esteroides, y a arrancarme las espinillas, porque no podía soportar no rascar la comezón en mi piel.
Esta vez me lo tomé en serio y decidí que necesitaba descubrir qué estaba pasando realmente dentro de mi cuerpo. Estoy tan agradecida de que, por casualidad, me encontrara con El Estudio de China. Por primera vez, se me presentó la idea de que las comidas llamadas “normales” fueran importantes contribuyentes a la epidemia de enfermedades crónicas y obesidad que enfrentamos en la actualidad. Además, ya no me sentía confundida respecto a la nutrición y me di cuenta de que una alimentación saludable no es complicada. En realidad, es muy simple.
Una vez más, comencé mi trayecto hacia un estilo de vida basado en plantas sin procesar, y una vez más, los resultados fueron sorprendentemente rápidos. El peso extra que tenía se fue. Mi eczema y los síntomas de asma mejoraron significativamente, lo que me permitió suspender todos los medicamentos. Hasta el día de hoy, nunca he experimentado el eczema como solía hacerlo. Solo en momentos de estrés noto que mis muñecas empiezan a picar. Esta es una señal de que necesito dar un paso atrás y conseguir descanso y rejuvenecimiento de buena calidad.
Después de mi educación esclarecedora y mi propia experiencia, me enganché con el concepto de usar la alimentación como medicina. Continué leyendo y estudiando la alimentación y el estilo de vida, y la forma en que estos factores pueden ayudar a controlar la enfermedad. Lo que descubrí me inspiró de una manera increíble y decidí emprender una carrera con el fin de utilizar esta información para ayudar a los demás.
El siguiente paso lógico fue completar el Certificado de Nutrición Basada en Plantas de eCornell y el Centro de Estudios en Nutrición, que me cambió la vida. Ahora entiendo que mis genes me predisponen a padecimientos como el asma, el eczema y a tener peso extra. Pero, de forma más importante aún, entiendo que esto no significa que tenga que vivir con estas condiciones.
Ocho años después, me alimento de esta manera no solo por lo que me hace sentir, ¡sino porque me encanta! Hoy, mi despensa y mi refrigerador están llenos de deliciosas y nutritivas comidas, que en un momento nunca supe que existían.
Mirando hacia atrás, puedo ver que dos componentes fundamentales impulsaron mi transformación de la salud. En primer lugar, me eduqué sobre lo que la comida puede hacer por (¡o en contra de!) mi cuerpo y, en segundo lugar, aprendí a preparar comidas simples y deliciosas. Sin embargo, encontré algunos obstáculos en el camino. Comencé centrándome en eliminar las comidas no deseadas de mis comidas habituales y, al principio, no sabía con qué reemplazarlas. Debido a que soy irlandesa, esto me dejó, en su mayoría, papas blancas y vegetales demasiado cocidos y marchitos. Este enfoque fue arriesgado y en parte fue la razón por la que volví a los viejos hábitos. Afortunadamente, mi deseo insaciable de conocimiento ayudó a estimular mi motivación para continuar, explorando nuevos alimentos en el camino.
Ahora quiero ayudar a otros a evitar mis errores y enseñarles sobre la inmensa variedad de deliciosos alimentos basados en plantas que existen. Mi propia experiencia personal me ha ayudado a crear programas que son de apoyo y educativos, así como prácticos. Todos sabemos que comer vegetales es bueno para nosotros, pero sin entender realmente por qué, y sin comprender el daño causado por muchas de las comidas llamadas “normales”, el cambio puede ser difícil. Muy a menudo, no nos damos cuenta de que en realidad estamos atrapados por nuestras elecciones sobre los alimentos. Solamente cuando tenemos suficiente información sobre cómo la alimentación puede ayudarnos a vivir una mejor calidad de vida y cómo hacerlo, podemos liberarnos de los hábitos destructivos para disfrutar realmente de nuestros alimentos y vivir una vida mejor.
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