Henry Luce era un gigante de los medios de comunicación, un genio, cuando fundó la revista Time. Sabía cómo informar e incluso cómo moldear la opinión pública.
Su biógrafo, W. A. Swanberg, lo llamó “el principal periodista del siglo XX”. Otros lo llamaban “el individuo más influyente de este siglo”, “un confidente de reyes, reinas, primeros ministros y presidentes”.
Así fue, y así es. Hoy en día, Time sigue ocupando una posición de liderazgo en la distribución de información pública y el público presta atención. Y también lo hace el complejo biomédico-farmacéutico, que conoce todo sobre este poderoso canal de información. En caso de que no hayas visto la Edición Especial de otoño de 1996, dale un vistazo y entenderás lo que quiero decir.
La edición completa está dedicada a “Las fronteras de la medicina”. Las imágenes impecables, bonitas, y los esquemas elegantes que muestran los milagros más recientes del efecto del trabajo de la medicina moderna, desde el laboratorio hasta el ADN dentro de nuestras células, los insectos desagradables y los gérmenes ocultos en lugares en los que no deberían estar. Suena como algo excelente, investigar los secretos internos de nuestros rincones más oscuros y recovecos más profundos, mirando detenidamente en lugares nunca antes vistos. De muchas maneras, es algo excelente. Descubrir las maravillas de la naturaleza es tan fascinante como cualquier emprendimiento que conozco. Esas fotos y tablas me invitan de regreso al laboratorio.
Sin embargo, tengo un tic, y es irritante. De las 31 páginas completas disponibles para publicidad en esta Edición Especial, 27 fueron vendidas a la compañía farmacéutica más grande y poderosa del mundo, Glaxo Wellcome. Oh, sé que estos anuncios proporcionan los ingredientes esenciales de las ganancias de Time (sin ingresos publicitarios, tendrían dificultades para sobrevivir, —¡lo sabemos!—). Y sé que Time tiene enormes demandas de fondos para mantener intacto su servicio mundial de recolección de noticias. ¿Pero un apetito que consuma tanto? Me parece exagerado. ¿Qué piensas?
¿Qué quiere Glaxo Wellcome? No hace falta mucha inteligencia para darse cuenta de que quieren nuevos productos farmacéuticos, nuevos dispositivos médicos, cualquier cosa que asegure combatir enfermedades y malestares —por desgracia después de que ya están presentes—. Glaxo Wellcome tiene poco interés en la nutrición, a menos que puedan fabricar algunos suplementos químicos bajo la apariencia de nutrición, y luego llamarlos “nutracéuticos”. Solo necesitamos preguntarnos, si estuviéramos demasiado sanos, ¿dónde estaría Glaxo Wellcome? Tendrían menos cuerpos y mentes para fertilizar químicamente, ahí es donde estarían.
Entonces, ¿cuál es mi punto? Dale un vistazo a esta edición de Time y mira si puedes encontrar cualquier informe serio sobre la idea de que el estilo de vida y la nutrición tienen algo que ver con la prevención o el tratamiento de las enfermedades. No; se trata de medicamentos, medicamentos y más medicamentos —pasado, presente y futuro—. Oh, hay algunas advertencias sobre los efectos secundarios de los medicamentos por doquier, pero ¿qué sigue después? Su mensaje final: “No se preocupen, sean felices”. En otras palabras, estos efectos secundarios son solo impedimentos que serán conquistados por los trabajadores “milagrosos” de la ciencia.
Tal vez se podría encontrar una segunda píldora para “corregir” los problemas creados por la primera. ¿Alguna vez viste los pastilleros de nuestros adultos mayores? ¿Alguna vez has revisado las acepciones de la palabra pillbox, que traducida del inglés significa tanto pastillero como “fortín”, y esta última en el diccionario denota: “Una fortaleza armada para la guerra”?. Un momento Time, ¿has perdido la cabeza? ¿Qué tal hacer una edición a futuro sobre los medicamentos que alteran la mente para tratar tal comportamiento?
Y si esa Edición Especial no es suficiente para convencerte de que hay algo equivocado, dale una mirada a la edición de Time del 23 de septiembre de 1996. Acá aprendemos rápidamente, de acuerdo con la portada, sobre “La nueva píldora dietética de moda. Redux realmente parece funcionar”. A pesar de que los escritores incluyen algunas advertencias reales en este artículo de portada, ¿cuántas personas pasan por esa persuasiva portada sin leer el artículo? Ese titular de la portada atrapa nuestro periodo de atención de cinco segundos y ellos lo saben. Ahora es la primera nueva droga dietética aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos en 23 años (tal vez con un poco de artimañas, de acuerdo con las personas cercanas a la decisión), el Redux está siendo devorado como si se tratara de dulces; los médicos están escribiendo 85 000 prescripciones por semana, de acuerdo con Time.
La revista Time nos dice que sí: hay algunos signos siniestros de pruebas de laboratorio en animales que indican posibles problemas con esta nueva “píldora maravilla”, tales como daño cerebral, problemas cardíacos y respiratorios, pero luego ellos, servicialmente, siguen diciendo que estos y otros riesgos para la salud “tienen que ser sopesados contra el peligro de la grasa corporal sobrante, que es considerable”. En ninguna parte se toman en serio la posibilidad de que una alimentación baja en grasas, basada en plantas y un buen programa de ejercicios tengan algún valor. Lo más cerca que llegan a mencionar ese tipo de alimentación es desparramar palabras desde una pluma peyorativa. Las comparaciones con “dietas bajas en carbohidratos y la dieta de Scarsdale y un montón de otros esquemas de pérdida de peso” no es exactamente el camino, revista Time, para describir una alimentación y un estilo de vida eficientes. Fija tu mirada en ese tipo de estándares tan bajos y todo luce bien, ¿verdad? Concluye Time, a pesar de que estos medicamentos son “burdos intentos” para perder peso, siguen “atacando la obesidad desde su misma fuente”.
¿Suprimir el apetito es tu idea de una “fuente”? ¿Fuente de qué? ¿No son la muerte de las células cerebrales, inducir una presión sanguínea anormalmente alta para producir un daño permanente al corazón y, posiblemente, aumentar el crecimiento del cáncer también “fuentes” de algo indeseado?
A propósito, con dos de mis estudiantes de doctorado hemos hecho investigación respecto al ingrediente químico básico de esta nueva píldora, la fenfluramina, y dos veces hemos encontrado que estimula el desarrollo temprano de tumores hepáticos experimentales, una observación bastante similar a los reportes de otro laboratorio en Canadá. Por supuesto, no podemos decir si esto se traduce a la condición humana, pero es de mal agüero. La revista Time, por supuesto, no toma nota de estos hallazgos.
El único interés real en nuestro trabajo desde el lado del fabricante parece venir de los abogados de la compañía farmacéutica. Cuando el posible efecto del cáncer se toma junto con la posibilidad de daño cerebral y la probable necesidad de dosis cada vez mayores para un mayor efecto, me preocupa la historia lista para estallar justo a la vista.
Lo que más me molesta, sin embargo, es la forma en la que Time reporta estas historias, mientras que publicita tan fuertemente el enfoque farmacológico para la atención médica. Incluso, si se agregan algunas consideraciones y advertencias sobre estas pociones mágicas, esto no justifica que ignoren el enfoque mucho más seguro, más económico y más efectivo para una salud óptima a través del cambio en la alimentación y el estilo de vida. Es el primer vistazo a la portada de la revista que sobresale desde el revistero que vende, y todos lo sabemos.
Un complejo biomédico-farmacéutico todopoderoso que va a la deriva en el mar en una cultura de ignorancia es intimidante, para decirlo sin rodeos. Se trata de un serio problema social que requiere una atención seria. ¿No podemos dar un poco de atención a lo que funciona mejor en el largo plazo y dejar de buscar la gratificación instantánea?
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