Soy una atleta de resistencia basada en plantas, y las preocupaciones más comunes que las personas tienen están relacionadas con mis niveles de proteína y de ingesta calórica. “¿Es suficiente?”, preguntan la mayoría de ellas. La respuesta, simplemente, es que comiendo y viviendo de esta manera estoy más nutrida y fuerte que nunca. Déjame llevarte doce años atrás. Era una joven egresada de la universidad con problemas de salud. Mi piel no estaba del todo bien, mis niveles de energía eran bajos y tenía parches secos en el cuero cabelludo. Por sugerencia de mi dermatólogo (¡de todas las personas!) me hice vegana. Como una persona consciente en materia de salud durante la mayor parte de mi vida, modifiqué mi alimentación de manera radical, eliminando todas las comidas procesadas y de origen animal para ver si estos problemas de salud se podían solucionar a través de la alimentación. Efectivamente, a través de la abundancia de plantas, frutas, nueces y cereales de grano entero, mis problemas desaparecieron con el tiempo.
Creo firmemente que consumir una alimentación basada en plantas sin procesar ha permitido que mi cuerpo se recupere de forma más eficiente y aumente inmensamente mis niveles de energía.
Cuando mi trayecto basado en plantas se volvió más serio, como algo automático, me sumergí más profundamente y seguí los lineamientos del Dr. Esselstyn muy de cerca. Leí El Estudio de China del Dr. T. Colin Campbell y me volví más devota y comprometida con mis hábitos alimenticios saludables para ayudarme en mi maratón. Hasta la fecha, he corrido seis maratones, un ultramaratón, y correré la Maratón de Nueva York de TCS el 3 de noviembre de 2019.
El entrenamiento para maratón le cobra un precio al cuerpo, por lo que así de importante como correr es para el proceso de entrenamiento, una alimentación saludable y el compromiso con la recuperación son clave. En promedio, corro 50 millas (80,4 km) a la semana, y paso tiempo en el gimnasio trabajando en la fuerza de la zona media y la fuerza total. Además de la dedicación que toman los entrenamientos, cocino todas mis comidas y refrigerios desde cero (basados en plantas, sin rastros de aceite en ninguna receta). Con todo, hay un inmenso esfuerzo en este estilo de vida. Creo firmemente que consumir una alimentación basada en plantas sin procesar ha permitido que mi cuerpo se recupere de forma más eficiente y aumente inmensamente mis niveles de energía. Un componente crítico y clave al que presto atención es asegurarme de estar ingiriendo suficiente “combustible” para compensar las calorías quemadas a largo plazo. (Estas carreras largas suelen ser de 15 a 20 millas (24 a 32 km) antes de ir disminuyendo). Pero ¿por qué siento que mi cuerpo está en forma óptima con un proceso de recuperación más corto comiendo de esta manera? Está directamente relacionado con el consumo diario de una variedad de alimentos sin procesar y ricos en nutrientes. El consumo de una variedad de verduras, junto con carbohidratos saludables y algunas grasas, alimenta mi cuerpo con lo que necesita. Sin embargo, esta forma de vida no deja de ser cuestionada.
Para disipar el mito de aquellas personas preocupadas de que no recibo suficientes proteínas o calorías, a menudo les recuerdo la importancia de alimentar a su cuerpo con alimentos que este mismo reconoce y que no nos perjudican. El conocimiento es poder y la comida es un tema emocional, por lo que es mejor tener una educación adecuada al hablar sobre el tema. Como corredora y atleta ávida, encuentro que consumir plantas, frutas, nueces y cereales de grano entero es suficiente nutricionalmente para mí. No necesito ninguna proteína animal para el entrenamiento de maratón, punto. No hay evidencia científica que demuestre que los humanos necesitamos proteínas animales —o una abundancia de proteínas, de hecho— para sobrevivir o para que los atletas se mantengan en el deporte. En 1905, el Dr. Chittenden de la Universidad de Yale publicó un estudio (en inglés) titulado Physiological Economy in Nutrition (Economía fisiológica en nutrición, en español), que aborda las necesidades nutricionales para hombres (y mujeres), con un énfasis particular en el requerimiento mínimo de proteínas para un ser humano sano. En el estudio, aprendemos que cualquier ingesta de proteínas más allá de nuestros requerimientos diarios podría causarle daño al cuerpo. El Dr. Chittenden continúa escribiendo:
Cuando las grasas y los carbohidratos se oxidan en el cuerpo, finalmente se queman en productos gaseosos simples… se eliminan fácil y rápidamente… Con los alimentos proteicos… cuando se oxidan, producen una fila de productos nitrogenados cristalinos, que finalmente salen del cuerpo a través de los riñones. Estos subproductos proteicos a base de nitrógeno —con frecuencia conocidos como toxinas— flotan por todo el cuerpo y pueden ejercer una influencia más o menos perjudicial sobre el sistema o, al ser depositados temporalmente, pueden ejercer alguna influencia específica o local que requiera su rápida eliminación.
Un día típico en la vida para mí como corredora basada en plantas es ocupado. Con múltiples proyectos de trabajo y un programa de entrenamiento pesado, ansío hacer mis comidas. Cuando me siento a comer, es mi momento de relajarme y nutrir mi cuerpo. La mayoría de los días empiezo con un licuado de banano completo con linaza, espinaca, col rizada y mantequilla de almendras. Mis batidos están hechos con mi leche de almendras casera. El almuerzo es una gran ensalada de col rizada con una variedad de hierbas frescas, verduras crudas picadas y aderezo casero sin aceite. Me gusta espolvorear levadura nutricional encima o una réplica de “parmesano” de marañones que hago con marañones, sal rosada y levadura nutricional. Si necesito un refrigerio, busco frutos del bosque, y a veces le agrego una cucharada de mantequilla de almendras casera. La cena suele ser otra ensalada o una gran taza de chile vegano casero y batata al horno. La mayoría de mis productos provienen del mercado local de agricultores y son orgánicos. Vivir en una casa sin aceite significa tener una alacena y una nevera repletos de vinagres, mostaza, tahini y limones. Puedo hacer puré y hornear casi cualquier cosa sin aceite. Quizás esto parezca extremo para algunos, pero la felicidad que siento al alimentar a mi cuerpo con una nutrición óptima da como resultado grandes recompensas, mental y físicamente.
Entonces, a medida que el cronograma de entrenamiento disminuye y el clima se calme en el frío del otoño, comenzaré a preparar sopas y guisos saludables con verduras de hojas verdes, papas y frijoles. Cuando me levante temprano el 3 de noviembre, podré correr tranquila sabiendo que me he preparado lo mejor que he podido y que he nutrido mi cuerpo con alimentos sin procesar, ricos en nutrientes, libres de animales, azúcares sintéticos o químicos.
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