Si tu madre era como la mía, has sido un miembro portador de la tarjeta del Clean Plate Club (Club del plato limpio, en español), desde que eras niño. De acuerdo, limpiar ese plato no es lo mejor para la salud de las personas que siguen la dieta estadounidense estándar (seguir una alimentación basada en plantas sin procesar es otra historia). Pero, sin importar la dieta, mamá tenía razón al presentarte ese club por una simple razón: el desperdicio de alimentos.
Las estimaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos indican que del 30 al 40 por ciento de los alimentos se desperdician en este país. Un estudio reciente mostró que el estadounidense promedio desecha cerca de una libra (0,4 kg) de comida todos los días. ¿Lo sorprendente de ese estudio? Las personas que consumen dietas de mayor calidad desperdician mayores cantidades de alimentos, gracias, en parte, a las frutas y verduras.
Estados Unidos estableció una meta para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos en un 50 por ciento para 2030.
Si bien el desperdicio de alimentos deja una huella evidente en la billetera —una familia de cuatro arroja al menos 1500 dólares en desperdicio de alimentos anualmente— hay un problema mayor, concretamente, el cambio climático. En este país, la comida es el mayor contribuyente a los vertederos, y a medida que se descompone, la comida produce metano, un gas de efecto invernadero 86 veces más potente que el dióxido de carbono, según el Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC, por sus siglas en inglés). También existe preocupación por los costos asociados con el desperdicio de alimentos, incluyendo el costo del agua, las tierras de cultivo y la energía utilizada para producir los alimentos. Todas estas son razones por las cuales Estados Unidos estableció una meta para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos en un 50 por ciento para 2030.
Sin embargo, no tienes que esperar a que el Gobierno actúe. Puedes convertirte en un guerrero que luche contra el desperdicio de alimentos al hacerte cargo de los desperdicios de tu familia. Estoy orgullosa de admitir que, aunque solo somos mi esposo y yo (más el gato y el perro) en mi casa, la comida rara vez se desperdicia. Eso no quiere decir que no desperdiciemos algo, especialmente las partes de productos que generalmente se consideran no comestibles, pero nuestra producción de basura es baja. Estas son algunas de las estrategias que he encontrado útiles para reducir el desperdicio de alimentos:
1. Haz un inventario de lo que tienes en tu refrigerador
El desperdicio de menos alimentos comienza rastreando lo que hay en tu cocina, incluyendo la comida en tu refrigerador. Aunque hago esto manualmente cada dos o tres días, también puedes usar aplicaciones como OLIO y Chefling, que rastrean lo que tienes en tu refrigerador y te alertan sobre los alimentos que deben ser usados pronto. Algunos incluso sugieren recetas basadas en lo que hay en tu refrigerador. Incluso puedes designar un contenedor o caja en tu refrigerador para almacenar los alimentos que están más cerca de su fecha de vencimiento para que no queden enterrados detrás de otros alimentos.
2. No consideres las fechas como la ley
Lee la letra pequeña en las etiquetas de los alimentos y verás las fechas límite de venta y de vencimiento. Sin embargo, a menudo no tienen más valor que algunas de las afirmaciones de mercadeo en estas etiquetas; la mayoría de los alimentos son buenos durante un tiempo después de esas fechas. Además, las fechas a menudo son solo estimaciones del fabricante sobre cuándo un alimento perderá calidad, en lugar de ser peligroso. Si bien las miro, rara vez me preocupo si estoy comiendo o bebiendo un alimento después de su fecha de vencimiento. Usa la prueba de olfateo y saborear. ¡Si huele y sabe bien, entonces probablemente esté bien! Por desgracia, debido a que son tan confusas, un estudio del Consejo para la Defensa de Recursos Naturales reveló que estas fechas causan que hasta el 90 por ciento de los estadounidenses desperdicien alimentos. Desecha lo que debas desechar, pero no asumas que ningún artículo en particular debe ser enviado a la basura solo porque ya pasó su fecha de vencimiento.
3. Planifica las comidas por adelantado
Esto no es solo un ahorro frente al desperdicio de alimentos, sino también un ahorro de tiempo. Con un menú preparado, tú sabes exactamente lo que tienes que comprar y cocinar cada semana. Como resultado, probablemente comprarás con una lista, lo que reducirá tu riesgo de comprar por impulso, disminuyendo así la posibilidad de comprar alimentos que no utilizarás. Normalmente hago mi planificación de comidas para la próxima semana los sábados por la mañana para poder ir a la tienda de mercado y al mercado de agricultores al aire libre ese día.
4. Hazte amigo de tu congelador
Muchos alimentos que están a punto de descomponerse pueden ser congelados y usados luego en sopas, batidos, panes y salsas. Por ejemplo, cuando los bananos se vuelven muy maduros, los corto y congelo en una bolsa de plástico y los uso luego para batidos y pan de banano. Hago lo mismo con otros productos como frutos del bosque, apio, cebolla y pimientos. También puedes usar esta estrategia si tus planes de cocción cambian y necesitas congelar alimentos perfectamente buenos.
5. Aprende a amar las sobras
Aunque cocino tres comidas a la semana, como resultado obtengo cinco noches de cenas. Esto se debe a que dos de las comidas tienen doble función, primero como la comida original y luego como sobras. ¿Odias las sobras? Intenta darle sabor a la comida o agrega algo más al plato para que parezca nuevo. Esta ley de las sobras, por cierto, también aplica a los restaurantes. Recomiendo ir con recipientes para llevar a casa (guárdalos en un bolso o maleta si deseas que pasen desapercibidos) y guarda las sobras del restaurante. ¡Piensa en todo el tiempo de preparación que ahorrarás!
6. Aprovecha el producto feo
Cada vez que compro, siempre reviso el contenedor de productos feos. Para ayudar a reducir su desperdicio, las tiendas a menudo colocan productos dañados o casi vencidos en contenedores especiales (si tu tienda no lo está haciendo, habla con el gerente sobre cómo comenzar) y luego descuentan sustancialmente estos alimentos. He comprado bananos, manzanas, naranjas y toronjas a un precio muy bajo. Como beneficio adicional, a menudo son orgánicos. Al comprar estos alimentos, le estás enviando a la tienda un mensaje de que apoyas los productos feos, otra forma de aliviar el desperdicio de alimentos. También encontré productos con descuento en los estantes regulares cuando la comida se acerca a su supuesta “fecha de vencimiento”, pero aún no está lista para ser fea, así que mantén los ojos bien abiertos.
7. Sé creativo
La creatividad es clave cuando se trata de derrotar el desperdicio de alimentos, y eso a menudo implica encontrar nuevos propósitos para las sobras o partes tradicionalmente no comestibles de los alimentos. ¿Tienes exceso de puré de papa? Conviértelo en pasteles de papa. ¿El pan se pone duro? Haz croutons con este. O si no te gusta el compostaje, busca nuevas formas de usar los desechos. Por ejemplo, ¿sabías que puedes encurtir cáscaras de sandía o usar cáscaras de banano para hacer “tocino”?
Incluso con todas estas estrategias, no puedes erradicar todo el desperdicio de alimentos. Pero con un ojo consciente en tu refrigerador y hábitos alimenticios, puedes reducir ese desperdicio lo más cerca posible a cero.
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