Me ha tomado un buen tiempo escribir este testimonio, especialmente después de tantos altibajos que he experimentado en mi trayectoria de vida. Aunque el camino ha sido largo, ha valido la pena. Ahora puedo decir que finalmente me siento con la suficiente confianza y seguridad para compartir mis aprendizajes de alimentación saludable, habiendo comenzado inicialmente con una alimentación vegana,y luego, adoptado un estilo basado en plantas sin procesar.
Me gustaría comenzar con el final, es decir, con el logro más impactante relacionado con mi condición física y de salud. Resulta que durante un viaje de siete días, alcancé la cumbre de uno de los nevados en Colombia, el Nevado del Tolima, a 5230 metros (17 158 pies) de altura por encima del nivel del mar para celebrar el cumpleaños número 30 de mi hermano, sin tener experiencia alguna en montañismo.
Ni en sueños me pude haber imaginado la prueba de resistencia física que fue para nosotros, y nuestra gran sorpresa fue ver cómo lo hicimos de bien. Este es el testimonio más claro de la vida real que he visto con mis propios ojos sobre el poder de un estilo de vida con una alimentación basada en plantas sin procesar para proporcionar vitalidad, fuerza, resistencia física y rápida recuperación.
Ahora, ¿cómo rayos una mujer de 37 años, madre de dos niños, con el mayor peso que había tenido en su vida (87 kg o 191 lb) solo ocho meses atrás —ya empezando a estar en el rango de obesidad, según su estatura— puede estar contando esta historia ahora?
Esta historia no comenzó hace ocho meses sino hace 21 años, cuando empecé mi carrera de medicina para ser cardióloga, con la esperanza de que curaría a mi papá de enfermedad cardiovascular, pues había tenido dos episodios severos de angina. Me había enamorado de la medicina y su supuesto poder de curar a las personas y prevenir enfermedad, pero no me tomó mucho tiempo darme cuenta de que la cardiología y la cirugía no iban a permitir que alcanzara mi meta. Entonces me enfoqué en la medicina preventiva que se enseñaba en ese entonces, la cual, en cierto punto, me estaba llevando en una mejor dirección.
Al ser criada en una familia colombiana tradicional, con sus platos llenos de carnes, lácteos y huevos, no me imaginaba una vida sin estas comidas ‘tan importantes’ para mi salud, o por lo menos eso fue lo que mis creencias culturales me enseñaron. Nunca pensé, incluso después de haberme graduado como médica, que había una conexión entre las comidas que estaba consumiendo y la situación de sobrepeso que tenía desde mis años de adolescencia. Simplemente pensaba que todos teníamos que estar a dieta para tener un peso corporal saludable y lo que me funcionaba, en ese entonces, eran las dietas con bajas calorías, para que así pudiera estar cerca de mi peso ideal.
Descubriendo la alimentación vegana
Esto empezó a cambiar cuando conocí a mi esposo Denis. En ese momento yo estaba viviendo en Australia, persiguiendo mi sueño de ayudar a prevenir enfermedad a gran escala, para lo cual completé una maestría en Salud Pública Internacional y trabajé en investigación médica. Denis me mostró los beneficios de una alimentación vegana y todo un mundo nuevo de conocimiento en nutrición me abrió los ojos. Como hija y como médica, me sentí muy frustrada e impotente al escuchar el dolor de mi mamá por su artritis reumatoide con síndrome de Sjögren y por los efectos secundarios de sus medicamentos. Ese fue el instante donde pude verificar por primera vez el poder de una alimentación vegana. Investigué por mí misma los beneficios de dicha alimentación para esta enfermedad y, después de influenciar a mi mamá para que probara esta alimentación, en un periodo corto estuvo libre de dolor y de medicamentos (puedes leer su testimonio acá).
Mi Síndrome de Ovario Poliquístico desapareció y ¡quede embarazada!
Ese momento lo cambió todo. ¡Esta era la respuesta! Creí que había aprendido todo y empecé a aplicarlo en mi propia vida. No sabía qué cambios esperar en mi propia salud, ya que tenía un peso saludable —aunque difícil de alcanzar— y no tenía ningún síntoma qué curar. Pero había olvidado un problema por el cual había estado medicada por más de ocho años.
Mi doctor me había asegurado que padecía del síndrome de ovario poliquístico severo y que con dicha condición nunca podría concebir. Sin embargo, después de ser vegana durante ocho meses (todavía utilizaba la píldora anticonceptiva) y antes de casarme, mi doctor vio en la ecografía que no tenía quistes ¡y que estaba ovulando! Solo nos tomó seis meses después de casados, sin ningún tipo de esfuerzo (y sin píldora), quedar embarazados de nuestro primer hijo.
Años después de haberle escuchado a un familiar cercano que iba a dar a luz a un ‘extraterreste’ por llevar un embarazo vegano, superamos todas las expectativas con nuestro hijo de siete años, que es muy saludable, inteligente y guapo. Debo mencionar que no fue fácil combatir todas las creencias culturales sobre lo que yo y mi nuevo hijo debíamos y no debíamos comer, pero ha sido una experiencia increíble criar dos hermosos niños con compasión, saludables y conscientes, que se preocupan por otros, por los animales y por el planeta. No cambiaría esto por nada en el mundo.
Aprendiendo sobre la nutrición basada en plantas
Pero algo conmigo no estaba bien. Aunque mi niño estaba muy bien, yo, de alguna forma, logré ganar 26 kilos de peso durante mi primer embarazo y a lo largo de los siguientes siete años (incluyendo mi segundo embarazo) mi peso había subido y bajado como una montaña rusa. Fue durante mi segundo embarazo (en ese entonces me di cuenta de que estaba bastante fértil) cuando conocí a Mark Doneddu, presidente de Vegetarian Victoria en Australia, quien me introdujo al trabajo del Dr. T. Colin Campbell, El Estudio de China y Whole.
Después de leer Whole, especialmente, quedé en estado de conmoción. No podía creer lo que leían mis ojos sobre el sistema en el que crecí, como persona y como médica, y con este libro me eduqué sobre muchos temas en los que antes creía, como los suplementos nutricionales. Esto hizo que me matriculara en el Certificado de Nutrición Basada en Plantas del Centro de Estudios en Nutrición de T. Colin Campbell en asociación con eCornell. Estaba ansiosa por aprender más, ya que me quedó muy claro que no tenía toda la información acerca de una alimentación vegana saludable y un estilo basado en plantas. Finalmente, obtuve la mejor educación en un formato claro y simple, que aclaró muchas confusiones y suposiciones que tenía con respecto a la comida y la salud, incluyendo la suposición de que el aceite era saludable y necesario. Empecé a realizar el cambio y me di cuenta de que, para algunas personas, dejar el aceite puede ser tan desafiante a nivel mental como dejar la carne. El aceite se encuentra casi en todas partes, entonces hice lo que pensé que era un buen esfuerzo, pero no lo suficiente, para evitarlo el 100 % del tiempo. Para ese entonces, decidimos mudarnos de nuevo a Colombia, y yo tenía en mente mi proyecto soñado de empezar a difundir entre los hispanoparlantes la información sobre un estilo de vida con una alimentación basada en plantas sin procesar (el cual está en progreso). En este trayecto, estuve inmensamente bendecida y honrada de ser escogida como la traductora oficial para español de nutritionstudies.org, una de las experiencias más gratificantes que he tenido. Pero la historia sobre mi salud no termina acá.
Enfocándome en mi mente, cuerpo y salud
A lo largo de este proceso y por el estrés de cambiar de país y empezar un nuevo proyecto, más o menos me olvidé de mí misma y de los otros muy importantes componentes de un estilo de vida saludable, como el ejercicio físico y la conexión entre la mente y el cuerpo —¡creí que de pronto podía omitir estos pasos!—. Esto me llevó a alcanzar mi mayor peso, y fue ahí donde tuve otra enseñanza en mi vida.
Para este entonces, ya había traducido más de la mitad (alrededor de 140) de los artículos disponibles en la que conozco como una de las páginas de internet más completas sobre nutrición basada en plantas con la información basada en la evidencia, más fácil y simple para leer y más clara, contenida en artículos excelentemente escritos por autores reconocidos a nivel mundial, quienes nos enseñan cómo lograr una salud increíble con un estilo de vida basado en plantas sin procesar.
Entonces, acá me encontré con toda esta información sorprendente hablando en mi cabeza, no solo sobre lo que había aprendido antes sino sobre la importancia de la conexión entre la mente y el cuerpo, el ejercicio físico, la masticación, una variedad de recetas, etc. Estaba lista para cambiar mi salud y mejorarla y comencé a alimentarme 100 % con alimentos basados en plantas sin procesar, a hacer ejercicio físico con un programa muy efectivo de baile y aptitud física con música latina (¡me encanta bailar!) y meditación diaria.
Este es el testimonio más claro de la vida real que he visto con mis propios ojos sobre el poder de un estilo de vida con una alimentación basada en plantas sin procesar para proporcionar vitalidad, fuerza, resistencia física y rápida recuperación.
Para terminar mi historia, solo después de siete meses de comprometerme con hacer el cambio y desarrollar mi resistencia física, pude alcanzar la cumbre que mencioné anteriormente, con toda la energía proporcionada por alimentos basados en plantas sin procesar para montañismo: arroz, avena, papas, vegetales no perecederos, aguacates, legumbres, dátiles, frutas secas, nueces, semillas ¡y mucha agua!
Estoy muy agradecida por todos los errores que cometí, ya que solo a través de los errores es cuando tú aprendes verdaderamente cómo funciona la vida. Un trayecto que me tomó 21 años para encontrar la verdad sobre la salud verdadera (para muchos de ustedes, que están leyendo esto, tienen la información ahí mismo en la punta de sus dedos, entonces ¡no tienen que tomarse tanto tiempo!) ahora mismo se siente como el inicio de muchas décadas de verdadera salud y felicidad. Este es solo el comienzo.
Mi familia ha experimentado grandes beneficios en su salud
Con respecto a mi familia, mi mamá ha estado libre de síntomas y medicamentos por más de nueve años, junto con una pérdida de peso significativa; mi papá ha revertido su enfermedad cardiovascular alcanzando 17METS en su prueba de esfuerzo (solo un poco menos que el puntaje de los atletas de 20METS) ¡a sus 70 años! Y mi hermano perdió más de 12 kilos (26 lb) en menos de seis meses después de comenzar a seguir una alimentación basada en plantas sin procesar la mayoría del tiempo. Respecto a mí, estoy más de 10 kilos más liviana que hace siete meses y tengo la mejor vitalidad y resistencia física que he tenido en mi vida.
En este momento, todavía estoy luchando por mis metas de salud, peso y aptitud física, pero finalmente, y con toda la seguridad, voy por el camino correcto. Si pudiera darte algunas recomendaciones, te sugeriría que te eduques tanto como puedas (tienes la mejor información al alcance de tus dedos en esta página de internet), no mires lo que has experimentado en el pasado con arrepentimiento sino con gratitud —de otra forma, no estarías aprendiendo ahora— haz el compromiso con una alimentación basada en plantas sin procesar muy simple y fácil, mueve tu cuerpo en lo que más te gusta hacer y, por último, pero no menos importante, conéctate con tu propio interior y empieza a crear tu vida con tu mente.
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