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A inicios de este año, me enteré por parte de mi amigo, el Dr. Caldwell Esselstyn, de una crítica literaria recientemente publicada en un destacado periódico irlandés. El título del libro atrajo mi curiosidad. Era Stop Feeding Your Cancer (en español: Deja de alimentar tu cáncer) (2014), escrito por John Kelly, Doctor en Medicina, en Dublín.
En este libro, el Dr. Kelly, quien ha tenido una práctica de larga data en medicina general, describe su experiencia con pacientes de cáncer durante la última década. La reseña del libro, hecha por John Spain (2014) lo dijo mejor. “(El Dr. Kelly) presenta evidencia convincente, basada en la experiencia de sus propios pacientes, que muestra que el cáncer se puede detener en seco e incluso revertir en un estado de latencia, permitiendo a los enfermos recuperar la buena salud y llevar vidas normales”.
Para mí, este es uno de los informes más intrigantes sobre este tema que he visto en décadas. Comencé mi propio programa de investigación hace casi seis décadas sobre la alimentación y el cáncer. Esto me llevó por un camino inesperado e impopular. Eventualmente me encontré preguntándome cómo el más venerado de todos los nutrientes —la proteína de origen animal “de alta calidad”— podría causar la más temida de todas las enfermedades: el cáncer.
A pesar de que hemos desarrollado una gran cantidad de información empírica para proporcionar conocimiento sobre esta pregunta, se hizo bastante claro que estos resultados eran provocativos e incluso irascibles. También se hizo evidente que no importa cuán justificativa y sustancial pueda ser la evidencia teórica y experimental, nada resultaría convincente hasta que se demostrara que ese era el caso en los estudios de intervención en seres humanos.
He estado abogando por esa investigación durante al menos 25 años, en múltiples ocasiones ante las comunidades profesionales médicas y de oncología. Sé que los profesionales médicos están trabajando duro y haciendo lo que creen que está en el mejor interés de sus pacientes. Sin embargo, estos profesionales no están entrenados en nutrición, y esto es una desafortunada perdición de su educación. Como resultado, tienden a suscribirse a una perspectiva de la industria que se basa en la quimioterapia, radioterapia y terapias genéticas para avanzar en esta área de la medicina.
No es sorprendente que muchos profesionales médicos sean renuentes a contemplar la idea de probar realmente el impacto de una alimentación basada en plantas sin procesar en pacientes de cáncer voluntarios. En su lugar, ellos optan por hacer un estudio de intervención en seres humanos para aún otro nuevo medicamento de quimioterapia, incluso cuando la evidencia preliminar para un estudio nutricional es mucho más impresionante. Debido a la estructura actual y las expectativas de la investigación, puede ser más difícil diseñar y ejecutar un estudio de nutrición que otra prueba con fármacos. Además, hay algo más en juego. Considera esto: ¿Cuántos ingresos produciría una estrategia nutricional en comparación con procedimientos como quimioterapia, radioterapia y manipulación genética?
Volvamos al libro del Dr. Kelly. Él reporta un éxito inusual tratando a sus pacientes con cáncer con la misma estrategia alimenticia que elegantemente ha demostrado revertir la enfermedad cardíaca (CJ Esselstyn, 2007; C.B.J. Esselstyn, Gendy, Doyle, Golubic, y Roizen, 2014), la diabetes tipo 2 (Barnard y otros investigadores, 2006) y otros padecimientos y enfermedades graves. Y el Dr. Kelly dice que trabajó con sus pacientes de esta manera después de leer El Estudio de China (Campbell y Campbell, 2005).
Por supuesto, he leído su libro y he hablado con él en varias ocasiones, pero todavía no lo he visto en persona. Eso está a punto de cambiar. El Dr. Kelly y yo nos presentaremos con otros en una agradable conferencia en República Dominicana del 15 al 22 de octubre de 2015. Estas vacaciones de salud están siendo organizadas por mi hija, la Dra. LeAnne Campbell (www.globalroots.net). Esta conferencia está abierta al público y a los profesionales de la salud, y mostrará a los asistentes cómo esta alimentación cambia los indicadores clínicos de la salud. Los asistentes aprenderán cómo preparar deliciosas comidas con alimentos basados en plantas sin procesar. Solo quizás podamos reevaluar cómo pensar acerca de la alimentación y el cáncer.
Estoy ansioso por discutir más acerca de posibles soluciones para esta enfermedad extremadamente importante. Estoy especialmente motivado en este momento porque acabo de presentar en una conferencia (a la que solo se puede acceder por invitación) con los principales investigadores, activistas y líderes que trabajan respecto al cáncer, los cuales lamentablemente, continúan prefiriendo protocolos farmacológicos, posiblemente basados en la genética, como un medio para controlar esta enfermedad. Siguen reacios a esta idea de controlar, y especialmente tratar a los pacientes con cáncer con la nutrición, a pesar de que podría ser más productivo y menos perjudicial para el paciente con cáncer. Parece que estos investigadores simplemente necesitan ver más investigaciones realizadas en esta área, al igual que yo. Además, temo que la nutrición basada en plantas sin procesar no será tomada en serio hasta que la investigación incluya estudios rigurosos de intervención humana.
Estos investigadores de cáncer de élite fueron muy amables al escuchar mis observaciones, pero sería más impresionante si estuvieran dispuestos a mirar los hallazgos muy interesantes del Dr. Kelly y ayudaran a diseñar y a financiar estudios que tomen en cuenta la nutrición.
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