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El Estudio de China: tres lecciones que necesitamos saber

Hace más de 30 años, el Dr. T. Colin Campbell y su equipo en la Universidad de Cornell, en colaboración con investigadores de la Universidad de Oxford y el Gobierno de China, se embarcaron en uno de los estudios más completos sobre nutrición y salud jamás realizados. Conocido como el Proyecto de China, este estudio histórico, combinado con hallazgos de laboratorio demostró de manera concluyente los peligros de una dieta rica en proteínas de origen animal y los increíbles beneficios para la salud de una alimentación basada en plantas sin procesar.

En 2005, el Dr. T. Colin Campbell y su hijo Tom, ahora médico, compartieron esos hallazgos con el mundo en El Estudio de China, uno de los libros más importantes que se han escrito sobre alimentación y salud. En los 13 años desde su publicación, ha inspirado una gran cantidad de investigaciones en nutrición basada en plantas. Ha motivado a figuras y celebridades influyentes para que se cambien a una alimentación basada en plantas y condujo a la creación de un Certificado de Nutrición Basada en Plantas solicitado por médicos, enfermeras, asesores de salud, nutricionistas y miles de personas más. En 2016, se lanzó The China Study: Revised and Expanded Edition (El Estudio de China: edición revisada y ampliada) con contenido totalmente nuevo, que incluye la última evidencia innegable del poder de una alimentación basada en plantas. La edición ampliada desvanece una gran cantidad de mitos sobre la nutrición y la desinformación, al tiempo que ofrece esperanza sobre el futuro de la investigación y la nutrición.

Hay mucho que aprender de El Estudio de China. Como fisióloga clínica del ejercicio, me hizo reconsiderar lo que sabía sobre nutrición y su impacto potencial en mis pacientes, así como en amigos y familiares. En este artículo, discuto lo que creo que son las tres lecciones más importantes del libro.

Lección uno: Las recomendaciones de El Estudio de China no se basan en un solo estudio

El Proyecto de China (estudio de investigación) examinó sesenta y cinco condados en toda China, utilizando cuestionarios extensos y análisis de sangre para recopilar información sobre 6500 adultos. Cuando los investigadores terminaron, tenían más de 8000 asociaciones estadísticamente significativas entre el estilo de vida, la alimentación y la enfermedad. El Proyecto de China fue inigualable en términos de alcance, calidad y originalidad. El Estudio de China (libro) presenta la evaluación del “panorama general” del Dr. Campbell, relacionado con la nutrición y la salud. Está documentado con más de mil referencias a estudios de salud y nutrición en todo el mundo, incluyendo los resultados del Proyecto de China. No puedo dejar de enfatizar que los hallazgos del Proyecto de China, por sí solos, no determinan únicamente las opiniones del Dr. Campbell, expresadas en el libro. El objetivo del Estudio de China es redefinir la forma en la que pensamos acerca de la información nutricional —para eliminar la confusión y sacar conclusiones basadas en una visión integral de la evidencia generada por la investigación nutricional revisada por expertos—.

Lección dos: la proteína de origen animal y la proteína vegetal actúan de manera muy diferente en el cuerpo

“Ha habido muchos tipos diferentes de estudios durante más de medio siglo, que muestran que las proteínas de origen animal y vegetal varían en su respuesta nutricional debido a las diferentes composiciones de aminoácidos que no tienen nada que ver con la pasteurización, la homogeneización o la contaminación con sustancias químicas extrañas”. T. Colin Campbell Campbell

Todas las formas de proteína de origen animal, pese a que existen algunas diferencias, actúan de la misma forma abrumadora en el cuerpo. Por ejemplo, la caseína es una proteína láctea, y la carne se compone, en gran parte, de las tres proteínas principales del músculo: proteínas miofibrilares, proteínas sarcoplásmicas y proteínas del tejido conectivo o estromales (es decir, colágeno). Incluso con sus diferencias estructurales, todas las proteínas de origen animal actúan de misma manera abrumadora, un hecho bien asentado en la literatura científica. Todas tienen un alto valor biológico, lo que significa que son más eficientes para el crecimiento de células: todas las células, incluyendo las células sanas y las células cancerosas por igual. La caseína y la albúmina de huevo, por ejemplo, ayudan a los animales más jóvenes a crecer más rápido. También estimulan la producción de más factores de crecimiento, en particular el factor de crecimiento insulínico (IGF, por sus siglas en inglés de insulin-like growth factor), que se asocia con mayores tasas de crecimiento del cáncer.

Los hallazgos del Estudio de China indican que cuanto menor es el porcentaje de proteína de origen animal consumida, mayores son los beneficios para la salud.

Las proteínas vegetales contienen todos los aminoácidos esenciales, pero no en la misma proporción que las proteínas de origen animal. Por lo tanto, se dice que las proteínas vegetales tienen “aminoácidos limitantes”. Pero esto termina siendo algo bueno. Sus aminoácidos limitantes parecen tener un efecto protector, ya que los aminoácidos absorbidos no se encuentran en la proporción más fácil de usar. Por esa razón, las proteínas vegetales no promueven el cáncer, incluso si las combinas en una sola comida, como el arroz con frijoles.

Los hallazgos del Estudio de China indican que cuanto menor es el porcentaje de proteína de origen animal consumida, mayores son los beneficios para la salud. Incluso las ingestas relativamente pequeñas de proteína de origen animal fueron asociadas con efectos adversos. Las personas que consumían la mayoría de los alimentos basados en plantas eran las más sanas y tendían a evitar las enfermedades crónicas.

Lección tres: una alimentación basada en plantas sin procesar es manifiestamente beneficiosa para una amplia variedad de enfermedades

Creo que el Dr. Campbell comparte sus puntos de vista sobre la relación de la enfermedad con la alimentación de manera muy precisa en su 7.º Principio de la Salud, que comparte en el Estudio de China:

La nutrición que es verdaderamente beneficiosa para una enfermedad crónica apoyará la salud en todos los ámbitos.

Cuando el Dr. Campbell llegó a comprender más sobre los procesos bioquímicos de varias enfermedades, también pudo ver cómo estas enfermedades tenían mucho en común. Debido a estas impresionantes semejanzas, solo tiene sentido que la misma buena nutrición genere salud y prevenga enfermedades en todos los ámbitos. Incluso si una alimentación basada en plantas sin procesar es más efectiva en el tratamiento de enfermedades del corazón que el cáncer cerebral (por ejemplo), puedes estar seguro de que esta alimentación no promoverá una enfermedad mientras detiene otra. Nunca será “mala” para ti. Sencillamente, puedes maximizar la salud en todos los ámbitos con una simple alimentación: una alimentación basada en plantas sin procesar.

En parte, debido al Estudio de China, cada día más personas se unen al club de los “anteriormente enfermos”. Durante la última década, hemos visto una proliferación de libros, libros de cocina, películas, sitios web, blogs y profesionales, todos enfocados en la nutrición basada en plantas. Su mensaje ha sido absorbido ávidamente por el público, y tengo la esperanza de que este sea solo el comienzo del movimiento basado en plantas.

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