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Centro de Estudios en Nutrición del Dr. T. Colin Campbell
La calidad de tu alimentación basada en plantas importa para el riesgo de enfermedad cardíaca

Cuando se trata del riesgo de enfermedad cardíaca, la calidad de una alimentación basada en plantas es importante, según una nueva investigación (en inglés) publicada en la Journal of the American College of Cardiology (Revista del Colegio Americano de Cardiología, en español).

Las dietas compuestas de alimentos basados en plantas más saludables se relacionaron con un menor riesgo de enfermedad coronaria, y las dietas basadas en plantas menos saludables se asociaron con un mayor riesgo de enfermedad coronaria[1].

Las dietas basadas en plantas se han relacionado con un menor riesgo de enfermedad coronaria, sin embargo, la mayoría de los estudios previos que analizaron los beneficios de una alimentación basada en plantas utilizaron el término “vegetariano”, que describe varios patrones alimenticios, que excluyen todos o algunos productos de origen animal. Del mismo modo, estudios previos trataron típicamente todos los alimentos basados en plantas por igual, incluyendo los granos refinados y las bebidas azucaradas.

Ambika Satija, doctora en Ciencias del Departamento de Nutrición de la Facultad de Salud Pública de Harvard T.H. Chan de Boston y sus colegas buscaron comprender mejor la asociación entre los diferentes grados de calidad de la alimentación basada en plantas en la incidencia de la enfermedad coronaria.

Los investigadores crearon tres índices de clasificación de alimentación basada en plantas. El primero fue el índice general de alimentación basada en plantas (PDI, por sus siglas en inglés), que incluía todos los alimentos basados en plantas con reducción de productos de origen animal. El segundo fue el índice de alimentación saludable basada en plantas (hPDI, por sus siglas en inglés) que se centró en alimentos como los cereales de grano entero, vegetales, frutas, nueces y legumbres. También se incluyó un índice de alimentación no saludable basada en plantas (uPDI, por sus siglas en inglés) que incluía alimentos menos saludables basados en plantas como jugos de frutas, granos refinados, papas / papas fritas y comidas y bebidas endulzadas.

La población de estudio incluyó participantes del Nurses’ Health Study (NHS) (Estudio de salud en las enfermeras, en español), el Nurses’ Health Study 2 (Estudio de salud en las enfermeras 2, en español) y el Health Professional Follow-up study (HPFS) (Estudio de seguimiento de profesionales de la salud, en español). Estos estudios excluyeron a los participantes con enfermedades de base como enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular y cánceres de piel no melanoma. Los índices de alimentación basada ​​en plantas se aplicaron luego a datos obtenidos a partir de cuestionarios de frecuencia de alimentación que los participantes completaron cada dos a cuatro años. Para este estudio actual, se analizaron datos de 73 710 mujeres en el Estudio de salud en las enfermeras, 92 329 mujeres del Estudio de salud en las enfermeras 2 y 43 259 hombres del Estudio de seguimiento de profesionales de la salud.

Después del seguimiento, 8631 participantes desarrollaron enfermedad coronaria. Los investigadores encontraron que una mayor adherencia al índice general de la alimentación basada en plantas se asoció levemente con un riesgo reducido de enfermedad coronaria (HR 0,92; IC del 95 %: 0,83-1,01 P = 0,003 para la tendencia). Sin embargo, el riesgo de enfermedad cardíaca fue significativamente menor para el índice de alimentación basada en plantas más saludable (HR 0,75, IC del 95 %: 0,68-0,83, P <0,001 para la tendencia). Curiosamente, el índice no saludable de alimentación basada en plantas se asoció con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca (HR 1.32, IC 95%: 1.20-1.46, P <0,001 para la tendencia). Los autores ofrecieron varios mecanismos posibles para la asociación entre una alimentación basada en plantas más saludable y una reducción de la enfermedad cardíaca. Las dietas más saludables basadas en plantas incluyen una mayor ingesta de fibra, antioxidantes y micronutrientes y una menor ingesta de grasas saturadas y hierro hemo. Por lo tanto, puede conducir a la pérdida de peso, mejores niveles de azúcar e insulina en la sangre, reducción de la presión arterial y los lípidos, mejorías en la salud vascular, menor inflamación y mejorías en el microbioma intestinal que conduce a un N-óxido de trimetilamina más bajo (TMAO, por sus siglas en inglés), de acuerdo con el artículo[1].

“Cuando examinamos las asociaciones de las tres categorías de alimentos con el riesgo de enfermedad cardíaca, encontramos que los alimentos basados en plantas saludables se asociaron con menor riesgo, mientras que los alimentos basados en plantas menos saludables y comidas de origen animal se asociaron con un mayor riesgo. Es evidente que hay una amplia variación en la calidad nutricional de los alimentos basados en plantas, por lo que es crucial tener en cuenta la calidad de los alimentos en una alimentación basada en plantas”, dijo Satija en un comunicado de prensa (en inglés)[2].

En un editorial acompañante (en inglés), Kim Allan Williams Sr., director médico de la División de Cardiología del Centro Médico de la Universidad Rush en Chicago, destaca que este estudio puede conducir a un enfoque “basado en el riesgo” para prescribir alimentaciones basadas en plantas. Por ejemplo, los pacientes con un historial de eventos cardíacos o aquellos con un alto riesgo de enfermedad cardiovascular tendrían una recomendación más fuerte para la alimentación más estricta basada en plantas (índice de alimentación saludable basada en plantas).

Además, el Dr. Williams aborda la mentalidad del “todo o nada”, que puede llevar a que los pacientes sientan que alcanzar objetivos alimenticios o de ejercicio es inalcanzable. Él señala: “Así como la actividad física es un continuo, tal vez un énfasis en comenzar con ajustes alimenticios más pequeños, en lugar de grandes cambios, sería más alentador y sostenible para aquellos a quienes les resulta difícil hacer un cambio completo y precipitado en los hábitos alimenticios”. Un enfoque simple, que fue recientemente acuñado por Michael Pollan en “Eat food. Not too much. Mostly plants” (Come alimentos. No muchos. En su mayoría plantas, en español)[3].

Las limitaciones del estudio incluyeron su naturaleza observacional y los posibles errores de medición en las evaluaciones alimenticias.

El estudio fue apoyado por subvenciones de los Institutos Nacionales de Salud. Las divulgaciones de los investigadores incluyeron el empleo del Dr. Chiuve por parte de AbbVie, el Dr. Rimm recibió subvenciones del Decade of Action on Nutrition (Década de Acción en Nutrición, DOA, por sus siglas en inglés) y el Consejo de Blueberry Highbush, y el Dr. Hu recibió el apoyo de la Walnut Commission and Metagenics de California.

Referencias

  1. Satija A, Bhupathiraju SN, Spiegelman D, et al. Healthful and Unhealthful Plant-Based Diets and the Risk of Coronary Heart Disease in U.S. Adults. J Am Coll Cardiol. 2017;70(4):411-422.
  2. Not All Plant-Based Diets Are Created Equal. American College of Cardiology Press Releases. 17, July 2017, http://www.acc.org/about-acc/press-releases/2017/07/17/13/33/not-all-plant-based-diets-are-created-equal?w_nav=S.
  3. Williams KA, Patel H. Healthy Plant-Based Diet: What Does it Really Mean?. J Am Coll Cardiol. 2017;70(4):423-425.

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