Temas » Ciencia de la nutrición » ¿La fruta azucarada es saludable?
Centro de Estudios en Nutrición del Dr. T. Colin Campbell
¿La fruta azucarada es saludable?

Todos sabemos que la fruta contiene nutrientes valiosos (por ejemplo, vitamina C), pero la mayoría de las calorías en la fruta provienen de los carbohidratos, específicamente del azúcar. Mientras que la mayoría de las frutas contienen una mezcla de diferentes azúcares, un azúcar principal en la fruta es la fructosa. Es posible que hayas oído hablar de la fructosa en las gaseosas y otras comidas procesadas ​​(por ejemplo, el jarabe de maíz con alto contenido de fructosa), que puede ser perjudicial para la salud humana. Entonces, para aquellos interesados ​​en la salud, ¿deberíamos comer fruta, ser precavidos o evitarla?

¡La respuesta simple es comer fruta!

Aunque la fructosa se encuentra naturalmente en las frutas, también se puede crear artificialmente para ser usada como edulcorante en comidas procesadas ​​como las gaseosas, los dulces, etc. El azúcar en las comidas procesadas ​​es dañino, mientras que el consumo de azúcar en forma de frutas sin procesar es beneficioso. Por ejemplo, la investigación ha informado que la fructosa hecha artificialmente se asocia con problemas de presión arterial y el hígado, mientras que la fruta no está asociada[1] e incluso puede ser beneficiosa.

Las razones para esto son complicadas, pero las frutas pueden ser consideradas como uno de los alimentos con mayor densidad nutricional del planeta. La mayoría son naturalmente bajas en calorías en general y contienen muchos micronutrientes, que incluyen vitaminas, minerales y una variedad de fitoquímicos como el betacaroteno, los polifenoles y otros antioxidantes. ¡Esto es exactamente lo contrario a las comidas procesadas ​​que contienen fructosa!

¿La fruta puede causar diabetes tipo 2?

Ha existido preocupación sobre el contenido de azúcar de la fruta con respecto a las personas con diabetes o con alto riesgo de desarrollar diabetes, y muchos profesionales de la salud recomiendan que esas personas limiten el consumo de fruta. Sin embargo, el mayor consumo de fruta ha sido asociado con un menor riesgo de diabetes[2][3]. Además, un estudio de 2011, específicamente entre diabéticos, comparó la terapia de nutrición médica con una restricción de la cantidad de fruta consumida en un grupo que tuvo que comer al menos dos porciones de fruta por día. ¡El grupo que limitaba el consumo de fruta no tuvo ningún beneficio en comparación con aquellos que consumían mucha fruta! Considerando los múltiples beneficios del consumo de fruta, los autores escribieron que “la ingesta de fruta no debería restringirse en pacientes con diabetes tipo 2”[4]. Un estudio más reciente informó incluso que un mayor consumo de fruta fresca se asoció con un menor riesgo de complicaciones diabéticas y muerte entre aquellos que ya tenían diabetes[3]. Las personas con problemas de azúcar en la sangre deben seguir consejos individualizados de su profesional de la salud, pero consumir frutas con otros alimentos, por ejemplo, el banano picado con avena, que puede ayudar a mantener el azúcar en la sangre más estable en las personas que experimentan dificultades.

¿La fruta puede causar problemas de peso?

Algunos temen que las frutas contribuyan a los problemas de peso gracias a que contienen azúcar. Un estudio de investigadores de Harvard informó que 0,22 porciones de fruta diarias (por ejemplo, una quinta parte de una manzana) estuvieron asociadas con un riesgo reducido de obesidad, hasta en un 14%[5]. Un estudio diferente, de cinco países europeos, informó que un aumento de 100 g en la ingesta de fruta sin procesar por día estaba asociado con una pequeña pérdida de peso[6]. En un estudio de 2011, los investigadores le pidieron a un grupo de voluntarios que disminuyeran el consumo de todos los azúcares, incluidas las frutas, mientras que a otro grupo se le pidió que disminuyeran los azúcares añadidos solamente. El grupo que comió menos fruta y azúcar bajó de peso (6,5 libras —tres kilogramos—) pero el grupo que consumió fruta, pero no azúcares añadidos, perdió incluso más peso (nueve libras —cuatro kilogramos—)[7].De hecho, un importante artículo de revisión, publicado en 2016 en la revista Nutrients (Nutrientes, en español) resumió la evidencia científica existente que informa, de forma consistente, que la fruta está asociada con menos obesidad e incluso con la pérdida de peso[8].

Existen varios mecanismos propuestos por los cuales la fruta parece ayudar a controlar el peso, incluido un alto contenido de nutrientes, pero quizás, de forma más importante, modifica el microbioma intestinal y proporciona una sensación de saciedad prolongada (sentirse más lleno durante más tiempo), lo que reduce la ingesta total de calorías[8]. Un ensayo fascinante de 2009, de la Universidad Estatal de Pensilvania, comparó el efecto de la manzana, el puré de manzana, el jugo de manzana o el jugo de manzana con fibra añadida en la ingesta de energía. La manzana sin procesar condujo a una mayor plenitud y una menor ingesta de energía, incluso en comparación con el jugo de manzana + fibra[9]. Este ensayo concuerda con la postura del Catedrático Dr. Campbell del holismo (wholism, en inglés) contra el reduccionismo. En otras palabras, los beneficios de una fruta no se pueden replicar aislando componentes individuales, p. ej., vitaminas, minerales, fibra.

¿Cuáles son los beneficios?

También hay estudios consistentes de que comer fruta está asociado con un menor riesgo de múltiples cánceres y enfermedades cardiovasculares, incluido el accidente cerebrovascular[10] . El aumento del consumo de fruta incluso se ha asociado con un menor riesgo de muerte por la enfermedad de Alzheimer[11] y la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica)[12].

Ya en 1985, se sugirió que las frutas y los vegetales podrían proteger contra la muerte temprana[13]. Múltiples estudios posteriores también observaron un menor riesgo de muerte prematura con un mayor consumo de fruta. De hecho, una revisión de 2017 de 95 estudios publicados en el International Journal of Epidemiology (Revista Internacional de Epidemiología, en español) señaló que el aumento en el consumo de fruta estaba asociado con menos enfermedad cardiovascular, incluyendo accidente cerebrovascular, menos cáncer y menos muerte prematura[10]. Algunos estudios informaron que aquellos que comían la mayor cantidad de fruta en comparación con menos fruta tenían un 40 a 50 % menos de riesgo de muerte prematura[14][15]. Otro estudio informó que, en comparación con aquellos que no comían fruta, consumir una sola porción de fruta cada día fue asociado con una vida más prolongada, en una medida de 19 meses[16]. ¡Imagínate lo que cinco porciones de fruta podrían hacer a diario!

Se considera que el bajo consumo de fruta es el cuarto contribuyente principal a la carga global de morbilidad[17] e incluso se ha estimado que 7,8 millones de muertes prematuras en todo el mundo pueden ser causadas por una baja ingesta de frutas y vegetales[10].

¿Qué tipo de fruta?

No debería sorprender que las frutas frescas sean consideradas, de forma consistente, como el mejor tipo de fruta. La fruta congelada es un segundo tipo más cercano y puede ser una fuente más barata y conveniente, especialmente cuando ciertas frutas no están en temporada. Las frutas secas generalmente contienen nutrientes similares a los frescos o congelados, pero están más concentrados. No obstante, el contenido de azúcar también estará más concentrado.

El jugo hecho de fruta, incluso la fruta recién exprimida, tendrá la mayor parte de la fibra y muchos nutrientes removidos. Existe evidencia consistente de que el consumo de jugo de fruta aumenta el riesgo de aumento de peso, particularmente en niños[8]. El consumo de jugo de fruta ha sido asociado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2[2]. Un estudio interesante comparó la manzana sin procesar, el jugo de manzana claro y el jugo de manzana turbio. La manzana sin procesar sería la más alta en fibra, mientras que el jugo claro prácticamente no contendría fibra. Las personas que comieron manzanas sin procesar tuvieron una caída en el colesterol total y LDL, mientras que las personas que consumieron el jugo de manzana claro, de hecho, tuvieron un aumento en el colesterol. Aquellos que consumieron jugo de manzana turbio tuvieron una caída en el colesterol, pero no tanto como el grupo de manzana sin procesar. Esto sugiere que la fibra es muy importante para los beneficios para la salud de la fruta[18]. Además, se requiere precaución con la fruta enlatada o en conserva, que a menudo contiene azúcar o jarabe añadidos. Un estudio incluso informó que la fruta en conserva fue asociada con un riesgo mayor de muerte[19]. Por lo tanto, trata de atenerte a la fruta fresca o congelada. La fruta seca de forma ocasional también está bien para la mayoría. ¡Incrementa tu consumo de fruta fresca comiendo bocadillos de varias frutas, preparando postres basados en frutas y mezclando frutas para hacer deliciosos batidos!

Así que ahí lo tienes: comer más frutas ayuda a disminuir el riesgo de obesidad, enfermedad y muerte. Tal vez una manzana al día sí mantiene alejado al médico … ¡si está acompañada de otros alimentos basados en plantas sin procesar!

Referencias

  1. Petta S, Marchesini G, Caracausi L, Macaluso FS, Cammà C, Ciminnisi S, Cabibi D, Porcasi R, Craxì A, Di Marco V. Industrial, not fruit fructose intake is associated with the severity of liver fibrosis in genotype 1 chronic hepatitis C patients. J Hepatol. 2013 Dec;59(6):1169-76.
  2. Muraki I, Imamura F, Manson JE, Hu FB, Willett WC, van Dam RM, Sun Q. Fruit consumption and risk of type 2 diabetes: results from three prospective longitudinal cohort studies. BMJ. 2013 Aug 28;347:f5001
  3. Du H, Li L, Bennett D, Guo Y, Turnbull I, Yang L, Bragg F, Bian Z, Chen Y, Chen J, Millwood IY, Sansome S, Ma L, Huang Y, Zhang N, Zheng X, Sun Q, Key TJ, Collins R, Peto R, Chen Z; China Kadoorie Biobank study. Fresh fruit consumption in relation to incident diabetes and diabetic vascular complications: A 7-y prospective study of 0.5 million Chinese adults. PLoS Med. 2017 Apr 11;14(4):e1002279.
  4. Christensen AS, Viggers L, Hasselström K, Gregersen S. Effect of fruit restriction on glycemic control in patients with type 2 diabetes–a randomized trial. Nutr J. 2013 Mar 5;12:29.
  5. He, K.; Hu, F.B.; Colditz, G.A.; Manson, J.E.; Willett, W.C.; Liu, S. Changes in intake of fruits and vegetables in relation to risk of obesity and weight gain among middle-aged women. Int. J. Obes. Relat. Metab. Disord. 2004, 28, 1569–1574.
  6. Buijsse, B.; Feskens, E.J.; Schulze, M.B.; Forouhi, N.G.; Wareham, N.J.; Sharp, S.; Palli, D.; Tognon, G.; Halkjaer, J.; Tjønneland, A.; et al. Fruit and vegetable intakes and subsequent changes in body weight in European populations: Results from the project on Diet, Obesity, and Genes (DiOGenes). Am. J. Clin. Nutr. 2009, 90, 202–209.
  7. Madero M, Arriaga JC, Jalal D, Rivard C, McFann K, Pérez-Méndez O, Vázquez A, Ruiz A, Lanaspa MA, Jimenez CR, Johnson RJ, Lozada LG. The effect of two energy-restricted diets, a low-fructose diet versus a moderate natural fructose diet, on weight loss and metabolic syndrome parameters: a randomized controlled trial. Metabolism. 2011 Nov;60(11):1551-9.
  8. Sharma SP, Chung HJ, Kim HJ, Hong ST. Paradoxical Effects of Fruit on Obesity. Nutrients. 2016 Oct 14;8(10). pii: E633.
  9. Flood-Obbagy JE1, Rolls BJ. The effect of fruit in different forms on energy intake and satiety at a meal. Appetite. 2009 Apr;52(2):416-22.
  10. Aune D, Giovannucci E, Boffetta P, Fadnes LT, Keum N, Norat T, Greenwood DC, Riboli E, Vatten LJ, Tonstad S. Fruit and vegetable intake and the risk of cardiovascular disease, total cancer and all-cause mortality-a systematic review and dose-response meta-analysis of prospective studies. Int J Epidemiol. 2017 Jun 1;46(3):1029-1056.
  11. Williams PT. Lower risk of Alzheimer’s disease mortality with exercise, statin, and fruit intake. J Alzheimers Dis. 2015;44(4):1121-9.
  12. Du H, Li L, Bennett D, Yang L, Guo Y, Key TJ, Bian Z, Chen Y, Walters RG, Millwood IY, Chen J, Wang J, Zhou X, Fang L, Li Y, Li X, Collins R, Peto R, Chen Z; China Kadoorie Biobank study. Fresh fruit consumption and all-cause and cause-specific mortality: findings from the China Kadoorie Biobank. Int J Epidemiol. 2017 Apr 24.
  13. Verlangieri AJ, Kapeghian JC, el-Dean S, Bush M. Fruit and vegetable consumption and cardiovascular mortality. Med Hypotheses. 1985 Jan;16(1):7-15.
  14. Hertog MG, Bueno-de-Mesquita HB, Fehily AM, Sweetnam PM, Elwood PC, Kromhout D. Fruit and vegetable consumption and cancer mortality in the Caerphilly Study. Cancer Epidemiol Biomarkers Prev. 1996 Sep;5(9):673-7.
  15. Tian X, Du H, Li L, Bennett D, Gao R, Li S, Wang S, Guo Y, Bian Z, Yang L, Chen Y, Chen J, Gao Y, Weng M, Pang Z, Jiang B, Chen Z; China Kadoorie Biobank study. Fruit consumption and physical activity in relation to all-cause and cardiovascular mortality among 70,000 Chinese adults with pre-existing vascular disease. PLoS One. 2017 Apr 12;12(4):e0173054.
  16. Bellavia A, Larsson SC, Bottai M, Wolk A, Orsini N. Fruit and vegetable consumption and all-cause mortality: a dose-response analysis. Am J Clin Nutr. 2013 Aug;98(2):454-9.
  17. Lim, S.S.; Vos, T. A comparative risk assessment of burden of disease and injury attributable to 67 risk factors 
and risk factor clusters in 21 regions, 1990–2010: A systematic analysis for the Global Burden of Disease 
Study 2010. Lancet 2012, 380, 2224–2260.
  18. Ravn-Haren G, Dragsted LO, Buch-Andersen T, Jensen EN, Jensen RI, Németh-Balogh M, Paulovicsová B, Bergström A, Wilcks A, Licht TR, Markowski J, Bügel S. Intake of whole apples or clear apple juice has contrasting effects on plasma lipids in healthy volunteers. Eur J Nutr. 2013 Dec;52(8):1875-89.]Aasheim ET, Sharp SJ, Appleby PN, Shipley MJ, Lentjes MA, Khaw KT, Brunner E, Key TJ, Wareham NJ. Tinned fruit consumption and mortality in three prospective cohorts. PLoS One. 2015 Feb 25;10(2):e0117796.
  19. Aasheim ET, Sharp SJ, Appleby PN, Shipley MJ, Lentjes MA, Khaw KT, Brunner E, Key TJ, Wareham NJ. Tinned fruit consumption and mortality in three prospective cohorts. PLoS One. 2015 Feb 25;10(2):e0117796.

Copyright 2024 Centro de Estudios en Nutrición. Todos los derechos reservados.