Cuando me mudé por primera vez de la casa de mi mamá a mi propio apartamento, comía más “power’ bols” que comidas formales servidas en platos llanos. Podría haber sido por pereza — para evitar lavar platos — o por inspiración de mi bisabuelo Harry, que desayunaba en un bol todos los días. Mi abuela intentaba servirle la comida en un plato, pero él lo ponía todo en un bol y se lo comía de esa manera. Creo que heredé un poco de su naturaleza rebelde.
Los bols que se sirven hoy en día en los restaurantes tienen una estructura ordenada. Por lo general, comienzan con algún tipo de base, algo como arroz, quinoa o pasta, y a eso se le añaden ingredientes adicionales por encima, como verduras al vapor, tofu al horno, jaca, cebollas en escabeche o salteados. Por último, el bol se termina con una salsa y guarniciones. Los menús generalmente se configuran para que puedas diseñar tu propio bol de la manera que desees. En mi ciudad natal hay restaurantes que no solamente preparan bols; he probado algunos de ellos, pero cada vez que lo hago, pienso, puedo hacer esto mejor en casa.
Cuando preparo un bol en casa, empiezo con las sobras de la nevera o con un tipo de gastronomía tipo tailandés, mexicano, italiano o “southern comfort” (aquel estilo cálido y reconfortante de la comida sureña estadounidense). A continuación, decido qué base quiero usar. El arroz es la base que más comúnmente uso porque preparo una olla de arroz una vez en semana para hacer diferentes platos a lo largo de la semana. La quinoa, el mijo y el bulgur son mis otras bases favoritas para los bols.
En una de mis clases de bols hicimos uno de mis bols favoritos; tofu frito al horno con puré de papas y salsa de anacardo. Este es el que más hago. Únete a mis clases semanales de cocina en vivo y averigua qué más estamos cocinando.
Copyright 2024 Centro de Estudios en Nutrición. Todos los derechos reservados.