Temas » Enfermedades » Semillas genéticas de la enfermedad: Cómo combatir las probabilidades
Centro de Estudios en Nutrición del Dr. T. Colin Campbell

¿Qué tan frecuente es que leas por estos días que los genes causan cáncer?

Probablemente nada en la ciencia biomédica merece tanta atención. Desde mi punto de vista, esto necesita atención en los boletines informativos de nutrición. ¿Por qué? Porque hay una línea peculiar de razonamiento que circula y dice así: Si los genes son los principales responsables de determinar cuándo y qué tipo de cánceres nos dan, entonces ¿qué diferencia hace lo que comemos?

En esencia, este es un punto de vista resignado. Aún más, si esta noción acerca de los genes es aceptada como válida, entonces muchos podrían ser tentados simplemente a intercambiar genes “malos” por “buenos”. Lamentablemente, esta es una idea muy viva en la ciencia y está obteniendo considerable apoyo económico. En vez de sucumbir con fatalismo a los reportes de investigación genética o intercambiar nuestros genes caprichosamente, empecemos a pensar más seriamente acerca de prevenir el cáncer, muy literalmente, dirigiéndonos a sus “raíces”.

¿A dónde se está dirigiendo el dinero?

Previamente he comentado en este boletín informativo sobre unas de mis preocupaciones al respecto de este énfasis excesivo en investigación genética (mirar la edición de agosto). Mientras que algunos de los nuevos descubrimientos genéticos pueden proporcionar oportunidades esperanzadoras, muchos son claramente dañinos, especialmente cuando las personas no están debidamente informadas. De manera trágica, algunas personas se han vuelto tan distraídas después de encontrar que ellos mismos o sus seres amados tienen algún gen malo particular, que ellos entonces toman acciones desmedidas. Me han llamado madres dos veces pidiendo consejo acerca de posibles mastectomías para sus hijas.

¿Por qué los NIH (siglas en inglés para Institutos Nacionales de Salud) y las agencias de financiación similares proporcionan mucha más financiación para la investigación sobre el control genético de las enfermedades en lugar del control nutricional de enfermedades? ¿De quién es el propósito al que se sirve aquí? Considera lo siguiente esto: las dietas inapropiadas, cuando se comparan con escenarios genéticos, son responsables, probablemente, de 30 a 40 veces más cánceres (por lo menos), pero, la investigación genética —de acuerdo con mis cálculos— obtiene 30 a 40 veces más fondos.

Hacia un lado más optimista, sin embargo, yo diría esto. Si los genes solo indican el potencial, y no la certeza de enfermedad, entonces el conocimiento de genes problemáticos puede motivar a las personas a ser más cuidadosas respecto a sus hábitos alimentarios y a su estilo de vida.

Nuevo estudio revela fallas mayores en investigación

Mi razón para volver a tocar este tema de nuevo en este boletín informativo, es un estudio muy importante publicado la primavera pasada. Los hallazgos de este estudio enfatizan en un punto particularmente convincente de que los genes importan poco, prácticamente hablando, como causa del cáncer. Difícilmente puedo imaginar un estudio más devastador para la idea de que los genes son responsables del riesgo de cáncer. El estudio que tengo en mente fue desarrollado por científicos dentro del Instituto Nacional de Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) de los NIH (sigla para Institutos Nacionales de Salud en inglés). El grupo de estudio fue liderado por un investigador muy prominente, prestigioso y experimentado, el Dr. Robert Hoover.

Estos investigadores hicieron una pregunta muy simple con respecto a si los gemelos idénticos tenían más probabilidad de contraer cánceres en comparación con otros pares de hermanos. Ya ves, los gemelos idénticos tienen esencialmente los mismos genes, por lo tanto, ellos deberían contraer los mismos cánceres si sus genes son la causa primaria. De acuerdo con este razonamiento, si un miembro del par de gemelos contrae un cáncer específico, entonces el segundo miembro, quien lleva consigo los mismos genes, también debería contraerlo.

Se comparó la medida en que se produjeron los mismos cánceres para ambos miembros de un par de gemelos idénticos (los mismos genes) con la medida en que ambos miembros de un par de gemelos no idénticos contrajeron el mismo cáncer. Los genes del par de gemelos no idénticos no son más parecidos entre sí, en comparación con cualquier otro par de hermanos.

Los descubrimientos de este estudio fueron inusualmente reveladores. Primero, este estudio fue el más grande de su tipo en la historia. Las muertes por cáncer entre 5.950 pares de gemelos idénticos fueron comparadas con las muertes por cáncer entre 7.248 pares de gemelos no idénticos. Segundo, se prestó atención especial al incluir los detalles del registro de datos para que solo esos registros con información verificable pudiesen ser usados en el análisis. Este fue, desde mi punto de vista, un estudio bien diseñado y bien ejecutado.

En resumen, y sin entrar en hallazgos detallados, estos científicos concluyeron que “…el conocimiento sobre la experiencia de mortalidad por cáncer de un individuo, no suele tener un fuerte valor predictivo para la experiencia de otro individuo que tiene genes idénticos.”

Muertes por cáncer en gemelos

CÁNCERES SELECCIONADOS UN GEMELO IDÉNTICO AMBOS GEMELOS IDÉNTICOS UN GEMELO NO IDÉNTICO AMBOS GEMELOS NO IDÉNTICOS
Estómago 27 0 27 1
Colon o recto 90 1 109 2
Hígado 10 1 21 0
Piel 18 0 28 0
Próstata 29 0 68 0
Cerebro o Sistema Nervioso 23 0 40 0
Linfoma No Hodgkin 41 0 53 0
Leucemia 17 0 45 1

No se muestran cánceres asociados al tabaquismo

Probabilidades vs. realidades

Lo que esta conclusión dice, básicamente, es que los genes no importan, por lo menos para cualquier proporción importante de cánceres. Para ser específico, la probabilidad de que ambos gemelos idénticos contrajeran cáncer, fue solamente 1.4 veces la probabilidad que tenían ambos gemelos no idénticos de contraer cáncer, un resultado de sólo importancia estadística limítrofe. Inclusive, para uno de los cánceres de los que se conocía un vínculo genético definitivo, desde el punto de vista del mecanismo de acción (un cáncer de colon de cierto tipo) no había esencialmente ninguna evidencia que probara que la sola presencia de este gen realmente causara el cáncer. Para colocar esta diferencia de 1.4 veces en otra perspectiva, los fumadores tienen de 8 a 10 veces más probabilidad de contraer cáncer de pulmón en comparación con los no fumadores, mientras que las personas infectadas crónicamente con el virus de hepatitis B tienen de 20 a 40 más probabilidades de contraer cáncer hepático que las personas no infectadas. Este pequeño incremento de probabilidad de 1.4, si es real, puede deberse a la gran similitud entre los estilos de vida entre gemelos idénticos y gemelos no idénticos. Y finalmente, lo siguiente: estos resultados concuerdan esencialmente con descubrimientos de otros cuatro estudios más pequeños, publicados previamente. En resumen, esta diferencia, aunque fuera real, es tan pequeña que prácticamente elimina los genes como una causa importante del cáncer humano. Esto genera preguntas muy prácticas. ¿Por qué se le da tan poca importancia a la idea que no es solo la mera presencia de genes “malos”, pero la expresión de esos genes lo que más importa? Para que los genes causen algo, no pueden permanecer inactivos; ellos deben ser encendidos o expresados. Además, ¿por qué no se le da más importancia a la expresión genética, especialmente por mecanismos nutricionales, por parte de investigadores y entre investigadores y el público general?

En conclusión, aunque casi siempre pensé que los genes podrían ser responsables de una pequeña proporción de cánceres humanos, estoy sorprendido por este descubrimiento que muestra que los genes parecieran contribuir poco o nada al riesgo de cáncer. Habría pensado que encontraríamos en este estudio por lo menos un efecto genético pequeño. Los participantes en este estudio fueron hombres, quienes, con toda probabilidad, consumían una típica dieta americana. Con una alimentación de este tipo, cualquiera de los genes causantes de cáncer que podría haber estado presente, debió haberse expresado, consistente y uniformemente, como cáncer. Esto no fue lo que se observó. Por lo tanto, debo concluir, sobre la base de estos y otros datos de considerable confianza, que las diferencias entre las tasas de cáncer entre personas o individuos no pueden atribuirse simplemente a los genes. Obviamente, la “historia de los genes” se trata de mucho más que los genes mismos. Tiene que ver con lo que comemos y lo que no comemos. También tiene que ver con la gran renuencia de parte de muchos de nosotros de cambiar nuestros hábitos alimentarios. A pesar del hecho de que los norteamericanos son más que nunca, conscientes de la nutrición, el cambio significativo dolorosamente llegará de manera lenta. Durante los últimos 30 años, y especialmente en la última década, el número de niños con sobrepeso se ha más que duplicado.

Referencias

  1. Braun, M. M., Caporaso, N. E., Page, W. F., Hoover, R. N. 1995. A Cohort Study of Twins and Cancer. Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention 4:469-473.

Copyright 2024 Centro de Estudios en Nutrición. Todos los derechos reservados.