El siguiente es un artículo de un beneficiario de una subvención comunitaria.
Las investigaciones demuestran que contar con una alimentación equilibrada y mantener un peso saludable puede ayudar a reducir el riesgo de padecer muchas enfermedades como la hipertensión, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia, diabetes, y ciertos tipos de cáncer. Pero solo una minoría de estadounidenses siguen una alimentación equilibrada. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), en 2013 el 87% de la población estadounidense no cumplía las recomendaciones de consumo de verduras y el 76% no cumplía las recomendaciones de consumo de frutas.
En 2014, el equipo de bienestar de los empleados de la Red de Salud de la Universidad de St. Luke (SLUHN, por sus siglas en inglés) se propuso establecer un modelo sanitario poblacional enfocado en los empleados y que utiliza una programación de medicina de estilo de vida basada en la evidencia para mejorar el estado de salud de los 21.000 empleados y cónyuges de la Red de Salud de la Universidad de St. Luke. A pesar de ser una gran red sanitaria—responsable de reforzar la importancia de la nutrición para la salud general y de tratar al público—las evaluaciones biométricas iniciales mostraron que la propia población de empleados contaba con un enorme margen de crecimiento. Guiados por un médico especialista en medicina del estilo de vida, SLUHN comenzó a desarrollar e implementar programas basados en la evidencia a través de toda la red para mejorar las métricas y reducir los riesgos para la salud.
En el lugar de trabajo, el programa de entrega de productos de la agricultura apoyada por la comunidad (CSA, por sus siglas en inglés) fue diseñado para facilitarles a los empleados y a sus familias la obtención y el consumo de más frutas y vegetales. En 2013, el programa CSA tenía 89 miembros en tres locaciones; en 2020, empleó a ocho agricultores locales que entregaron sus productos a casi 600 miembros en 19 locaciones. El número total de productos de CSA comprados aumentó un 500% del primer al sexto año, y en 2017 ya habíamos visto un aumento de casi el 13% en el número de participantes que consumían cinco o más porciones de verduras y frutas.
Estos avances específicos reflejan las tendencias más generales asociadas a la afiliación al programa. El impacto positivo de estas iniciativas está bien documentado. La investigación de Cohen, Gearhart, y Garland (2012) confirma la correlación positiva entre pertenecer al programa CSA y el aumento en ingesta de frutas y verduras.
Los beneficios potenciales son claros: sabemos que tener acceso a porciones semanales de productos frescos y locales aumenta la ingesta de verduras y frutas; y sabemos que el aumento del consumo de frutas y verduras ha demostrado tener beneficios para la salud.
Aunque el programa ha tenido éxito durante seis años, hay algunos empleados que no están en condiciones económicas de comprometerse a pagar 19 dólares a la semana, y el año 2020 ha sido especialmente difícil para ellos. A muchos los han despedido parcial o totalmente debido a la pandemia del COVID-19, y varios miembros del CSA lo han abandonado como resultado de esta tensión financiera. Aunque pudimos enfatizar los beneficios del acceso y suministro de alimentos locales para ayudar a llenar los cupos de quienes abandonaron el programa, no pudimos ayudar a los que sufren por tener bajos salarios o a aquellos que perdieron su sustento económico.
Dado que es probable que los empleados tengan que hacer frente a las consecuencias financieras por su cambio de ingresos durante meses o años, es importante que establezcamos un plan sostenible de cara al futuro para ofrecer subvenciones a quienes no puedan pagar el precio de las porciones. La subvención del Centro de Estudios de Nutrición T. Colin Campbell nos ayudará a poner a prueba un proceso por el que 10 empleados recibirán porciones subvencionadas. Esto aumentará el acceso al programa CSA y ayudará a aquellos que, de otra manera, no podrían participar.
A largo plazo, esperamos ofrecerles a muchos más empleados la oportunidad de participar en un programa de costo reducido. Los beneficios potenciales son claros: sabemos que tener acceso a porciones semanales de productos frescos y locales aumenta la ingesta de verduras y frutas; y sabemos que el aumento del consumo de frutas y verduras ha demostrado tener beneficios para la salud. Si el programa piloto de reparto subvencionado tiene éxito, podemos ampliarlo en el futuro mediante subvenciones, así como con donaciones de los empleados o de la comunidad.
El Centro de Estudios en Nutrición de T. Colin Campbell (CNS) se ha comprometido a aumentar la conciencia sobre el extraordinario impacto que tiene la alimentación en la salud de nuestros cuerpos, nuestras comunidades, y nuestro planeta. En apoyo a este compromiso, el Centro de Estudios en Nutrición ha creado una iniciativa de subvenciones comunitarias para potenciar las iniciativas sostenibles de alimentación en todo el mundo, proporcionando subvenciones para permitir la creación de empresas innovadoras e impulsar el crecimiento de las iniciativas existentes. Por favor, considera hacer una donación a esta gran causa. El 100% de tu donación se destinará a apoyar iniciativas como la que acabas de leer en este artículo.
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