La jardinería, sobre todo la sostenible, tiene increíbles beneficios para tu salud, para tu alimentación y para el medioambiente. Aunque requiere una inversión inicial de tiempo y dinero, ¡poco a poco empezarás a obtener beneficios!
Lo siguiente es lo que necesitas para empezar a cultivar tus propios alimentos en casa, con la menor cantidad de desechos posible.
El trabajo y la paciencia que inviertas en tener un jardín exitoso te pueden dar grandes resultados. Mientras cuidas de la tierra, siembras las semillas, y cuidas las plantas, estás favoreciendo a tu cuerpo y al medioambiente.
Tener tu propio jardín sostenible hace que sea más fácil —¡y más sabroso!— seguir una alimentación basada en plantas sin procesar.
La ventaja más obvia de empezar un jardín sostenible es que tendrás acceso inmediato a alimentos nutritivos. Dado que centrarse en la sostenibilidad significa eliminar el uso de pesticidas y herbicidas, no tienes que preocuparte por los residuos químicos. Y cuando los productos se recogen y se preparan o se conservan en su punto óptimo de maduración, obtienes la mayor concentración posible de nutrientes. Cultivar tus propios alimentos también te permite diversificar tu alimentación experimentando con una amplia variedad de vegetales y frutas, que no siempre son fáciles de encontrar en las tiendas de mercado.
La jardinería proporciona beneficios adicionales para la salud física y mental. Plantar, regar, acolchar (técnica empleada en la jardinería que consiste en colocar una capa de materia orgánica o inorgánica en el suelo para protegerlo ante a acciones externas como la lluvia, el viento, etc.) al igual que quitar las maleza ó desyerbar te hace salir al aire libre y te impulsa a estar en movimiento, lo que ayuda a eliminar el estrés y a mejorar tu estado de ánimo. Al cultivar y cosechar alimentos, te sentirás motivado para seguir trabajando en tu jardín y estarás más inclinado a comer comidas nutritivas hechas con los propios frutos de tu trabajo.
Un enfoque sostenible de la jardinería toma en cuenta el impacto medioambiental, lo cual proporciona beneficios adicionales:
Aún si nunca has tenido un jardín, no es difícil empezar tu propio espacio de cultivo sostenible. El primer paso es la educación: Aprende qué verduras son las más fáciles de cultivar y cuáles pueden sembrarse juntas para obtener los mejores resultados. Averigua cómo aprovechar al máximo el espacio del que dispones utilizando camas elevadas, sembrados verticales y plantación intensiva. Te sorprenderá lo mucho que puedes cultivar en un espacio reducido.
Obtendrás un buen rendimiento si el suelo es saludable . Las enmiendas orgánicas del terreno y los fertilizantes naturales mejoran la salud del suelo sin añadir productos químicos. Investiga las opciones disponibles en tu zona y elige los productos con menor impacto ambiental.[2] (¡Quizá podrías conseguir algunos gratis!)
Lo que se siembra también tiene un efecto sobre el medioambiente. Elige plantas nativas de tu zona, incluyendo ornamentales como arbustos, hierbas y flores. Estas requieren menos insumos y atraen polinizadores naturales, como abejas y mariposas.[3] Compra semillas criollas (no alteradas) siempre que sea posible: puedes conservar las semillas de tu cosecha para volver a sembrarlas en lugar de comprar nuevas.[4]
A medida que cuidas de tu jardín y tu césped, guarda toda la materia orgánica que pueda convertirse en abono. Esto incluye recortes de hierba, hojas, restos de verduras y frutas, e incluso desechos de café. Amontona una pila o usa un barril de hacer composta y continúa añadiendo esta materia orgánica para con el tiempo crear tu propio fertilizante rico en nutrientes.
Reduce la cantidad de agua que necesitan las plantas para crecer de las siguientes maneras—usa un mantillo natural como la paja para mantener la humedad en el suelo instala un barril de lluvia para que actúe como reserva de agua; utiliza opciones de bajo consumo de agua para el riego como mangueras de goteo en lugar de rociar el jardín con una manguera.[5]
Si necesitas ayuda con tu jardín sostenible durante la temporada de cultivo, investiga talleres o clubes de jardinería locales donde puedas resolver tus dudas y recibir consejos de jardineros con experiencia.
Al tener tu propio jardín sostenible se te hará más fácil —¡y más sabroso!— seguir una alimentación basada en plantas sin procesar. Siempre tienes una fuente accesible de productos frescos justo a tu puerta y podrás cosechar en cualquier momento para hacer platos coloridos y nutritivos.
Cuando cultivas un jardín con tu familia todos participan en el proceso de cultivo, cosecha, y cocción o conserva de los alimentos. Conservar lo que no se puede comer de inmediato no solo asegura la máxima nutrición para disfrutarla en los próximos meses, sino que también reduce la cantidad de alimentos que hay que comprar durante el invierno. Es un beneficio para la nutrición y la sostenibilidad.
Si no tienes espacio para cultivar un jardín en casa, pero quieres reducir el impacto ambiental de tu estilo de vida basado en plantas sin procesar, considera una de estas opciones:
No tienes que cultivar todo lo que comes para tener un impacto positivo. Ya sea que intentes cultivar un jardín sostenible con unas pocas plantas o te pongas ambicioso con un extenso jardín en tu patio, estarás haciendo diferencia tanto para el medioambiente como para tu salud.
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