Temas » Ciencia de la nutrición » La investigación confirma que una alimentación basada en plantas puede ayudarte a vivir más tiempo
Centro de Estudios en Nutrición del Dr. T. Colin Campbell

Todos sabemos que la alimentación es importante. ¿Pero exactamente qué tan importante es?

Un estudio de 2017 involucró a 188 países en todo el mundo y evaluó los efectos de 79 factores diferentes sobre la muerte y la discapacidad[1]. Este enorme estudio fue financiado por Bill Gates y representa uno de los análisis más rigurosos de los factores de riesgo jamás publicados. ¡Encontró que los riesgos alimenticios eran la principal causa de muerte y discapacidad! Se encontró que una alimentación deficiente estaba asociada con más de 11,3 millones de muertes, es decir, más importante que la presión arterial alta, la contaminación, el nivel alto de azúcar en la sangre y el colesterol alto, así como otros factores del estilo de vida no relacionados con la alimentación (por ejemplo, fumar, tener sobrepeso, abusar del alcohol y realizar poca actividad física). Un estudio muy similar, específico para los Estados Unidos, mostró lo mismo: la alimentación era el contribuyente más importante a la muerte y la discapacidad. De hecho, ¡una alimentación deficiente se asoció con el 26 % de las muertes en general en los EE. UU[2]!.

Bueno, la nutrición es importante, pero ¿qué aspectos de la nutrición? ¡Todo parece ser tan confuso!

¡No estás solo! La nutrición es confusa. Es confusa para todos. Una razón por la que la nutrición es así es que la mayoría de los estudios simplemente les preguntan a las personas qué comen. Se sabe que esto es muy impreciso porque las personas no siempre recuerdan o se sienten incómodas al admitir lo que comen. Además, muchos estudios de nutrición son a corto plazo, pero lo más probable es que tengan resultados diferentes a largo plazo, ya que las personas tienden a cambiar sus hábitos alimenticios. Otra razón importante por la cual la nutrición es confusa es que necesitamos comparar alimentos con otros alimentos. En medicina podemos usar un placebo, pero en nutrición necesitamos un alimento que se pueda comparar. Por lo tanto, un estudio podría encontrar que las manzanas son saludables en comparación con las papas fritas, ¡pero otro podría mostrar que las manzanas no son tan saludables en comparación con las frutas del bosque!

Por lo tanto, en ciencia nutricional buscamos la consistencia de muchos estudios bien ejecutados, realizados por diferentes grupos en todo el mundo.

¿Por qué una alimentación basada en plantas sin procesar?

Además de los estudios principales citados anteriormente, un artículo muy interesante en el Journal of Nutrition (Revista de Nutrición, en español) examinó todos los patrones alimenticios diferentes que fueron asociados con vidas más sanas y largas. Las tres puntuaciones alimenticias asociadas de forma más consistente con una menor mortalidad incluyeron un alto consumo de frutas, verduras, cereales de grano entero y legumbres y un menor consumo de carne roja y procesada. El estudio de revisión concluyó que los patrones alimenticios que se asocian con un menor riesgo de muerte por enfermedad cardíaca, cáncer o cualquier otra causa están “construidos ​​en un núcleo común de una alimentación rica en alimentos vegetales (cereales de grano entero, una variedad de frutas y verduras, nueces y legumbres), que está respaldada por una amplia evidencia científica”[3].

Una alimentación basada en alimentos mínimamente procesados, ​cercanos a la naturaleza, predominantemente las plantas, se asocia de forma decisiva con la promoción de la salud y la prevención de enfermedades.

Otro artículo basado en investigaciones de España informó que incluso entre los que consumen carne, pescado, huevos y productos lácteos, comer más alimentos basados en plantas fue asociado con menos muertes prematuras[4]. Y estos mismos autores escribieron que, según otros estudios, “los patrones alimenticios provegetarianos fueron asociados con menores riesgos de enfermedades crónicas degenerativas, mientras que los patrones de alimentos opuestos, ricos en comidas de origen animal y pobres en alimentos basados en plantas (típicamente llamadas dietas occidentales u occidentalizadas), han sido asociados con mayores riesgos”.

Una revisión importante, coescrita por el Dr. David Katz, director fundador del Centro de Investigación en Prevención de Yale-Griffin y la iniciativa True Health (Salud Verdadera), escribió que: “Una alimentación basada en alimentos mínimamente procesados, ​​cercanos a la naturaleza, predominantemente las plantas, se asocia de forma decisiva con la promoción de la salud y la prevención de enfermedades”[5].

El Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer y el Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer publicaron ocho lineamientos en 2007. Una de estas recomendaciones es “Comer principalmente alimentos de origen vegetal”. Otra recomendación es “limitar el consumo de carne roja y evitar la carne procesada”[6].

Hay regiones en todo el mundo donde, inesperadamente, altas proporciones de personas viven vidas sanas y activas hasta los 100 años o más. Estas regiones se denominan Zonas Azules e incluyen áreas en Norte América (Loma Linda, California), América del Sur (Nicoya, Costa Rica), Europa (Cerdeña, Italia e Ikaria, Grecia) y Asia (Okinawa, Japón). Aunque estas regiones se extienden por todo el mundo y varían de muchas maneras, algunas características del estilo de vida son consistentes, incluyendo una alimentación basada en plantas. Por ejemplo, ¡la alimentación tradicional en Okinawa está basada un 96 % en plantas [7]! Pero los okinawenses no son la población más longeva del mundo; ese honor parece pertenecer a los Adventistas del Séptimo Día de California, específicamente a los Adventistas del Séptimo Día vegetarianos[8].

Como hemos presentado brevemente, la nutrición es complicada. Por lo tanto, en lugar de confiar en estudios individuales, buscamos la consistencia en múltiples estudios, que involucran a un gran número de personas y durante largos períodos. Es revelador que la evidencia consistente apoya una buena nutrición, y especialmente una alimentación basada en plantas sin procesar, como uno de los factores más importantes asociados con una vida larga y saludable, minimizando el riesgo de enfermedad.

Referencias

  1. GBD 2013 Risk Factors Collaborators. Global, regional, and national comparative risk assessment of 79 behavioural, environmental and occupational, and metabolic risks or clusters of risks in 188 countries, 1990-2013: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2013. Lancet. 2015 Dec 5;386(10010):2287-323.
  2. Murray CJ, et al. The state of US health, 1990-2010: burden of diseases, injuries, and risk factors. JAMA. 2013 Aug 14;310(6):591-608.
  3. McCullough ML. Diet patterns and mortality: common threads and consistent results. J Nutr. 2014 Jun;144(6):795-6.
  4. Martínez-González MA, Sánchez-Tainta A, Corella D, Salas-Salvadó J, Ros E, Arós F, Gómez-Gracia E, Fiol M, Lamuela-Raventós RM, Schröder H, Lapetra J, Serra-Majem L, Pinto X, Ruiz-Gutierrez V, Estruch R; PREDIMED Group. A provegetarian food pattern and reduction in total mortality in the Prevención con Dieta Mediterránea (PREDIMED) study. Am J Clin Nutr. 2014 Jul;100 Suppl 1:320S-8S.
  5. Katz DL, Meller S. Can we say what diet is best for health? Annu Rev Public Health. 2014;35:83-103.
  6. World Cancer Research Fund / American Institute for Cancer Research. Food, Nutrition, Physical Activity, and the Prevention of Cancer: a Global Perspective. Washington DC: AICR, 2007.
  7. Willcox DC, Willcox BJ, Todoriki H, Curb JD, Suzuki M. Caloric restriction and human longevity: what can we learn from the Okinawans? Biogerontology. 2006 Jun;7(3):173-7.
  8. Fraser GE, Shavlik DJ. Ten years of life: Is it a matter of choice? Arch Intern Med. 2001 Jul 9;161(13):1645-52.

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