Mi esposo y yo pasamos siete días en China, haciendo turismo y reuniéndonos con lugareños en Pekín, Suzhou, Hangzhou y Shanghái. Antes de ir, amigos que habían viajado a China nos dijeron que sería difícil comer basado plantas en la China actual. Dijeron: “¡Todo es carne! ¡Todos comen carne!”. Nos preguntamos cómo podría ser posible eso. ¿No era la alimentación tradicional china principalmente basada en plantas? China fue un importante centro de budismo y el estado fundador del taoísmo, dos filosofías orientadas a la naturaleza, que promueven el vegetarianismo y la vida de bajo impacto. Sin embargo, como descubrimos pronto, la situación en la China moderna se ha vuelto bastante diferente.
En 2005, T. Colin Campbell, PhD y Thomas M. Campbell, MD, fueron coautores del libro El Estudio de China, que concluye que una alimentación basada en plantas sin procesar (WFPB, por sus siglas en inglés) es la más óptima para la salud. Lo que hizo que este proyecto fuera especialmente destacado fue que, entre las muchas asociaciones que son relevantes para la alimentación y la enfermedad, muchas señalaron el mismo hallazgo: las personas que consumieron la mayor cantidad de comidas de origen animal tuvieron la mayor cantidad de enfermedades crónicas. Incluso, el consumo relativamente pequeño de comidas de origen animal fue asociado con efectos adversos. Las personas que consumieron la mayor cantidad de alimentos basados en plantas fueron las más saludables y tendieron a evitar las enfermedades crónicas. Sospecho que la mayoría de los chinos entienden que las enfermedades crónicas como la enfermedad cardíaca, la diabetes y el cáncer están relacionadas con los alimentos que consumen, porque las enfermedades crónicas eran poco frecuentes hace solo un par de décadas, cuando gran parte de China consumía principalmente alimentos basados en plantas.
Los locales explicaron que otra tendencia desafortunada es el aumento del consumo de aceites y comidas fritas.
Según algunos lugareños, la industria láctea occidental ha trabajado muy duro durante las últimas décadas para introducir los lácteos en la dieta china. Aparentemente, los productos lácteos no se usaban, excepto en el extremo norte, hasta principios de la década de 1980. Ahora, comer helado y beber leche es algo común, especialmente en las zonas urbanas. Las franquicias de comida rápida como KFC, Dairy Queen, McDonald’s y Pizza Hut también se han vuelto muy comunes. Estas cadenas estadounidenses están, constantemente, llenas de jóvenes. Aunque pueden entender que la comida rápida estadounidense no es saludable y conduce al aumento de peso, la creciente tendencia de la comida rápida entre los jóvenes en China ha aumentado drásticamente su consumo.
Nuestro guía turístico declaró que el número de niños con sobrepeso ha crecido significativamente y cerca de 1,7 millones de niños menores de 18 años ahora sufren de diabetes. Por el contrario, las generaciones mayores todavía consumen una alimentación china más tradicional. Antes de la fundación de la República de China en 1949, la alimentación de la mayoría de los chinos era muy simple y consistía en arroz, verduras, legumbres, frutas y cantidades muy triviales de comidas de origen animal. Eran solo las élites las que elegían la cocina “fina”. Parecía que cuanto más acaudalada era la zona, más pesados eran los niños.
La cantidad total de comidas de origen animal consumidas no es tan excesiva en comparación con el resto del mundo, es incluso menos que en Europa o Estados Unidos, pero las tendencias parecen indicar un aumento continuo del consumo. Los locales explicaron que otra tendencia desafortunada es el aumento del consumo de aceites y comidas fritas. Los residentes se han alejado de los métodos de cocción más tradicionales como cocinar al vapor y hornear, lo que lleva a un consumo promedio de 300 – 400 calorías de aceite añadido por día.
También aprendimos sobre un tema relativamente nuevo en China: el consumo de azúcar. Parece que cada ciudad o pueblo pequeño tiene una confitería y tiendas para comprar pasteles y gaseosas. Esto no existía hace solo unas décadas.
Muchos lugareños con los que hablamos predijeron que la obesidad se convertirá en un problema de salud importante en China, particularmente en las zonas urbanas. Además del aumento en el consumo de comida rápida comercial, comidas de origen animal, azúcar y aceite, también están comprando autos a un ritmo extraordinario. Esto significa que muchos están haciendo menos ejercicio diario que nunca.
Para todos los viajeros basados en plantas como nosotros, es posible viajar a China y encontrar increíbles alimentos basados en plantas. Nuestro guía en Pekín explicó que los chinos no estaban familiarizados con los términos “basado en plantas” o “vegano” y sugirió que comenzáramos con la frase wo chi su (textualmente: “Yo como verduras”). Otra guía en Shanghái explicó que el uso de los términos “vegetariano puro” y “vegetariano budista” eran los mejores. Ya fuese que estuviéramos cenando en un restaurante local, hotel o mercado callejero, el mensaje SIEMPRE estuvo seguido con deliciosas comidas basadas en plantas: arroz, fideos, vegetales frescos, tofu, nueces y frijoles. Después de estar en China y hablar con los lugareños, me siento perfectamente cómoda diciendo que la persona china promedio es más saludable que la estadounidense promedio. Creo que los estadounidenses podrían aprender algunos consejos de salud de China.
Sin embargo, China está atravesando un patrón similar de autodestrucción como el de otros países occidentales industrializados, y no hay razón para suponer que este patrón no continuará. ¿Veremos que la tasa de obesidad de China alcance a la de Occidente? Prefiero pensar que no. Me gustaría ser optimista y decir que, incluso con los cambios recientes, los chinos lograrán preservar sus conceptos de bienestar y equilibrio y seguir comiendo sus verduras, incluso si están rodeados de KFC y Starbucks. Seguir una alimentación más tradicional con muchas frutas, verduras, legumbres y cereales de grano entero sería algo bueno para China y una lección objetiva para Occidente.
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