Hasta hace unos seis años, tenía obesidad mórbida, más de 350 libras (158 kilogramos). La comida poco saludable me había pasado factura y no estaba haciendo suficiente ejercicio. Cuando finalmente fui al médico, me dijeron que era prehipertensivo y me recomendaron tomar medicamentos. Esa fue mi señal de alerta. Mis padres dependieron de varios medicamentos debido a la presión arterial alta, enfermedades constantes y dolor crónico. Ahora yo me dirigía por ese camino, y necesitaba encontrar uno mejor. Fue entonces cuando comencé a hacer algunos cambios importantes para tener un mejor estilo de vida.
Comencé cambiando mi alimentación: abandoné toda la comida chatarra, las gaseosas, el aspartame y la carne roja, y comencé a mirar los ingredientes. Me obsesioné con los alimentos que bajaban la presión arterial. ¡Y funcionó! ¡Había perdido la mayor parte del peso (120 (54 kg) de 150 (68 kg) libras) durante el primer año! También reduje con éxito mi presión arterial a la normalidad.
Sin embargo, había un inconveniente en el peso perdido, el de la piel suelta. Nunca había tenido ningún tipo de cirugía y me preocupaban los riesgos de la anestesia (en inglés). Después de consultar con diferentes médicos sobre la cirugía de la piel, decidí que no era para mí.
Me quedaba una opción: tratar de tensar mi piel suelta reemplazando la grasa perdida con músculo a través del entrenamiento de fuerza. Entonces, durante unos tres años, trabajé duro, levantando pesas cuatro veces por semana. Hice lo que creía correcto en ese momento, escuchando a mi entrenador, que me dijo que necesitaba 200 gramos de proteína al día. ¿Lo puedes imaginar? Es un milagro que no me haya enfermado con la proteína extra. Lo único que agradezco durante ese período fue que tuve el sentido común de consumir polvo de proteína vegetal en lugar de proteínas de origen animal.
No estaba obteniendo los resultados que quería y sentía que el trabajo arduo no daba resultado. Mantuve el peso sin problemas, pero, aun así, no estaba construyendo músculo de la forma en la que debería haberlo hecho.
Luego me encontré con el mundo de los fisicoculturistas veganos, en agosto de 2016. Estos fisicoculturistas pueden construir músculo sin la necesidad de proteínas adicionales; muchos de ellos solo consumían alimentos basados en plantas sin procesar. Pensé que tal vez debería intentarlo, así que compré una copia de Shred It! (Tritúralo, en español), la guía de Robert Cheeke sobre el fisicoculturismo vegano. Planeé hacer la rutina vegana de alimentación y fisicoculturismo durante 13 semanas.
El 6 de septiembre de 2016, comencé mi trayecto basado en plantas, y nunca me he arrepentido. Estoy desarrollando músculo como nunca lo había hecho antes, y me siento genial. Mis brazos se han tensado considerablemente y estoy muy feliz con ellos. Todavía me falta un camino por recorrer con mis abdominales, pero siento que, con la alimentación limpia y el trabajo duro, llegaré allí.
Mi colesterol es el mejor que mi médico haya visto, con un total de 136. Mi presión arterial es de 110 sobre 70. Mis niveles de hierro, que de todos modos nunca fueron un problema, aumentaron un poco (en el rango normal). Desde que me volví un comensal basado en plantas, nunca quise volver a comer productos de origen animal.
En el camino, leí libros como El Estudio de China por los Dres. T. Colin y Thomas M. Campbell, y How Not to Die (Cómo no morir, en español) por el Dr. Greger. El Dr. Fuhrman también fue una gran influencia para mí. En realidad, había estado siguiendo su consejo sobre comer “GBOMBS” (greens, beans, onions, mushrooms, berries and seeds; vegetales verdes, frijoles, cebollas, champiñones, frutos del bosque y semillas, en español) durante aproximadamente tres años antes de ser comensal basado en plantas. Todavía como de forma “GBOMBS” todos los días.
Comía de forma sana antes de ser comensal basado en plantas, pero no fue suficiente. Las aves de corral y el yogur ocasionales no iban a ayudar con mis objetivos de construcción muscular. Además, quiero mantenerme saludable. No quiero depender de los medicamentos por el resto de mi vida. Quiero sentirme bien y tener mucha energía. Los alimentos basados en plantas sin procesar son la mejor medicina para mantenerse saludable, y estoy muy contento de haber hecho el cambio.
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