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¿Qué son las lectinas? Una mirada a esta controvertida proteína

Las lectinas están en furor, ¿no es así? Traídas al conocimiento del público gracias al Dr. Steven Gundry en su libro de 2017, The Plant Paradox (La paradoja vegetal), y posteriormente demonizadas por personas que hacen dieta y son promotoras de regímenes de salud sin lectina, las lectinas representan el punto conflictivo más reciente en el debate en curso entre el público estadounidense sobre cuáles alimentos son verdaderamente saludables.

¿Qué es una lectina?

La palabra “lectina” proviene del latín legere, que significa “seleccionar”, y describe una gama de proteínas de unión de carbohidratos, presentes en casi todos los seres vivos. Varios tipos de lectinas tienen diferentes funciones en el cuerpo. Dichas funciones son similares a las de las enzimas, aunque las lectinas tienen una estructura única.

En el reino vegetal, los tipos más comunes de lectinas incluyen:

  • Lectinas de legumbres en frijoles y lentejas.
  • Lectinas de cucurbitáceas (kyüˌkərbəˈtāsēˌē) en el jugo de pepinos, melones y calabazas.
  • Prolaminas en granos.
  • Aglutinina y hemaglutinina, principalmente en frijoles y cereales de grano entero.

Las lectinas también están presentes en las comidas de origen animal en cantidades variables, y las concentraciones más altas aparecen en los productos lácteos.

¿Qué hacen las lectinas?

Como todas las proteínas, las lectinas tienen efectos específicos dentro de los cuerpos de las plantas y los animales. Conocidas como proteínas específicas de unión de carbohidratos, se cree que las lectinas ayudan en el contacto y la comunicación de célula a célula al unirse a las estructuras de carbohidratos en las superficies celulares[2]. Estos enlaces permiten que las células se “comuniquen” entre sí y se pueden vincular y desvincular, según sea necesario. Este tipo de vinculación ocurre en todo el cuerpo, incluso en el intestino, que es el foco de gran parte de la discusión sobre los posibles problemas con el consumo de lectina. Curiosamente, los humanos no pueden digerir las lectinas, y estas viajan a través del intestino sin cambios, de forma similar a como algunos tipos de fibra escapan a la digestión, pero tienen otros usos en el cuerpo.

Cada vez que surge una controversia en torno a la salud y la nutrición, la única forma de superar el sensacionalismo es darles un vistazo objetivo a ambos lados del problema.

Las plantas parecen usar lectinas como una forma de defensa contra los depredadores naturales. Algunas lectinas se producen en respuesta a factores estresantes específicos, incluidos los ataques patogénicos [3]. Esta puede ser la razón por la cual ciertas lectinas, como la fitohemaglutinina, que se encuentra en los frijoles crudos, pueden causar problemas digestivos graves cuando se consumen sin cocinar[4]. Otras lectinas se unen a las proteínas de quitina, que se encuentran en las paredes celulares de los hongos y ciertas bacterias, así como en los exoesqueletos de los insectos. La propagación exitosa de las semillas también podría atribuirse, al menos en parte, a la actividad de la lectina, que permite que las estructuras de las semillas pasen intactas a través del tracto digestivo de los animales.

¿Dónde son más abundantes las lectinas?

Las concentraciones de lectina varían entre los reinos vegetal y animal, pero las cantidades más altas se encuentran en semillas de plantas como frijoles y cereales de grano entero, a menudo concentrados en la parte de la semilla que se convierte en las hojas de la planta a medida que crece[5]. Las lectinas también son abundantes en las verduras, particularmente en las de la familia de las solanáceas. Dentro de estas categorías, las principales fuentes de lectinas incluyen[6]:

  • Frijoles rojos
  • Frijol de soya
  • Trigo
  • Maní
  • Papas
  • Tomates
  • Maíz
  • Calabaza

Muchos de estos alimentos son básicos en las dietas basadas en plantas sin procesar, pero a veces los defensores de la moda de la dieta libre de lectina los citan como peligrosos o poco saludables.
Cada vez que surge una controversia en torno a la salud y la nutrición, la única forma de superar el sensacionalismo es darles un vistazo objetivo a ambos lados del problema. Ahora que sabes qué son las lectinas y un poco sobre lo que hacen, el siguiente paso es explorar los detalles sobre cómo funcionan estas proteínas en el cuerpo, sus beneficios y los posibles aspectos negativos asociados con su consumo.
Al final de esta serie de artículos, podrás tomar una decisión informada sobre los alimentos que contienen lectina y su lugar en una alimentación equilibrada basada en plantas.

Referencias

  1. “These 50 Foods Are High In Lectins: Avoidance or Not?” Superfoodly. February 12, 2018. Accessed December 31, 2018. https://www.superfoodly.com/foods-high-in-lectins/.
  2. Berg, Jeremy M., John L. Tymoczko, and Lubert Stryer. “Lectins Are Specific Carbohydrate-Binding Proteins.” In Biochemistry. 5th ed. New York, NY 2002: W H Freeman.
  3. Lannoo, Nausicaã, and Els J. M. Van Damme. “Lectin Domains at the Frontiers of Plant Defense.” Frontiers in Plant Science 5 (2014). doi:10.3389/fpls.2014.00397.
  4. Chrispeels, Maarten J., and Natasha V. Raikhel. “Lectins, Lectin Genes, and Their Role in Plant Defense.” The Plant Cell 3, no. 1 (1991): 1. doi:10.2307/3869195.
  5. Andrews, Ryan. “All about Lectins: Here’s What You Need to Know.” Precision Nutrition. February 24, 2018. Accessed December 31, 2018. https://www.precisionnutrition.com/all-about-lectins.
  6. Rowles, Alexandra, RD. “6 Foods That Are High in Lectins.” Healthline. Accessed December 31, 2018. https://www.healthline.com/nutrition/foods-high-in-lectins.

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