Esta serie de artículos está dedicada a ayudarte a curar de enfermedades autoinmunes, o cualquier enfermedad inflamatoria, con alimentos de supermercados.
En la facultad de Medicina me enseñaron que tu genética es el factor más importante para determinar si te enfermas o no. Para muchos de nosotros, esta es una idea bastante deprimente, ya que reflexionamos sobre las enfermedades que afectan a nuestros árboles genealógicos, como la enfermedad cardíaca, la diabetes, el cáncer y las enfermedades autoinmunes. Si eso fuera cierto, seríamos totalmente incapaces de afectar nuestra propia salud, como si nos repartieran cartas que no pudiéramos intercambiar.
Sin embargo, probablemente sepas, en cierto nivel, que esto no es verdad. Miremos la diabetes tipo 2 como un ejemplo. La diabetes tipo 2 es una de las enfermedades de transmisión genética más fuerte que comúnmente vemos. No es inusual conocer a toda una familia donde la mayoría de la gente tiene esta horrible enfermedad: abuelos, padres, niños, tías, tíos, etc.
Ahora, imagina que una persona de la familia que prefiere comer vegetales y ensaladas es delgada y está en forma. ¿Esperarías que tenga diabetes junto con sus hermanos con sobrepeso? Probablemente no. ¿Por qué sucede eso? Es porque todos sabemos que la diabetes generalmente se desarrolla después de que una persona se vuelve obesa. Eso significa que tiene que ser activada por los hábitos alimentarios, continuamente pobres, de la persona. Eso significa que, incluso las enfermedades fuertemente genéticas como la diabetes tipo 2, necesitan ser activadas. ¿Cómo activamos nuestros genes para la enfermedad? Por el entorno de nuestro cuerpo, que es creado por lo que comemos. Esto es cierto no solo para la diabetes, sino para la mayoría de las enfermedades que matan a las personas en la actualidad, incluidas las enfermedades autoinmunes.
Lo que ponemos en nuestros cuerpos o lo que comemos tiene el mayor impacto sobre si nuestros genes para la enfermedad se activan o no. Tus células son creadas, literalmente, a partir de los alimentos que pones en tu cuerpo. Si comes netamente por gusto y por conveniencia, como muchas personas lo hacen, es probable que comas comidas pobres en nutrientes, que causan células disfuncionales dañadas. Cuando aprendes a comer alimentos que nutren tu cuerpo, tus células pueden repararse a sí mismas, y las nuevas células creadas serán células sanas de alto funcionamiento.
Las comidas no saludables crean una inflamación crónica, una condición en la que el sistema inmune es activado constantemente, lo que puede ser destructivo para el cuerpo. La inflamación es normalmente la respuesta saludable del cuerpo a una lesión o infección. Sin embargo, cuando la inflamación se vuelve crónica o continua, como consecuencia del asalto constante al intestino por las comidas incorrectas, la inflamación se convierte en la causa de enfermedades destructivas, como lupus, esclerodermia, artritis reumatoide, colitis y muchas otras enfermedades inflamatorias crónicas.
Eliminar los alimentos más inflamatorios y poco saludables de tu alimentación puede revertir tu enfermedad y salvarte la vida. Hace casi 13 años, yo misma descubrí esta lección. Crecí comiendo una dieta vegetariana, poco saludable, llena de comidas procesadas, quesos y huevos. Cuando tenía 16 años, me diagnosticaron nefritis lúpica sistémica y estaba a solo unos meses de la diálisis cuando la quimioterapia agresiva pudo salvar mis riñones. Incluso con la quimioterapia y los esteroides, todavía tenía una función renal anormal, artritis, migrañas y erupciones cutáneas. En el momento en que estaba en la Facultad de Medicina, a mediados de mis 20 años, comencé a tener miniaccidentes cerebrovasculares de anticuerpos antifosfolípidos, causados por el lupus.
A los 28 años, pasé de una dieta vegetariana, llena de huevo y queso a una alimentación hipernutritiva basada en plantas, y mi cuerpo eliminó completamente la enfermedad que casi me había matado varias veces en el transcurso de mi vida, hasta ese momento. Cuando cambié a una alimentación hipernutritiva, basada en plantas, mis síntomas desaparecieron rápidamente y mis análisis de sangre se normalizaron en cuestión de cuatro meses.
Casi 13 años después, he tenido dos hijos sanos y sin signos ni síntomas de ninguna enfermedad y pruebas de laboratorio normales.
Sé lo que es estar devastadoramente enferma, y conozco la alegría y la bendición de sanar y vivir una vida que amo, sin el temor a que la enfermedad me robe mi alegría e incluso mi vida. Es por eso que estoy dedicada incansablemente a ayudar a mis pacientes y a cualquier persona que pueda oír o leer mis palabras para que recupere su salud de la enfermedad y aprenda cómo comer para sanar. Recuperé mi vida, tú también puedes hacerlo.
No eres simplemente una víctima de los genes que recibiste de la baraja mezclada de tus padres, tienes el poder de mantener tu salud, y si ya estás enfermo, tienes que elegir, porque puedes cambiar tus cartas y jugar una mejor mano. Hay esperanza y puedes recuperar tu salud.
Nuestros cuerpos constantemente pierden células viejas y crean otras nuevas. Recuerda que construyes tus células a partir de los alimentos que consumes. Eso significa que puedes, literalmente, transformarte de un cuerpo enfermo, cansado y adolorido a un cuerpo sano, fuerte y vibrante, una célula a la vez, un bocado a la vez. ¡Estás construyendo tu próximo cuerpo en cada bocado!
En mi libro Goodbye Lupus (Adiós lupus, en español), enseño en detalle cómo los “seis pasos para revertir la enfermedad autoinmune con alimentos de supermercados” salvó mi vida. Realmente es tan simple como seguir seis sencillos pasos para cambiar tu alimentación y volverte lo más saludable posible.
Si estás muy motivado y prefieres correr a toda velocidad en lugar de hacer una carrera de larga distancia, puedes realizar los seis pasos y cambiar tu alimentación de una sola vez. Si tienes dificultades para aceptar demasiado cambio a la vez, puedes realizar esto paso a paso. Elige la ruta que te llevará al éxito, porque tener éxito en esto es lo más importante. Lo peor que puede pasar es que te sientas como un fracaso y te rindas. Puedes hacerlo; llévalo a tu ritmo. Un gran lugar para comenzar es eliminar las comidas que están causando tu enfermedad.
Los primeros tres “pasos para la curación con alimentos de supermercado” se centran en las comidas que causan inflamación crónica, lo que conduce a enfermedades crónicas. Estas son las comidas que debes eliminar si deseas crear una salud máxima. Si no eliminas estas comidas, continuarás contribuyendo a la causa de tu enfermedad, incluso si comes más alimentos curativos. Estas comidas siempre causan daño cuando las consumes, pero mientras ingerir estas comidas poco saludables ocasionalmente cuando estás sano te causa daño, es como cortarte con papel cuando estás sano; duele, pero tu cuerpo puede sanar rápidamente. Si las comes cuando ya estás enfermo, es como sacar continuamente la costra de una herida en curación. Es por eso que estos tres grupos de comidas deben evitarse durante el proceso de curación.
Otra forma de verlo es compararlo con fumar cigarrillos. Una persona sana que no fuma y que decide fumar algunos cigarrillos en una fiesta puede toser, tener dolor de cabeza o sentir malestar general después, pero mientras no siga fumando, sus pulmones sanarán rápidamente el daño y no desarrollará enfermedades pulmonares como enfisema o cáncer. Compara eso con un fumador crónico que tiene cáncer de pulmón. La mejor manera de ayudarlo a recuperarse no es solo tener una alimentación más saludable y atención médica; él debería dejar de fumar para darles a sus pulmones la oportunidad de sanar.
Hay tres pasos para eliminar las comidas que causan inflamación crónica que conduce a enfermedades autoinmunes como el lupus, la esclerodermia, el síndrome de Sjogren, la artritis reumatoide y otros. Estas mismas comidas también son desencadenantes conocidos de la enfermedad cardíaca, la diabetes y el cáncer, ya que desencadenan nuestra propia baraja de genes para la enfermedad.
Paso 1: Eliminar los productos de origen animal
Los productos de origen animal incluyen todo tipo de carne, como res, cerdo, cordero, pescado y pollo. También incluye huevos y productos lácteos. La razón por la cual estas comidas deben evitarse a toda costa es porque causan cantidades masivas de inflamación en el cuerpo. La investigación ha indicado que los productos derivados de animales son inflamatorios, de múltiples maneras diferentes.
Un estudio reciente en la revista Scientific American demostró que cuando el intestino está expuesto a grasas saturadas, causa la destrucción de las bacterias saludables protectoras en el intestino, la inflamación de la pared intestinal, el inicio de una respuesta inmune, daño tisular e incluso hemorragia[1].
La carne y los lácteos también son una fuente directa de ácido araquidónico y otros ácidos grasos omega-6. Estos compuestos producen directamente mediadores inmunes inflamatorios, prostaglandinas y leucotrienos, y están listos para trabajar creando una inflamación en el cuerpo. Entre más carne y productos lácteos consumas, más inflamación crearás.
Es posible que hayas escuchado que los ácidos grasos omega-6 son ácidos grasos esenciales, lo que significa que nuestros cuerpos no pueden fabricarlos. Debemos consumirlos en nuestros alimentos para satisfacer nuestras necesidades de omega-6. Esto es verdad. El problema es que la mayoría de las comidas que la gente consume en la actualidad, como la carne, los aceites vegetales y las comidas procesadas, están cargadas de ácidos grasos omega-6, pero su equivalente antiinflamatorio que mantiene el equilibrio, los omega-3, están, en gran medida, ausentes.
El cuerpo usa ácidos grasos omega-6 para crear células inmunitarias inflamatorias. Por el contrario, los omega-3 son responsables de crear las células inmunes antiinflamatorias. Cuando comemos una alimentación saludable basada en plantas, nuestro cuerpo tendrá una proporción equilibrada de omega-6 a omega-3, en la que nuestro sistema inmune puede producir inflamación cuando sea necesario, y eliminarla cuando corresponda. Desafortunadamente, la mayoría de la gente está inundada con omega-6 de la carne, productos lácteos, huevos, aceites y comidas procesadas, pero rara vez, o nunca, consume alimentos ricos en omega-3 como semillas de chía o linaza. El resultado es que la mayoría de las personas padecen cantidades masivas de inflamación crónica, lo que conduce a enfermedades inflamatorias crónicas, como las enfermedades autoinmunes.
Un estudio publicado en la American Journal of Epidemiology (Revista Americana de Epidemiología, en español) hizo un metaanálisis de nueve estudios prospectivos que demostraron que comer productos de origen animal aumenta el riesgo de mortalidad por cualquier causa, lo que significa que aumenta tu riesgo de morir a causa de cualquier enfermedad[3] . La mayoría de la gente está familiarizada con la idea de que comer carne aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca, pero no se dan cuenta de que comer carne aumenta el riesgo de muerte por todas las causas[17].
Nuestra sociedad consume enormes cantidades de productos lácteos en forma de leche, queso, yogures y helados. Los productos lácteos no solo causan cantidades masivas de inflamación, que puede desencadenar y mantener enfermedades autoinmunes, sino que también provocan toda una serie de otras enfermedades, como cáncer, obesidad, osteoporosis y diabetes[2][4][5][6][7][8][9]. Era vegetariana desde los 12 años y comía productos lácteos todos los días, y desarrollé lupus a la edad de 16, que solo desapareció cuando eliminé los productos lácteos y adopté una alimentación nutritiva, basada en plantas.
Cuando les enseño esta información a mis clientes, su primera preocupación es “¿cómo obtengo mi calcio?”. Temen que, sin los productos lácteos, se debiliten sus huesos. La investigación ha demostrado que los productos lácteos, en realidad, causan pérdida ósea, lo que explica por qué los países que tienen las tasas más altas de consumo de productos lácteos como Estados Unidos, Canadá, Noruega, Suecia, Australia y Nueva Zelanda también tienen las tasas más altas de osteoporosis[10][11]. Las tasas más bajas se encuentran entre las personas que consumen menos comidas derivadas de animales, como los nativos de zonas rurales de Asia y África rural[10][11]. Estas personas también tienen una menor ingesta de calcio en general que las que consumen lácteos. El calcio es abundante y fácil de absorber de los vegetales de hojas verdes como el kale y el brócoli, sin los riesgos que conlleva el consumo de productos lácteos.
Los productos de origen animal son altamente adictivos y puede parecer imposible renunciar a estos alimentos, pero cuanto menos los consumas, mejor te sentirás. Necesitas eliminarlos por completo para tener la mejor oportunidad de sanar. Siempre le digo a la gente que ahora soy mucho más adicta a sentirme saludable que lo que alguna vez lo fui por el queso, y como antigua adicta al queso, que lo consumía en cada comida —a veces comía un bloque de queso como comida en sí misma—, ¡eso lo dice todo!
Paso 2: Eliminar los aceites añadidos
En el paso 1, ya discutí los peligros de la grasa saturada de la carne y los productos lácteos. Los ácidos grasos omega-6, que crean las células inmunes inflamatorias, también se pueden encontrar en niveles altos en aceites vegetales, por lo que también deben evitarse.
Una de las formas más rápidas de minimizar la inflamación y poner en marcha el proceso de curación es eliminar el exceso de fuentes de ácidos grasos omega-6. Como mencioné anteriormente, los productos de origen animal son una fuente de ácidos grasos omega-6. Aún más lo son todos los aceites vegetales, con la excepción del aceite de oliva.
El inundar nuestros cuerpos con estos ácidos grasos omega-6 solo los impulsa a crear más y más inflamación, lo que crea más enfermedades y afecta la capacidad de tu cuerpo para sanar.
He tenido un puñado de clientes que ya eran veganos y acudieron a mí por problemas de salud inflamatorios crónicos, perplejos de por qué estaban enfermos. El consumo continuo de comidas procesadas y aceites vegetales suele ser el culpable, y cuando corregimos su proporción de omega-6 a omega-3, se sienten mejor rápidamente.
Mencioné que el aceite de oliva no es una gran fuente de omega-6, por lo que no es inflamatorio como los otros aceites y no impulsará la inflamación crónica, que alimenta las enfermedades autoinmunes. Sin embargo, una gran cantidad de cualquier aceite alterará la fluidez de la sangre en tus vasos sanguíneos y la capacidad de respuesta de tus células a las señales que necesitan recibir[14]. Básicamente apelmaza el sistema mientras está en tu cuerpo. Los aceites, incluso el aceite de oliva, elevan los triglicéridos (grasas) en la sangre inmediatamente después de comerlos y disminuyen la función del revestimiento precioso de los vasos sanguíneos, por lo que, aunque no es inflamatorio, de ninguna manera es saludable y debe evitarse también, especialmente si tienes una enfermedad cardíaca[14].
Si deseas usar un poco de aceite de oliva, te sugiero que obtengas una botella de aerosol y rocíes la sartén con un par de chorros de aceite de oliva para mantenerla antiadherente. También puedes investigar los numerosos métodos de cocción disponibles para cocinar sin aceite, simplemente usa Google para buscar “recetas de cocina sin aceite”, que es una opción mucho mejor.
Ahora, cuando hablo de evitar las grasas, no estoy hablando de evitar los alimentos basados en plantas sin procesar que son grasosos, como los aguacates y los cocos. He visto a muchos entrenadores de salud, bien intencionados, malinterpretar esta información diciendo que las personas deberían limitar los alimentos basados en plantas, naturalmente grasos, como el aguacate, las nueces crudas y las semillas. Comprende que el cuerpo reconoce y procesa fácilmente la grasa en los alimentos basados en plantas sin procesar. Yo misma como de dos a tres aguacates por día la mayoría de los días; ¡están rellenos, son cremosos y deliciosos! Cuando me curé de lupus, comía mucho guacamole todos los días y revertí todos mis síntomas en cuestión de semanas. Así que, en general, no te preocupes por el contenido de grasa en los alimentos basados en plantas sin procesar frescos, simplemente evita agregarles aceites a tus alimentos. Si vas a entrar en una fase de curación agresiva, querrás limitar las nueces y semillas crudas a aproximadamente ½ taza al día, solo porque estos alimentos ricos en nutrientes también son ricos en omega-6, así es que, a medida que tratas de revertir la inflamación, consúmelos en poca cantidad. No tendrás que preocuparte mucho por medirlos una vez que estés saludable.
Mientras más evites los aceites añadidos, mejor funcionarán tus células, órganos y sistema inmune.
Paso 3: Eliminar las comidas procesadas
Las comidas procesadas son productos que puedes comprar, que contienen ingredientes que no existen en la naturaleza. La gente los llama alimentos, pero se parecen más a productos comestibles sintetizados. Entonces, ¿qué son exactamente las comidas procesadas? Una forma rápida de averiguarlo es agarrar una lata o caja de tu cocina y leer la etiqueta. Si tiene una larga lista de ingredientes que no puedes pronunciar o no se pueden producir sin un laboratorio, es una comida procesada.
En muchos hogares, es común buscar una caja o una lata al preparar una comida, o tomar algo del congelador y meterlo en el microondas. Comer de esta manera es conveniente, y a menudo barato, pero no proporciona una nutrición óptima para el cuerpo. La verdadera razón por la que se supone que debemos comer es alimentarnos a nosotros mismos, no solo evitar el hambre.
Las comidas procesadas no solo carecen de nutrientes, sino que también se ha demostrado que causan inflamación en el cuerpo poco después de consumirlos[15]. Esto incluye los azúcares procesados y cereales refinados como panes procesados, cereales, pizzas y tortillas, que se ha demostrado aumentan los marcadores de inflamación en el torrente sanguíneo y aumentan directamente las tasas de diabetes y enfermedad cardíaca[16]. Las comidas procesadas también suelen estar desbordadas de aceites, por lo que son solo otro contribuyente a la inundación de ácidos grasos omega-6, que la mayoría de la gente consume a diario.
Cuando intentas curar tu cuerpo, debes evitar todos los alimentos que aumentan la inflamación.
Si puedes eliminar los productos de origen animal, el exceso de aceites y las comidas procesadas de tu alimentación, inmediatamente causarás una disminución de la inflamación en tu cuerpo y comenzarás a sentirte mejor muy rápidamente.
Si la idea de deshacerse de los tres al mismo tiempo es un poco intimidante, comienza con el paso 1 y sigue avanzando. Esto no tiene por qué ser una carrera hacia la línea de meta. Hazlo de una manera que sepas que será sostenible para ti. Si comienzas solo con los elementos mencionados en los pasos 1, 2 y 3, entonces empezarás con una buena ventaja para mejorar tu salud.
Nuestros cuerpos no estaban, y no están, destinados a digerir ninguno de estas comidas, y aún así, se han convertido en las principales fuentes de alimento para muchas personas en la actualidad. Es por eso que las personas están tan enfermas. Si eres una de esas personas que comen principalmente carne, productos lácteos, aceites y comidas procesadas, toma esto como una buena noticia, ¡porque hay esperanza!
El cuerpo puede recuperarse si te quitas del camino al parar el asalto constante con estas comidas peligrosas. Tú puedes hacer una diferencia en tu salud, simplemente al cambiar tu lista de compras.
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