La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda que las madres alimenten a sus bebés sólo con leche materna durante los primeros seis meses y que continúen con la lactancia materna hasta los dos años mientras van incorporando alimentos sólidos nutritivos.[1]
Pero no todas las madres pueden lactar. Algunas enfermedades, intervenciones quirúrgicas previas en los senos y afecciones como el síndrome de ovario poliquístico (SOP), el hipotiroidismo o el subdesarrollo de los senos pueden dificultar la producción de suficiente leche.[2] y algunos medicamentos nocivos para los bebés pueden contaminar la leche materna. [3] Además, no todos los trabajos ofrecen un permiso suficiente de maternidad para facilitar seis meses completos de lactancia.
Si no puedes lactar por cualquier motivo, pero quieres criar a tu bebé con una alimentación basada en plantas sin procesar (WFPB, por sus siglas en inglés), existen varias opciones (como las fórmulas basadas en plantas para bebés) que pueden proporcionarle una alimentación nutricionalmente completa.
No es raro que las madres primerizas tengan problemas para lactar. Antes de buscar alternativas a la leche materna, averigua si puedes corregir el problema al que te enfrentas. Muchos de los problemas más comunes pueden superarse con la ayuda y la instrucción de tu médico, del pediatra de tu bebé o de un asesor de lactancia capacitado.[4]
Ya que lactar regularmente hace que la leche fluya, abordar estos problemas también puede mejorar la baja producción de leche. Consumir una amplia variedad de alimentos saludables basados en plantas como la avena, los garbanzos, las verduras de hojas verdes, el hinojo y las almendras, te ayudará a favorecer la lactancia mientras sigues amamantando.[5]
Si los problemas de lactancia persisten o tienes una condición que dificulta la lactancia, puedes probar una fórmula para bebés elaborada con ingredientes basados en plantas.
La situación, en ese caso, se complica un poco si buscas una fórmula basada en plantas sin procesar. La mayoría de las fórmulas infantiles contienen endulzantes procesados, nutrientes aislados y proteínas extraídas. Esto se debe a que el estándar de la FDA para las fórmulas se basa en la combinación específica de nutrientes que los bebés necesitan para desarrollarse.[6] La fortificación es necesaria para que la fórmula cumpla estos estándares.
Actualmente, las mamás estadounidenses tienen una opción: la fórmula de Enfamil para niños pequeños, basada en plantas. Esta fórmula es adecuada para los bebés una vez hayan cumplido un año de edad. Si tu bebé tiene menos de un año, habla con su pediatra sobre otras fórmulas basadas en plantas. La fórmula que elijas debe contener:[7]
Ten en cuenta que la vitamina D3 de muchas fórmulas “basadas en plantas” se obtiene de la lanolina, una sustancia cerosa que proviene de la lana de oveja. Algunas fórmulas también están endulzadas con jarabe de arroz integral, lo cual podría, desgraciadamente, indicar la contaminación con arsénico.[8]
La leche de fórmula de soya es una opción habitual para las madres que no alimentan a sus bebés con leche de vaca, aunque no existe un consenso absoluto entre todas las autoridades sanitarias. Algunas investigaciones muestran sutiles diferencias en el desarrollo de los bebés alimentados con fórmulas a base de soya, pero estas diferencias no parecen causar ningún problema de salud en la edad adulta.[9],[10] La intolerancia o alergia a la soya es otra consideración: alrededor del 0,4 % de los bebés en los Estados Unidos son alérgicos a la soya.[11]
Hagas lo que hagas, no busques en Internet recetas de fórmulas para bebés. La leche materna contiene más de 30 nutrientes y es difícil (sino imposible) igualar ese equilibrio en tu cocina.
Intentar hacer tu propia fórmula puede tener graves riesgos para tu bebé:
La leche o bebidas de origen vegetal también son una alternativa inadecuada. Aún los productos sin procesar carecen de muchos nutrientes críticos que se encuentran en la leche materna.[16]
En casos especiales, puedes conseguir leche materna para tu bebé en un hospital o en un banco de leche local. La Asociación de Bancos de Leche Humana de Norteamérica (HMBANA, por sus siglas en inglés) establece las pautas de seguridad y desinfección para sus donantes.[17] Entre estas, se incluyen la detección de enfermedades en la leche, la realización de pruebas para detectar bacterias y la pasteurización para eliminar agentes patógenos.[18] La pasteurización destruye algunos nutrientes y compuestos inmunitarios, pero la leche sigue siendo nutricionalmente sana.
Esta última opción suele reservarse para los bebés con necesidades específicas, como los prematuros, los que tienen alergia a la leche de fórmula o los que tienen el sistema inmunitario comprometido. Si tu bebé cumple estos criterios, pregunta a tu médico si puedes recibir leche materna donada. Ten en cuenta que la FDA no ha establecido estándares para los bancos de leche y que las directrices de HMBANA son voluntarias, por lo que tendrás que verificar que se siguen los procedimientos adecuados.[19]
Tu médico y el pediatra de tu bebé pueden ayudarte a elegir la mejor alternativa a la leche materna para que tu bebé empiece a recibir todos los nutrientes necesarios para construir una base sólida para su salud de por vida. Si eso significa elegir una fórmula infantil basada en plantas que sea un poco menos “sin procesar”, no te preocupes. Tendrás mucho tiempo para iniciar a tu bebé en todos los beneficios de una alimentación basada en plantas sin procesar a medida que crezca.
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