El siguiente artículo fue escrito por una ganadora del Reto de 20 días del Chef Del.
Antes de que el Reto de 20 días del Chef Del apareciera en mi feed de Facebook, había querido pasarme a una alimentación basada en plantas sin procesar desde que tengo uso de razón. Como niña que les ponía nombre a las vacas de su abuelo (para que luego le dijeran a quiénes servían en la mesa), y como esa misma niña que experimentó un trauma después de visitar el matadero de su tío, siempre me pregunté por qué yo era la única a quien le molestan estas cosas. La caza y la cría de animales para ser comidos no representaba un problema para nadie en mi familia. Intenté no comer carne a principios de los años 70, pero fue difícil. Volvía a comer los asados y jamones de los domingos de mamá y en un restaurante pedía un filete bien, bien, bien cocinado. Me casé con un carnívoro y cociné carne para mi familia, mientras yo me comía los acompañantes del plato principal. Estaba suscrita al Vegetarian Times original y a los libros del Dr. McDougall. Los leía y anhelaba esa vida de comida sana. Pasé años comiendo cualquier cosa que no tuviera carne, pero rara vez me hacía una comida especial.
Con los años, este estilo de vida se ha vuelto un poco más fácil; a medida que el movimiento se ha hecho más fuerte y las opciones sin carne están más disponibles. Aun así, nunca pude tomar la decisión de hacerme vegana y comer sólo alimentos sin procesar. Los alimentos procesados eran fáciles y sabrosos. Así que intenté ser “saludable”, utilizando aceite de oliva y huevos ecológicos de granja. Por años tuve él Plan Forks Over Knives y libros de cocina de los que probé cosas ocasionalmente. Aunque pensaba que era un concepto maravilloso, sentía que era complicado, costoso e insostenible para mí.
Mi peso siempre ha sido un problema porque comía compulsivamente . Me ponía a dieta, pero luego me descarrilaba, atiborrándome de todo lo que podía. Hubo algunos años en los que estuve delgada, pero seguía con el colesterol y la presión arterial altos (para los que no tomaba medicación). Durante todo este proceso, añoraba ser esa persona basada en plantas sin procesar (WFPB, por sus siglas en inglés).
A los 48 años, tuve un ataque cardíaco. ¿Lección aprendida? No enseguida. Finalmente, me metí en un plan de dieta muy conocido y perdí peso contando puntos. No había verduras y legumbres, así que comía estratégicamente más de 30 puntos al día de comida chatarra. En cuanto dejé de contar puntos, recuperé todo el peso perdido.
El día que el reto de 20 días basado en plantas sin procesar apareció en mi feed, reflexioné pues iba a cumplir 60 años en unas semanas y todavía no sabía cómo comer sano y vivir la vida que quería. Estaba muy cansada y quería sentirme mejor. Había seguido al Chef Del en el pasado y tenía los libros, así que me inscribí.
Y. Eso. Cambió. Mi. Vida.
Los primeros días estuve en una “nube vegetariana ”. Cocinando, cortando, troceando, comprando, destruyendo mi cocina…. Boté cosas de mi despensa que no iban con mi nueva forma de vida. Hasta que luego me sentí abrumada. Estaba intentando reconstruirme en los tres primeros días. Durante una reunión de Zoom, el chef Del me dio el consejo de encontrar cinco cosas que me gustaran. Aunque tuviera que comerlas una y otra vez. Bueno, hallé cinco cosas de Forks Over Knives que me gustaban sin problema y eso fue lo que hice. ¡ Funcionó durante la primera semana! Luego de la cual sentí que me faltaba algo porque no estaba haciendo nada exótico. Una vez más, recibí el consejo de los demás miembros: ¡vete siempre por algo sencillo! ¡Esa fue la semana en la que me di cuenta de que la salsa BBQ del Chef Del sabía bien con cualquier cosa! Incluso con los grandes frijoles del norte. ¿Quién lo diría? Las ensaladas se tornaron increíbles con los aderezos de Forks Over Knives y los sloppy Joes (emparedados calientes) de trigo bulgur—fabulosos.
Mi trayecto acaba de empezar y tengo mucho que aprender. El Reto de 20 Días me dio herramientas y apoyo impresionante para empezar, y estoy muy emocionada de ser finalmente una persona que sigue una alimentación basada en plantas sin procesar.
A finales de la segunda semana, tuve que ir a una cena tipo buffet. Sin tiempo para prepararme, asistí, pero sabía que tendría problemas. Terminé comiendo papas con queso, ensalada de pasta aceitosa (le saqué el pepperoni), dos galletas e incluso un brownie. Me sentí terrible. En la siguiente reunión de Zoom creía haber fracasado. Mencioné que quería tener la misma convicción sobre el aceite, los huevos y el queso que tenía sobre la carne. Esa vez, el moderador sugirió ver documentales para tener motivación. Vi H.O.P.E. What You Eat Does Matter, lo cual fue definitivo para mí. Tuve que adelantar gran parte del documental. Conozco la vida horrible de los animales, pero aprendí más sobre los aspectos de salud y los efectos científicamente probados que tiene toda la comida procesada derivada de los animales en el medio ambiente. Ver videos y leer artículos me ha ayudado enormemente.
En la tercera semana del reto empecé a sentir maravillosos efectos sobre la salud. Me iba bien, aunque a menudo sentía hambre. Por suerte, hubo una reunión de Zoom con ideas sobre qué hacer si sentía hambre. ¡Comer más! Ese consejo fue un poco difícil de aceptar después de haber hecho dietas toda mi vida, pero ahora entiendo que comer más no significa ganar peso. Mis aperitivos ya no son los mismos. La ensalada no tiene por qué ser lo que consumo antes de la comida. ¡Puede ser un refrigerio! Si tengo tentación de comer algo dulce, puedo comerme un dátil enorme y eso satisface mis ganas.
Todo en este trayecto ha sido emocionante. Incluso si arruino algo, al menos estoy intentando y aprendiendo. Si he estado más cansada de lo habitual porque mi cuerpo se está adaptando a no tener los subidones de azúcar. También he tenido un poco de hambre a veces. Aprendí a sentirme llena sin estar llena y disfrutar de una sensación liviana que es una nueva experiencia.
Otras cosas que he aprendido en el camino me han sorprendido, por ejemplo, cocinar sin aceite no es un problema. Con la cocción lenta y despacio las verduras quedan muy sabrosas. He aprendido que, aunque pensaba que tenía una cocina bastante sana, es muy importante leer las etiquetas antes de comprar. ¡pues incluso algunas verduras enlatadas tienen azúcar añadido! Otra lección clave es que tener un plan y comida preparada antes de tener hambre es muy importante. Antes comía algo mientras decidía lo que iba a comer. Ahora ya sé lo que tengo a la mano porque está lavado, cortado o cocinado y esperando en la nevera.
Alguien dijo una vez que, para ser fiel a ti mismo, debes saber qué valoras y quién eres. Después de años de comprar y cocinar carne para los demás, por fin dije “basta” y voy a ser fiel a mí misma. Valoro las vidas de los animales y ahora soy vegana. Si quieres cenar con carne, no vengas a mi casa. También valoro mi propia vida y seguiré comiendo alimentos basados en plantas sin procesar.
Mi trayecto acaba de empezar y hay mucho que aprender. El Reto de 20 Días me dio herramientas y apoyo impresionantes para empezar, y estoy muy emocionada de ser finalmente una persona que sigue una alimentación basada en plantas sin procesar. ¡La semana que viene cumplo 60 años, y no podría estar más contenta con mi pérdida de peso de 4,1 kilogramos (9.3 libras) y esta nueva oportunidad de vida con alimentación saludable!
Copyright 2024 Centro de Estudios en Nutrición. Todos los derechos reservados.