Hacer el cambio a una alimentación basada en plantas sin procesar (WFPB, por sus siglas en inglés) es una de las decisiones más efectivas que pueden tomar los individuos para beneficiarse a sí mismos y a la sociedad global. Décadas de investigaciones llevadas a cabo por el Dr. T. Colin Campbell y muchos otros han demostrado los grandes beneficios para la salud de esta alimentación. En mi libro Sustainable Food Production and Diet, exploró esta investigación y otras desde una perspectiva sistémica, detallando cómo la alimentación basada en plantas sin procesar puede proteger los sistemas de soporte ambiental vital, puede reducir el sufrimiento de los animales, prevenir pandemias mortales y hacer frente al hambre en el mundo.
Este artículo resume los argumentos a favor de la alimentación basada en plantas sin procesar y el hambre en el mundo.
Más de 800 millones de personas sufren de hambre crónica, [1]en proporciones más altas en África y el sur de Asia.[2] Esta crisis se ve fomentada por el aumento de la población, las limitaciones de suministro y la ineficiencia de los sistemas de producción de alimentos. La erosión del suelo, la desertificación, el agotamiento de los acuíferos y el calentamiento global son algunos de los factores que limitan el suministro de alimentos y contribuyen a reducir o disminuir el rendimiento de los cultivos. Si las poblaciones siguen aumentando y no cambiamos los sistemas para hacerles frente, estas crisis se agravarán.
Reducir el consumo de productos de origen animal es una de las acciones más importantes y necesarias no solo para aliviar el hambre ahora y en el futuro, sino para satisfacer la creciente demanda de alimentos y restaurar los sistemas de soporte vital del medio ambiente que necesitarán las generaciones futuras para sobrevivir y prosperar. Esto se debe a que la producción de productos animales es extremadamente ineficiente en comparación con la de productos vegetales:
Si redujéramos el consumo de productos de origen animal, podríamos tener una gran abundancia de alimentos en el mundo entero. Los aproximadamente 800 millones de toneladas de cereales de grano entero que se destinan al ganado cada año en todo el mundo son más del doble de la cantidad necesaria para alimentar a los 1,200 millones de personas más pobres del mundo.[4] Esta eficiencia al hacer la transición hacia una alimentación basada en plantas también permitiría a la humanidad reducir la agricultura industrial y elegir métodos de cultivo más sostenibles.
Este potencial se ilustra aún más en un estudio de la Universidad de Minnesota, que encontró que las calorías disponibles para el consumo humano aumentarían hasta un 70 por ciento si los cereales de grano entero utilizados para la alimentación animal y los biocombustibles se utilizaran en cambio para el consumo humano directamente. Esto permitiría alimentar a cuatro mil millones de personas adicionales con los granos sembrados en tierras de cultivo existentes. Sería más que suficiente para las dos mil millones de personas que se proyecta que habrán en la Tierra para el 2050, y todo ello sin expandir las tierras de cultivo.[5]
Casi nada de esta información es nueva. Hace al menos 15 años, un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente captó titulares[6] cuando dijo, entre otras cosas, que los ingresos crecientes en China y otros países estaban causando un aumento en el consumo de carne y productos lácteos. Como resultado, un porcentaje cada vez mayor de la cosecha mundial de cereales de grano entero ahora se destina al ganado. El informe encontró que el aumento del consumo de productos de origen animal y el crecimiento demográfico conducirán a un aumento del hambre y a una grave degradación ambiental.
Dijo: “Una reducción sustancial [del hambre y la degradación ambiental] solo sería posible con un cambio alimenticio mundial sustancial, alejado de los productos de origen animal.”
Aunque cada vez hay más personas conscientes de esto que cambian sus dietas, nuestra población todavía tiene un largo camino por recorrer. Hasta que no logremos este cambio alimenticio, la humanidad se enfrentará a graves riesgos. No solo la ineficiencia de consumir productos de origen animal contribuye al hambre mundial, sino que también pone en peligro nuestra salud, causa sufrimiento animal, amenaza con producir una pandemia sin precedentes y degrada los sistemas de soporte vital del medio ambiente.
Cambiar a una alimentación basada en plantas sin procesar sigue siendo una de las acciones más poderosas que puedes tomar para proteger a la sociedad actual y futura.
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