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Fiona Oakes tiene un coraje extremo: entrevista con una corredora ultra basada en plantas

Fiona Oakes es la mejor corredora de la que nunca has oído hablar. Tuvo cuatro veces el récord mundial en carreras de distancia, y ha completado algunos de los desafíos más difíciles de resistencia del mundo, incluyendo la formidable Maratón des Sables, la Maratón de hielo de la Antártida y la Maratón del Polo Norte. También es bombera voluntaria, opera Tower Hill Animal Sanctuary (santuario animal de Tower Hill) con más de 450 animales, y hace todo esto sin una rótula (la perdió debido a una enfermedad a los 17 años). Sería difícil encontrar a otro individuo con tanto valor como Fiona, con la misma cantidad de humildad para igualarla. Nos sentimos honrados de tener a Fiona como parte de nuestro equipo libre de lácteos y conmovidos por el hecho de que tomó un tiempo de su intenso horario de trabajo y entrenamiento para responder nuestras preguntas. ¿Cómo lo hace todo? Teníamos que averiguarlo.

Creciendo

Fiona adoptó una alimentación libre de lácteos y basada en plantas a una edad temprana, mucho antes de que muchos de nosotros hubiéramos oído hablar de la idea. A los tres años declaró que era vegetariana, y a los seis, eliminó todos los productos de origen animal de su alimentación. Esto no se debió a la influencia de los padres; ella creció en una familia obrera en el Reino Unido, donde el dinero era escaso y se le enseñó a estar agradecida por lo que tenía. Ella admitió que no fue una decisión, ya que era demasiado joven para comprender completamente el alcance de su elección, sino una reacción a las “injusticias de aquellos a quienes amaba y con los que me sentía tan conectada”. Fiona continuó: “No comprendía las complejidades y el alcance de la crueldad y la explotación que la industria como la agricultura animal inflige a otros seres sintientes. No me di cuenta de los beneficios para la salud personal de ser vegano, el impacto positivo en el planeta y la injusticia de la distribución inequitativa de los recursos a otros humanos al alimentar a los animales con sus cereales. Simplemente no quería ser parte del daño de estas hermosas criaturas”.

Ella creía que, si le iba bien en estas carreras, podría liderar con el ejemplo y demostrar que una alimentación libre de lácteos y basada en plantas no era limitante, sino empoderadora.

Ella creció con coraje, siempre involucrada en el deporte y el trabajo duro, pero una vez que llegó a su adolescencia, desarrolló una enfermedad paralizante, que finalmente resultó en la pérdida de su rótula. Le dijeron que no volvería a caminar correctamente. Decir que ella demostró que los médicos estaban equivocados es quedarse corto, pero así es Fiona. Ella no presume.

Encontrando su deporte

A pesar de sus carreras de entrenamiento de 20 millas (32 km) casi a diario y su horario constante de maratones internacionales, a Fiona no le encanta correr. Ella no lo hace por la emoción del corredor o para probar sus límites o encontrar la trascendencia, y ciertamente tampoco por el dinero. Fiona corre para crear conciencia. Ella es de voz suave y cortés —la antítesis de un agitador— pero sus acciones y logros hablan más que cualquier activista furioso con un megáfono. Sabía que quería ayudar a los animales, y cuando se dio cuenta de que las maratones eran un deporte popular, sumó dos más dos y ató los cordones de sus tenis. Ella creía que, si le iba bien en estas carreras, podría liderar con el ejemplo y demostrar que una alimentación libre de lácteos basada en plantas no era limitante, sino empoderadora. “He aprendido a dejar que mis acciones se articulen para mí”, comentó. Con innumerables primeros puestos, cuatro récords mundiales y un largo documental después, las acciones de Fiona hablan por sí mismas.

Una comida al día

Los atletas están condicionados para buscar combustible; algunos incluso traen geles a una carrera de tan solo 45 minutos. Para este pensamiento mayoritario, de alimentarse constantemente, el concepto de una comida al día de Fiona es una completa anomalía. Pero funciona para ella. “No soy realmente una persona aficionada a la ‘comida’ y la veo solo como un combustible, no como un evento social. Para mí, parece tener sentido comer solo cuando tienes hambre, y yo solo tengo hambre al final de un largo día trabajando en el santuario”, explicó. Incluso en carreras largas (estamos hablando de carreras de más de cuatro horas), por lo general no lleva combustible. Esto, por supuesto, conduce a un desafío cuando se trata de carreras de resistencia de varios días, como la Maratón des Sables. Ella obtiene el combustible que necesita, pero admite que prefiere las bebidas con carbohidratos durante la carrera como tal. Y seamos claros: Fiona se ha adherido a este régimen durante la mayor parte de su vida adulta, mucho antes de que el ayuno intermitente estuviera “de moda”. Se trata de eficiencia. “Solo sé que realmente se adapta muy bien a mi sistema digestivo y significa que puedo trabajar durante todo el día, ya sea en el santuario, en la estación de bomberos o en el entrenamiento, sin interrupción. En realidad, así es como me las arreglo para meter tantas cosas en mi vida, ¡junto con despertarme a las 3:30 a.m. todos los días!”

Cuando se alimentan las 500 bocas del santuario y completa su kilometraje, Fiona finalmente se sienta a disfrutar su comida sencilla, hecha en gran parte con los productos cultivados en su propiedad. Explicó que su madre es “una genio con las verduras frescas” y que prepara la comida diaria que incluye todo, desde frutas y verduras de temporada, hasta cereales de grano entero, legumbres, nueces, semillas, “y mucha levadura nutricional”.

Registrando las millas

Fiona es una corredora solitaria, tanto por las circunstancias como por elección. Cuando se le preguntó sobre lo que pasa por su mente durante esas horas diarias en las que golpea el pavimento, ella respondió: “Cualquier cosa y todo. En mis sesiones de velocidad realmente no tengo tiempo para pensar. En esfuerzos más largos, a veces es solo: “Wow, esto es difícil”, pero otras veces mi mente vaga por todos lados. Los eventos de noticias del día, mis próximas sesiones de entrenamiento, lo que necesito hacer cuando regrese al santuario, algo horrible que podría haber visto en las redes sociales, una pregunta que me han hecho o que me gustaría hacer. Básicamente, mi tiempo para correr es mi tiempo para pensar y sin importar lo que sea que esté pensando, siempre vuelvo más concentrada que cuando salgo”.

Todo este entrenamiento la prepara para competir desde en maratones de ciudades grandes hasta en carreras de aventura, y mientras los eventos de la ciudad le permiten transmitir su mensaje a las masas, los eventos de ultrarresistencia la llevan al límite. Describió la primera vez que corrió la Maratón des Sables como la carrera más difícil que ha soportado, y no es de extrañar, es una carrera autosuficiente de seis días y 250 km a través del desierto del Sahara, y lo hizo con dos dedos del pie rotos. En el polo opuesto de esta carrera, Fiona dijo que disfrutó más de la Maratón de hielo de la Antártida que “gané en tiempo récord y rompí tres récords Guinness. Una victoria muy, muy dulce”, comentó.

Me encantan estas carreras porque van más allá de correr, se trata de sobrevivir y aprender mucho sobre ti.

En 2019, Fiona participará en la Marcha de Gobi y la Maratón de Berlín. Describió la Marcha de Gobi como “otra semana de esfuerzo de autosuficiencia en el desierto de Gobi”. Continuó: “Me encantan estas carreras porque van más allá de correr, se tratan de sobrevivir y aprender mucho sobre ti. Vas a lugares muy oscuros en estos eventos, pero siempre sales como una persona mucho más fuerte y mejor”. Para Berlín, ella planea ponerse su traje de vaca, el mismo con el que rompió el récord Guinness de la mujer más rápida con un disfraz de animal en la media maratón de Tromso, Noruega.

“¿Por qué corro algunas carreras vestida como vaca?”, Preguntó Fiona. “Una pregunta que me hacen frecuentemente y la respuesta es simple: para que la gente haga esa pregunta que me permita presentarles los horrores de la industria láctea, una que a menudo se pasa por alto, e incluso es respaldada, especialmente en el entorno deportivo. La gente a menudo piensa que los productos lácteos son saludables, y este es un mito perpetuado por proveedores, profesionales de la salud, organismos educativos y gubernamentales, e instructores y entrenadores por igual. Esta idea está tan arraigada y enraizada que puede ser difícil de derribar, pero es una en la que he tenido un gran éxito al usar mi disfraz de vaca y correr bien en él”.

No des nada por hecho

Los pensamientos de Fiona sobre correr nos mantuvieron cautivados. Algunos pueden preguntar por qué se somete a todo ese dolor (recuerda, la mujer no tiene una rótula) y todo ese estrés de operar un santuario de más de 450 animales. Al recordar su infancia, las carreras y toda la oposición a la que se ha enfrentado, reflexionó: “He aprendido a no dar nada por hecho, aprovechar cada oportunidad y, a falta de una mejor frase, correr con ella. Creo que, para comprender realmente el sufrimiento, tienes que haber sufrido. De hecho, me pregunto si eso es lo que me impulsa en las carreras muy extremas que corro, la necesidad de recordar y experimentar de primera mano la sensación de dolor, desesperación, dificultad y depravación. Sin duda, sé que es solo una carrera, pero como una gran triunfadora, que corre en beneficio de otros y no de mí misma, el fracaso no es una opción. Fracasar sería decepcionar a los animales, perder la oportunidad de promover el veganismo de una manera positiva y demostrar que cualquier cosa y todo es posible de alcanzar sin hacerles daño a los demás”.

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