Cómo preparar helados libres de leche en casa

Por Vicki Brett-Gach 13 junio, 2015

Los veranos calientes y los postres congelados están hechos el uno para el otro. Es muy divertido crear tus propios sabores favoritos en casa.

No es que no puedas encontrar infinitas variedades de helados libres de leche en las secciones de congelador de la tienda de mercado por estos días. Puedes encontrarlos. ¡Pero a menudo son realmente decepcionantes! Tal vez es porque los ingredientes pueden incluir (como una etiqueta de helado de soya con sabor a vainilla que leí recientemente) cosas como aceite de soya, goma guar, carragenano y goma garrofín. No es atractivo, ¿verdad?

¿Por qué no improvisar un lote de helado vegano fresco o sorbete en tu propia cocina, para una diversión congelada sin leche en casa? Usando tus ingredientes favoritos bien seleccionados a mano basados en plantas sin procesar, disfruta de los postres congelados —sin la culpa, los ingredientes ultraprocesados o las grasas muy saturadas que normalmente vienen en variedades comerciales—.

Hoy en día puedes comprar una máquina automática para helado en casi todos los precios, comenzando en cerca de 30 dólares. Casi cualquier máquina de helado probablemente hará un buen trabajo a partir de los ingredientes congelados, e incluso la menos elegante puede durar por mucho tiempo. He tenido la mía (una Cuisinart) por más de 10 años.

Pero, incluso sin una máquina para helado, puedes arreglártelas para hacer bocados congelados en casa con solo unos pocos pasos adicionales. Simplemente mezcla y congela los ingredientes en un recipiente hermético hasta que estén casi sólidos. Este paso puede tomar varias horas. Cuando la mezcla esté casi sólida, retira el recipiente del congelador, rompe la mezcla en trozos helados con un tenedor e inmediatamente coloca estos trozos congelados en una licuadora de alta velocidad o un procesador de alimentos. Dales vueltas durante unos segundos. La textura será más gruesa, pero el sabor seguirá siendo genial.

Me encanta experimentar con favoritos de temporada durante todo el verano. A veces me siento tan inspirada que mi familia tiene que soportar las pruebas de sabor por mí, lote tras lote. Sí, es un trabajo difícil, pero alguien tiene que hacerlo.