Pregunta: He estado consumiendo una alimentación “principalmente vegana” desde hace varios años. No consumo leche, queso, carne o huevos enteros. No soy un vegano estricto porque ocasionalmente como las claras de huevo, yogur sin grasa, o “productos de carne” a base de soya y queso, que contienen caseína. Recientemente leí ‘El Estudio de China’ y quedé completamente sorprendido de qué tan perjudicial es la caseína para el cuerpo humano. ¿Es la cantidad de caseína contenida en estos productos considerada relativamente “segura” para un consumo moderado (unas pocas veces por semana)?
La historia principal del libro relata la secuencia de estudios de investigación experimentales con la cual surgieron mis ideas actuales sobre la nutrición. Comencé por hacer una investigación muy tradicional, centrándome en un objetivo o hipótesis relativamente específico. Es decir, la caseína —cuando se les suministra a las ratas—, estimula el crecimiento de tumores experimentales y, si es así, ¿cómo funciona?
Esta es una estrategia de investigación tradicional.
Primero, confirmamos que la caseína tiene esta propiedad (apoyando así la investigación preliminar de otros) y, segundo, aprendimos cómo lo hace (involucrando múltiples “mecanismos”). En el sentido tradicional, la evidencia era abrumadora. Utilizando la práctica de la ciencia tradicional, deberíamos concluir que la caseína es un carcinógeno químico, quizás el carcinógeno más relevante que consumimos.
Pero, de manera importante, también tuvimos pruebas de que este efecto se reservó para un nivel de caseína en los alimentos que está por encima del umbral requerido para satisfacer las necesidades de proteína de la rata, es decir, del 10 al 12 % de las calorías totales. También obtuvimos pruebas de que esto es cierto para la caseína, pero no para la proteína de trigo o para la de soya, incluso cuando estas últimas se suministran al 20 % del total de calorías. Sin embargo, el hecho de que este efecto de la caseína exista por encima del 10 al 12 % o hasta el 20 %, aproximadamente, hace que estos hallazgos sean muy relevantes, en gran parte, porque los seres humanos y las ratas tienen aproximadamente el mismo requisito de proteína y, en parte, porque el rango de consumo humano para esta es cerca de 11 al 22 % de proteína, claramente dentro del rango de este efecto.
Esta serie de experimentos, para mí, demostró que la estrategia tradicional de investigación es defectuosa, en el sentido de que investigar los efectos independientes de una sustancia a la vez, como con la caseína, es muy incompleto y engañoso, a pesar de que tal información puede ser muy valiosa como un peldaño importante para una verdad más grande. Dicha verdad, en este caso, es que estos resultados de la caseína pueden sugerir una dicotomía entre las comidas de origen animal y los alimentos de origen vegetal, no solo para el cáncer, sino también para otras enfermedades y también para los nutrientes complementarios. La falla a la que me refiero es muy importante, porque el Gobierno de los Estados Unidos gasta cientos de millones de dólares cada año para estudiar candidatos para carcinógenos químicos y, peor aún, los resultados obtenidos en este programa son lo que la mayoría de la gente en el público, de manera simplista, considera que son las causas principales de cáncer.
Para responder a tu pregunta, es importante que en realidad entiendas muy bien este argumento. Por lo tanto, no es el consumo de pequeñas cantidades de caseína de vez en cuando lo que importa. Más bien, la verdad más grande es limitar e incluso evitar el comer comidas de origen animal y en su lugar consumir una alimentación basada en plantas sin procesar.
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