1. Precalienta el horno a 300 a 325 °F (148 a 162 °C).
2. Corta de 1/4 a 1/3 de pulgada (6 a 8 mm) del extremo plano de la raíz de una cabeza entera de ajo.
3. Coloca la cabeza de ajo en una pieza cuadrada de 6 pulgadas (5 cm) de papel de aluminio. Rocía 1 cucharadita de agua encima y envuelve el papel de aluminio con fuerza alrededor del ajo. El agua creará vapor para ayudar a suavizar los dientes de ajo.
4. Coloca el paquete en una cacerola pequeña o una bandeja para hornear galletas y ásalo en el horno durante al menos una hora. Comprueba si los dientes se han ablandado. Si no es así, envuelve con papel de aluminio y colócalo en el horno durante intervalos de 15 a 20 minutos hasta que los dientes estén suaves y dorados.
5. Deja enfriar completamente y exprime los dientes desde la cabeza. Almacena refrigerado hasta que esté listo para ser usado.