Temas » En la cocina » Extracto del libro: From Plant to Planet: Nudge your way towards healthier, more sustainable food habits
Centro de Estudios en Nutrición del Dr. T. Colin Campbell

El siguiente es un fragmento de From Plant to Planet: Nudge your way towards healthier, more sustainable food habits (2021, Plantier) de Vivienne Alexa Robinson y Poornima Luthra. Ten en cuenta que este fragmento es de escritoras europeas.

“¿Entonces qué?” La desconexión entre la evidencia y la acción

Los alimentos son una parte integral de nuestra existencia como humanos, no solo física, sino también socialmente. Desde los recuerdos de una reunión familiar escudriñando el curry de nuestra abuela, hasta el gozo de organizar una cena con amigos, la comida nos une. Puede unirnos a una cultura, religión, región, o a una comunidad. Las selecciones alimentarias son también profundamente personales. Al considerar la posibilidad de embarcarte en un trayecto hacia la alimentación basada en plantas, es posible que tus selecciones alimentarias personales se conviertan en parte de la conversación pública. Es posible que te encuentres con barreras. Algunas de estas surgen de nuestro interior, mientras que otras son externas. Creemos que entender cuáles son estas barreras y por qué pueden surgir son pasos clave que ayudarán en tu camino personal.

A pesar de que las tendencias mundiales de consumo se inclinan a favor de las dietas basadas en plantas, a pesar del aumento en número de fabricantes de alimentos basados en plantas que nos ofrecen opciones mejores y más sabrosas, a pesar del claro llamado a la acción por parte de médicos y científicos, a pesar de todo esto muchos de nosotros seguimos luchando por cambiar nuestras elecciones alimentarias.

No es fácil, de hecho, es todo lo contrario. A medida que avanzamos hacia una alimentación más sostenible, una de las herramientas que tenemos a nuestra disposición es tratar de entender de dónde viene la resistencia al cambio. Algunos citan como barreras las rutinas alimentarias, los conceptos de salud, el disfrute de la carne, y las dificultades percibidas para preparar alimentos basados en plantas[1]. Estas barreras están fuertemente relacionadas. Es decir, si no reconocemos suficientemente las diferencias entre ellas, puede hacer que las barreras parezcan aún más insuperables.

Entonces, ¿cómo podemos superar estas barreras? Hemos comprobado que la mejor manera de avanzar es adoptar un enfoque que incluya conocerlas, reconocerlas, y abordarlas.

Creemos que hay seis barreras principales para adoptar más comidas basadas en plantas. Vamos a desglosarlas juntos.

Barrera #1: Tradiciones culturales

La comida y la cultura están profundamente entrelazadas. Por el mundo entero, las comunidades se unen a través de la comida y cada sociedad se enorgullece de su cocina única. La comida es también una excelente manera de conocer y comprender una cultura, ya que la comida suele estar integrada con las tradiciones y prácticas. En el mundo occidental, comer pavo en Acción de Gracias o cerdo asado en Navidad son prácticas culturales muy arraigadas. Cambiar a alternativas basadas en plantas puede sentirse extraño y contradictorio. En algunas culturas, el consumo de carne no solo es una preferencia dietética, sino también un reflejo de estatus y riqueza, y sería inconcebible no servir carne en ocasiones especiales como festivales y banquetes de boda.

Obstáculo #2: Brechas generacionales

También parece haber una brecha generacional alimentaria entre los baby boomers y los millennials. Los primeros se criaron después de la Segunda Guerra Mundial, durante un período de escasez de alimentos y de cambios significativos en la producción de alimentos. Crecieron creyendo y siendo informados que la leche de vaca era la mejor fuente de nutrición (en particular, por el calcio para unos huesos sanos) y que la carne era esencial para las proteínas y el crecimiento. Los millennials, en cambio, están redefiniendo lo que significa “comer sano”. Son partidarios de los alimentos naturales, orgánicos, de origen local o sostenibles y, al parecer, son la generación que más se inclina por la alimentación basada en plantas, seguida por las generaciones Z y X y los boomers.

Merece mencionar que el impulso de los estudiantes de la generación de millennials hacia dietas más basadas en plantas parece estar ganando terreno en un número cada vez mayor de colegios y universidades, los cuales han eliminado total o parcialmente productos de origen animal de sus menús de cafetería. Entre ellas se encuentran (entre otras) la Universidad de Cambridge, la de Oxford, Goldsmith, la Universidad de Londres, la de California, y una creciente lista de universidades que ahora forman parte del movimiento “Lunes sin carne”.

Book Excerpt: From Plant to Planet: Nudge your way towards healthier, more sustainable food habits

Autora, Poornima Luthra

Fiona Dyer, analista de consumo de GlobalData, explicó: “El cambio hacia los alimentos basados en plantas está siendo impulsado por los ‘millennials’, que son los más propensos a considerar la fuente de alimentación, las cuestiones de bienestar animal, y el impacto ambiental al tomar sus decisiones de compra”.[2] La salud parece ser el motivador para los baby boomers,[3] mientras que el impacto medioambiental y el bienestar animal son los factores que motivan a los consumidores de millennials y de la generación Z.[4] Independientemente de los motivos, no cabe duda de que estamos frente a un cambio generacional. El 60 % de los miembros de la generación Z quieren comer más alimentos basados en plantas y el 79 % de ellos ya lo hacen una o dos veces por semana.

Barrera #3: Disonancia cognitiva

En su libro, Why We Love Dogs, Eat Pigs, and Wear Cows: An Introduction to Carnism,[5] la psicóloga social Melanie Joy presenta el carnismo, su sistema de creencias, y la psicología del consumo de carne. El carnismo, según Joy, es la fuerza impulsora y dominante que apoya el elegir comer carne en la cultura moderna. Joy cree que elegir comer carne está fuertemente influenciada por el condicionamiento social. Joy afirma que a pesar de la tendencia a comer carne, la mayoría de la gente se preocupa profundamente por los animales y no quiere que sufran.

En las sociedades en las que es difícil encontrar un vínculo concreto entre los alimentos que se consumen y su impacto medioambiental, comer de forma sostenible es una idea abstracta que debe incumbir a las generaciones futuras, puesto que la gente cree que sus acciones individuales son demasiado insignificantes para hacer diferencia. En las ciudades altamente urbanizadas, donde la actividad agrícola no es visible, los ciudadanos comen de tres a cinco veces más carne y huevos[6] que lo ambientalmente sostenible. Esta desconexión mental o disonancia cognitiva que tenemos entre los alimentos en el plato y la forma en que se cultivan o producen, tiene muchas causas subyacentes, como la geografía, la socioeconomía, y los niveles de educación.

Barrera #4: Asociaciones negativas

Hay una diferencia que aunque sutil es importante entre una alimentación basada en plantas y el veganismo. Las personas que siguen una alimentación basada en plantas no consumen productos de origen animal, sin embargo pueden optar por utilizarlos en otros ámbitos de la vida, como ropa, accesorios y artículos de aseo. Los veganos, en cambio, no consumen ni utilizan ningún producto animal. A menudo, pero no siempre, esta decisión se basa en opiniones sobre el bienestar y los derechos de los animales. Desafortunadamente, a veces hay suposiciones negativas sobre quienes practican el veganismo y consumen dietas veganas—sus selecciones personales se perciben a veces como de naturaleza política o activista. Las percepciones negativas y los estereotipos pueden estar conformados, en parte, por casos extremos en los que activistas veganos han cometido actos de violencia o protagonizado amenazas y disturbios contra agricultores, periodistas, restaurantes, supermercados, y otros establecimientos.

Book Excerpt: From Plant to Planet: Nudge your way towards healthier, more sustainable food habits

Autora, Vivienne Alexa Robinson

Barrera #5: La desinformación

Dado que cada vez más personas adoptan dietas más ecológicas, muchos fabricantes de alimentos se han aprovechado de este creciente grupo de consumidores para introducir una avalancha de alimentos “aptos para veganos” con el fin de hacer más atractivo el hecho de subirse a la causa del veganismo. Sin embargo, muchos de estos productos no contribuyen a mejorar la salud de nuestro planeta o de nuestro cuerpo y tienen un alto contenido de azúcar,y grasa, o están muy procesados—en realidad deberían conocerse como “comida basura vegana”. Esta mala información ha provocado escepticismo sobre los beneficios verdaderos y reales de las dietas veganas y vegetarianas.

Barrera #6: Salir a comer

A todos nos gusta salir a comer con la familia y los amigos, disfrutar de buena comida y agradable compañía. Cuando consideras incorporar más opciones basadas en plantas en tus comidas, elegir dónde comer y qué pedir puede ser desalentador e incluso disuasorio. Al fin y al cabo, nadie quiere que los camareros lo miren mal o que lo hagan sentir como un cliente difícil o inconveniente.

Para leer más y aprender a superar estas barreras, puedes seguir leyendo From Plant to Planet: Nudge your way towards healthier, more sustainable food habits de Vivienne Alexa Robinson y Poornima Luthra.

Referencias

  1. Pasi, Pohjolainen & Vinnari, Markus & Pekka, Jokinen. (2015). Consumers’ perceived barriers to following a plant-based diet. British Food Journal. 117. 10.1108/BFJ-09-2013-0252.
  2. https://www.forbes.com/sites/michaelpellmanrowland/2018/03/23/millennials-move-away-fro m-meat/
  3. https://www.foodbusinessnews.net/articles/14408-holistic-nutrition-cuts-across-generations
  4. https://impossiblefoods.com/blog/generational-trends-kids-in-the-kitchen
  5. Joy, M. (2011). Why we love dogs, eat pigs, and wear cows: An introduction to carnism : the belief system that enables us to eat some animals and not others. Berkeley, Calif.: Conari.
  6. https://www.ers.usda.gov/webdocs/publications/42432/15171_aib775f_1_.pdf?v=3014.2; Vanham, D. & Mak, Tsz & Gawlik, Bernd. (2016). Urban food consumption and associated water resources: The example of Dutch cities. Science of The Total Environment. 565. 232-239.

 

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