En la próxima serie de talleres virtuales Plant Forward Virtual Workshop Series, del Centro de Estudios en Nutrición, la Dra. Shah compartirá sus ideas sobre cómo hacer posible que una alimentación basada en plantas sin procesar sea sostenible para ti y tu familia. Lee más sobre su trabajo y su libro Nourish: The Definitive Nutrition Guide for Families, escrito conjuntamente con Brenda Davis, RD.
La nutrición puede ser un tema controversial. Médicos, investigadores, y los medios de comunicación elogian y ridiculizan todo tipo de patrones de alimentación, ya sean las dietas cetogénicas, paleo, o basadas en plantas sin procesar para la salud general. Cuando se trata de recomendaciones para la crianza y la salud infantil, las cosas se complican aún más. Los padres están ansiosos por aprender a optimizar la salud y el bienestar de sus hijos, pero escudriñar investigaciones contradictorias puede conllevar un serio compromiso de tiempo. Y aunque varios expertos médicos destacados trabajan para condensar la información en vídeos y artículos comprensibles para el público, pocos se centran en la nutrición infantil. Por suerte, el libro de la Dra. Reshma Shah y la dietista certificada Brenda Davis, Nourish: The Definitive Nutrition Guide for Families, sirve como recurso completo para las familias que buscan profundizar en la ciencia de una alimentación basada en plantas sin procesar, al igual que proporciona consejos rápidos y recetas para satisfacer a niños y adultos.[1] Antes de ahondar en el cómo, Davis y la Dra. Shah exploran el por qué, para disipar los principales mitos que el público tiene sobre las dietas basadas en plantas y la infancia.
Una de las principales dudas que tienen las familias a la hora de adoptar una alimentación basada en plantas es el miedo a no obtener cantidades adecuadas de nutrientes clave sin consumir carne y productos lácteos. Para los niños especialmente, cantidades adecuadas de calorías, proteínas, grasas, vitaminas, y minerales son esenciales para un óptimo desarrollo cognitivo y físico.[2,3] Al respecto, múltiples estudios demuestran que los niños que consumen dietas vegetarianas y veganas tienen suficiente ingesta de nutrientes y un crecimiento adecuado en comparación con las poblaciones de referencia.[4,5] Además, la Dra. Shah señala que varias organizaciones pediátricas y de nutrición de renombre (incluyendo la Academia de Nutrición y Dietética, la Academia Norteamericana de Pediatría, la Sociedad Canadiense de Pediatría, la Asociación Dietética Británica, las Guías Alimentarias Australianas, y la Sociedad Italiana de Nutrición Humana[1,6-11]) no solo apoyan el consumo de dietas basadas en plantas durante el embarazo, la infancia, y la niñez, sino que también afirman que “las dietas vegetarianas adecuadamente planificadas son seguras para los niños además de proporcionar ciertas ventajas para la salud”.[6-11]
La Academia de Nutrición y Dietética específica que las dietas vegetarianas y veganas deben estar “bien planificadas” para satisfacer las necesidades de los bebés, los niños y las madres.[6] —pero, como también subrayan la Dra. Shah y Davis, todas las dietas, incluyendo las que contienen carne y productos lácteos, deben estar bien planificadas para garantizar una ingesta adecuada de energía y nutrientes que favorezcan el crecimiento y el desarrollo.[1] Por lo tanto, este mito de la insuficiencia de una alimentación basada en plantas no es mayor ni más frecuente que para cualquier otro patrón de alimentación.
Una preocupación común entre los padres es lograr que sus hijos reciban el calcio adecuado en una alimentación basada en plantas para que construyan huesos fuertes. Las actuales Guías Alimentarias para los Estadounidenses (DGA, por sus siglas en inglés) sugieren que los niños consuman de dos a tres porciones de productos lácteos al día.[12] Estas recomendaciones se basan en estudios rudimentarios que determinan la cantidad de leche necesaria para reemplazar las pérdidas diarias de calcio; pero el consumo elevado de lácteos no se ha asociado con resultados beneficiosos para la salud.[13] Además, los países con mayor consumo de productos lácteos son también los que tienen la mayor incidencia de fracturas óseas.[14] Dado que el 70% de la población mundial es intolerante a la lactosa (incapaz de digerir el azúcar de la leche),[15-17] parece risible suponer que los productos lácteos sean la única o la fuente superior de calcio para los seres humanos.
Entonces, ¿dónde encuentran los padres buenas fuentes de calcio para sus hijos? Davis y la Dra.Shah recomiendan comer lo que muchas culturas han consumido durante siglos: tofu coagulado con calcio, semillas de ajonjolí (sésamo), y vegetales de hojas verdes oscuras. Las leches vegetales con calcio y los zumos de naranja enriquecidos con calcio también son fuentes fiables de este mineral.[1] Es importante recordar que el calcio es solo una parte de la ecuación; Davis y la Dra. Shah señalan que el ejercicio, la exposición al sol, y la ingesta adecuada de vitamina K, vitamina C, y folato son cruciales para una buena salud ósea. [1]
La Academia de Nutrición y Dietética específica que las dietas vegetarianas y veganas deben estar “bien planificadas” para satisfacer las necesidades de los bebés, los niños, y las madres.[6] Pero, como también subrayan Davis y la Dra. Shah, todas las dietas, incluso las que contienen carne y productos lácteos, deben estar bien planificadas para garantizar una ingesta adecuada de energía y nutrientes que favorezcan el crecimiento y el desarrollo[1]
Aunque es indudable que una alimentación basada en plantas sin procesar proporciona una nutrición adecuada para el crecimiento y el desarrollo, en nuestra sociedad moderna, todas las dietas deben ser revisadas en cuanto a nutrientes específicos. Por ejemplo, la vitamina B12, es una que ni los animales ni las plantas la hacen, es producida por microorganismos y la encontramos en el suelo. Sin embargo, debido a las prácticas agrícolas modernas, hay pocas fuentes fiables de B12 contaminando nuestros vegetales. Por ello, es importante que los consumidores de productos basados en plantas suplementen su dieta, ya sea con con alimentos enriquecidos con B12, (como las leches vegetales enriquecidas, cereales comerciales, y algunas marcas de levadura nutricional), o con suplementos de B12 que también son una gran opción.[1]
Además, tanto niños como adultos pasan cada vez más tiempo dentro de casa. La exposición de nuestra piel al sol hace que nuestro cuerpo cree vitamina D. Sin embargo, cuanto más lejos se vive del ecuador, menos rayos de sol directo recibimos y más difícil es para el cuerpo producir vitamina D. De hecho, durante los meses de invierno, el ángulo del sol hace casi imposible que un cuerpo produzca vitamina D en el hemisferio norte (en cualquier lugar por encima de la latitud 35° Dallas, Texas). Por ello, Davis y la Dra. Shah recomiendan incluir leches vegetales fortificadas, zumos de naranja fortificados, o un suplemento de vitamina D3.[1]
Nourish: The Definitive Nutrition Guide for Families es mucho más que el típico libro de nutrición basada en plantas. Davis y la Dra. Shah no sólo sintetizan información nutricional compleja en capítulos fácilmente comprensibles para padres y personas en general, sino que las autoras también proporcionan consejos prácticos y recetas para poner en práctica la información. En conclusión ellas nos recalcan que aunque una alimentación basada en plantas sin procesar es una de las mejores cosas que un padre puede darles a sus hijos, la salud y el bienestar dependen de mucho más que eso. El ejercicio, el forjar relaciones de apoyo, y convivencia en familia son tan importantes para el desarrollo cognitivo y físico de un niño como lo que come. Porque ¿qué es la salud sin felicidad, y cómo tenemos felicidad sin el disfrutar de la comida y la familia?
Para saber más sobre las dietas basadas en plantas para niños y familias, puede inscribirse en la serie de talleres virtuales Plant Forward, donde la Dra. Shah hablará de su experiencia en el tema de las dietas basadas en plantas sin procesar.
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